Jorge Zárate - jdzarate@gmail.com

Lo consigue el equipo de Adiós, rohejata con una combinación de todos los elementos posibles del arte escénico que resultan en una receta equilibrada, que ayuda a seguir el texto profundo que propone Natalia Santos Vega, libretista y directora.

La escenografía es sencilla y efectiva, el sonido es fundamental, lo visual está muy bien cuidado y el desarrollo coreográfico de los actores en escena contribuyen a comprender el hilo conductor de estas historias que son universales pero tienen un marcado color local que las hace especiales.

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La técnica del cambio de vestuario sobre el escenario es un recurso interesante, pero desnuda intensamente y es quizá un elemento que requeriría algún ajuste.

A pesar de ello, el cuadro sobre las nuevas tecnologías es impecable, comunicación y soledad, conviven, son las máscaras ancestrales de la tragedia y la comedia que alimentan el devenir.

Está en la obra lo urbano y lo rural.

Mejor lo urbano, aunque el abordaje de lo rural es intenso e interesante y aparece la tierra, el problema principal, el gran drama del país. Están allí la reforma agraria, el agronegocio, lo discursivo y lo concreto, peléandose como en el cotidiano.

Las buenas performances actorales dejan claro que a veces es importante aprender a dejar atrás lo que ya no nos da vida.

Ultima función de esta temporada hoy domingo 7 de junio a las 20 en el Centro Cultural Paraguayo Americano, José Berges 297 casi Estados Unidos.

Más que recomendada.

Ficha

Adios Rohejata

Una mudanza teatral de Natalia Santos Vega

Actúan: Nata Alvarenga, Arturo Arellano, Ruth Ferreira, Ariel Galeano y Hernán Melgarejo.

"Cinco historias, cinco actores. Varias maneras de recordar. La despedida en tono paraguayo, con sus silencios, su música, sus risas, sus ritos y sus nostalgias. Un álbum de fotos sobre las tablas".

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