Instagram se llena de hermosas piezas creadas a partir de hilos: prendas personalizadas, frases favoritas para colgar, obras únicas en relieve y en todo tipo de objetos utilitarios. Hablamos con Gabriela Sanabria y Joaquina Quiroz, quienes nos explican cómo se está resignificando el bordado y por qué es tendencia.

Por: Jazmín Gómez Fleitas

“Creo que el bordado esté cobrando una nueva relevancia se debe a que es forma de expresión muy dinámica, y que si bien se mantiene la técnica con el paso del tiempo, se puede experimentar nuevas maneras de realizarlo, nuevos mensajes que transmitir; desde las sufragistas en el Reino Unido que usaron el bordado como medio de expresión hasta hoy en día”, nos señala Gabriela Sanabria (33), quien borda desde hace cuatro años y desde su cuenta en Instagram @_dehilo nos muestra todas las posibilidades de experimentación a partir del bordado.

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“El bordado se está redescubriendo. Siempre fue algo muy arraigado al universo femenino, era la manera en que las mujeres de antes se expresaban, pero siempre (lamentablemente) desde la intimidad del hogar. Para mí el atractivo que tiene el bordado es el poder crear todo tipo de piezas. Desde lo utilitario, que es la forma más clásica, hasta verdaderas obras de arte. Y creo que la gente ve y se fascina al descubrir las posibilidades que tiene”, sostiene Joaquina Quiroz (25), quien desde el 2018 reside en Asunción, borda hace tres años y medio y es la propietaria de la cuenta @holanuez en Instagram.

Un trabajo minucioso y perseverante. Foto: Joaquina Quiroz, Hola Nuez.

Un viaje para recorrer y disfrutar

Gabriela practicó un poco de bordado en la escuela, y aunque le gustó durante la primaria, no continuó con eso. Representó sólo un pasatiempo que además estuvo presente en el ámbito familiar, ya que su abuela lo realizaba. “Veía sus trabajos en servilletas para su casa. Allí siempre vi elementos relacionados a la costura ya que ella confeccionaba prendas”.

Volvió a bordar cuando eligió esta técnica para un trabajo libre que le asignaron en la universidad. Tenía que aplicar la técnica que deseara y ella, que ya iba siguiendo trabajos de muchas otras bordadoras, con toda la infinidad de colores y texturas, se entusiasmó con ello y empezó a experimentar. “Es lo que me encanta del bordado, que me deja experimentar y siempre encuentro cosas nuevas. El bordado para mí también tiene mucha carga emocional, de mujeres que hacían lo mismo años atrás y que se pueda resignificar a través del tiempo me parece que es uno de los motivos por los cuales se mantiene vigente”.

En el caso de Joaquina, fue su madre quien la inició desde muy temprano en el mundo de las manualidades y su primer acercamiento explícito al bordado fue gracias a la madre de su pareja. Ella bordaba desde siempre y le llamó la atención cómo lograba trabajos tan complejos y bellos. “Gracias a ella comencé a dar mis primeras puntadas y me enamoré del bordado”.

Al principio, relata que comenzó con figuras simples. “Mi suegra me ayudaba y guiaba, era una actividad que hacíamos juntas y a mí me encantaba. Luego, a medida que me fui interiorizando en las técnicas, comencé a buscar mi propio camino y estilo. Siempre digo que el bordado es un viaje hermoso, es un momento en donde una se encuentra consigo misma (o al menos así lo siento yo). Es algo con lo que te conectás, por eso me refiero al bordado como un viaje, comenzás a formar las figuras a partir de los hilos, y creo que eso es la manifestación de la creatividad en su máxima expresión”.

Experimentar en otras técnicas y texturas. Foto: Gabriela Sanabria, De Hilo.

Hilo y aguja para empezar

Si bien para empezar se necesitan tener hilos, tijeras, agujas y bastidor, sin duda lo más importante es entender que como arte, lleva su tiempo madurarlo y encontrar lo propio. “El bordado tiene un proceso lento la mayor parte del tiempo y que, para lograr avanzar es necesario ser perseverante y tener paciencia”, resalta Joaquina.

Y Gabriela añade: “Lo básico para arrancar es la curiosidad y las ganas de ir intentando hasta que vayamos perfeccionando nuestra técnica y encontrando nuestra propia identidad en el bordado. Podemos empezar con lo que tengamos a mano e ir experimentando, creo que en toda casa no faltan hilos y agujas que es lo esencial y ¡las ganas de crear algo!”.

Además, nos deja un consejo: “En lo material, hilos, agujas, tijeras y telas, de ser posible sin elastano que son difíciles de bordar, también podemos pasar a bordar papeles, y por supuesto, ¡hilos de todas clases!”.

Foto: Joaquina Quiroz, Hola Nuez.

De pasatiempo a emprendimiento

A Gabriela siempre le gustaron el arte y las artesanías. Además estudió Psicología clínica y ejerce de psicóloga, porque le gustan mucho ambas profesiones. “Dedicarme al bordado como una forma de trabajo se fue dando desde que empecé a dar talleres en un Atelier de Arte”.

Joaquina está en la etapa final de su Licenciatura en Artes, que la desarrolló en la ciudad de Resistencia, Chaco argentino. “Aunque entendí que a lo que quiero dedicame es, sin lugar a dudas, a Hola Nuez. Realmente puedo decir que cuando comencé no tenía ni idea de que se iba a volver lo que es hoy. Todo comenzó como un hobbie, las personas de mi alrededor me motivaron a abrir mi página y mostrar mis trabajos, cuando menos me di cuenta estaba enseñando y comercializando mis bordados”.

Ahora ambas ofrecen clases particulares o grupales, presenciales y de manera online, y comercializan kits de bordado para quienes deseen empezar a experimentar en este arte.

Gabriela anima: “Les diría a quienes lean que se animen a experimentar con el bordado o con la técnica con la cual se sientan mejor. El bordado, al igual que cualquier otro trabajo manual y artístico, nos permite expresarnos, crear, desarrollar nuestra creatividad y así como disfrutar de todos los beneficios psicológicos que aporta esta actividad manual”.

Foto: Gabriela Sanabria, De Hilo.

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