Evitar el alcohol siempre es una buena decisión, pero un estudio reciente ha demostrado que su consumo afecta además al rendimiento deportivo.

Si bien en ocasiones se elige un chopp de cerveza con amigas como alternativa para reducir el estrés de la rutina, si ya iniciaste una nueva rutina que incluye actividad física -o vas a iniciar- tenés que conocer las consecuencias de beber alcohol.

“El alcohol es un diurético y drena todo el agua del cuerpo”, explica Caroline Wilson, nutricionista de Kitchenistic para Vogue. La especialista menciona que el 90% de los síntomas que causa la resaca, se debe a la deshidratación del organismo.

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Cuando hay alcohol en sangre, el ritmo cardiaco y la temperatura corporal aumentan más de lo normal, esto genera exceso de sudoración y malestar al realizar ejercicio, apunta Caroline. Y pese a que esto ya es suficiente para replantearse si darse ese gusto o no, hay más consecuencias.

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Los calambres y los dolores musculares son producto del exceso de ácido láctico, esto incrementa aún más por la ingesta de bebidas alcohólicas y hacen que al cuerpo le cueste más recuperarse. “Otros factores inevitables al tomar son la fatiga muscular y la falta de hormonas del crecimiento, que son vitales tanto para construir músculo como para repararlo’, aclara Wilson.

Esa copa de vino o gin tonic para cortar la semana, puede disminuir tu rendimiento deportivo hasta el 11,4% acorde a los especialistas, y esto incrementa cuando el consumo aumenta a más de dos rondas de tragos.

“El alcohol suele estar cargado de azúcar, y cuando un alimento o bebida contiene una carga glucémica tan alta, se convierte rápidamente en glucosa una vez digerido por completo”, especifica la nutricionista. Esto lo que genera es inflamación, retención de líquidos y fatiga.

Vinculado al sistema digestivo y por todo el estrés que general el alcohol en el estómago, el metabolismo se pone más lento. Esto se agrava aún más cuando se bebe con el estómago vacío. La especialista recomienda en esos casos, consumir frutos secos y muchas verduras, especialmente las de color verde.

Por último, si una de tus metas es bajar de peso y construir una figura definida, el alcohol no es tu aliado. “El alcohol estimula en el cerebro una sustancia química llamada galanina, que nos hace desear alimentos ricos en grasas”, alerta Caroline. Por eso es normal tener antojos poco saludables como pizza, lomito o hamburguesas.

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