Son muy visibles y afectan tanto a mujeres como a hombres además, pueden aparecer en cualquier tipo de cabello y cuero cabelludo. Las claves para combatirlas son el uso de productos adecuados, manejo del estrés y una alimentación saludable.
Su aparición no es un problema grave, pero sí resulta molestoso porque puede provocar picazón e incomodidad y además dejar un mal aspecto a nuestro cabello.
La pitiriasis capitis, comúnmente llamada caspa, es una descamación excesiva del cuero cabelludo que genera que pequeños restos de piel seca se desprendan y queden dispersos entre los cabellos o caigan a nuestros hombros cuando nos peinamos o rascamos la cabeza.
La aparición de la caspa puede provocar una irritación en la dermis del cuero cabelludo si estamos en un alto nivel de estrés. Con mayor frecuencia suelen manifestarse en las estaciones frías y secas. Otros factores que las generan son la ansiedad, el exceso de lavado del cabello, la aplicación de productos agresivos y una mala alimentación carente de vitamina B.
Dos tipos de caspa
Existen dos tipos de caspas: una es seca y la otra grasa. La primera es la más habitual y se trata de la descamación fina, blanca o grisácea. En la caspa grasa, las escamas suelen ser amarillentas y oleosas, y no se desprenden fácilmente de la piel.
Los tratamientos capilares, tanto en el caso de prevenir como de combatirla, son los mismos. Estas son algunas recomendaciones para lucir un cabello saludable:
-Lavarse el cabello diariamente con un champú suave que permita reducir la grasa y la acumulación de células muertas sobre el cuero cabelludo. A veces, puede ser necesario probar con varios hasta encontrar el más efectivo.
-Alternar el champú entre uno anticaspa con otro más suave, que sirve para mejorar el aspecto de nuestro cabello.
-Luego del lavado, usar secador con su opción de aire templado.
-Limitar el uso de productos para peinado porque pueden acumularse en el cabello y el cuero cabelludo y volverlos más grasos.
-Aprender a gestionar nuestras emociones, ya que pueden producir la aparición de las caspas. Se sugiere practicar técnicas de relajación o meditación que ayuden a aumentar la resistencia ante el estrés y la ansiedad.
-Seguir una alimentación rica en zinc y vitaminas B. Ambos nutrientes previenen las caspas.