El secretario general del Sindicato de Periodistas del Paraguay (SPP), Santiago Ortiz, se mostró preocupado por los incidentes registrados entre manifestantes apostados frente a la sede del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) y los trabajadores de prensa. Lamentó el discurso de odio hacia los medios de comunicación instalado desde las redes sociales y propiciado por los propios líderes de ciertos sectores políticos.
“Vemos con mucha preocupación el discurso instalado desde las redes sociales, desde los discursos de los líderes de este sector político, contra los trabajadores de la prensa que ha derivado en hechos de violencia”, dijo a la 680 AM. Comentó que una decena de hechos de violencia contra periodistas se registraron en el marco de la protesta impulsada por adherentes del expresidenciable Payo Cubas, quienes denuncian supuesto fraude electoral en los comicios del pasado 30 de abril.
Condenó el discurso de violencia y de ataque, y el llamado a la violencia contra los trabajadores. “Hay que recordar que los colegas que están en las calles son trabajadores y no deben ser molestados por el trabajo que están haciendo. Y más, ni siquiera son responsables de la línea editorial de los medios de comunicación. Pueden criticar a los medios, pero no violentando a trabajadores”, puntualizó.
Recordó que hace ocho días el SPP presentó una denuncia formal ante el Ministerio Público y pidió protección a la labor de los periodistas. Afirmó que ayer nuevamente se reportaron hechos de violencia verbal contra algunos trabajadores de medios.
Amenazaban con palos y honditas
En cercanías al TSJE, los manifestantes echaron a los gritos a cronistas de televisión.
Un grupo de manifestantes apostados en las inmediaciones del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), quienes protestan por el supuesto fraude, han protagonizado un altercado contra los trabajadores de la prensa.
Ayer en horas de la mañana primeramente, amenazaron y rodearon a un periodista que se disponía a reportar la noticia desde el lugar. Se trata de Freddy Valenzuela y su camarógrafo, trabajadores de NPY, se preparaban para su enlace en vivo, hasta que los manifestantes los acorralaron e insultaron, exigiendo que se retiren.
El hecho se produjo en la avenida Eusebio Ayala y Médicos del Chaco, donde se agrupan los manifestantes. “Fueron minutos bastante tensos porque estábamos por entrar al aire y fue en ese momento que bajo amenazas nos pidieron que nos retiremos”, comentó.
Pero no fueron los únicos, el periodista del canal GEN/Nación Media, Joel Corvalán, a quien también le impidieron realizar su trabajo informativo, porque fue desafiado por los presentes con palos y honditas. El periodista quería entrevistar a uno de ellos, pero estos alborotados gritaban: “Nadie te quiere”, “Tiene cámara, micrófono”, “Andate”, fueron algunas expresiones.
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44 periodistas fueron asesinados por informar sobre el medioambiente
- Por Ricardo Rivas
- Periodista-X: @RtrivasRivas
- Fotos: Gentileza
Cuarenta y cuatro periodistas que investigaban e informaban sobre cuestiones medioambientales fueron asesinados en los últimos quince años. Treinta y nueve de esas tragedias continúan impunes. Otros veinticuatro colegas sobrevivieron de otros tantos ataques cuando intentaron matarlos, reporta el Observatorio de Periodistas Asesinados de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura).
Estremece saber del horror en detalle. Incluso desalienta. Al menos uno de los colegas que no sobrevivieron, Dom Phillips –prestigioso freelance que se desempeñaba para The Guardian– fue silenciado en la Amazonía. En Latinoamérica. En esa tierra de desigualdades extremas que cientos de ignorantes o mal intencionados se empeñan en afirmar que se trata de un “territorio de paz”.
Claramente, el “grileiro” ya no solo arrebata tierras ilegalmente para incrementar su patrimonio, sino que ahora va por la vida de hombres o mujeres que reportan de sus delitos para despojarlos de ella. Acecha, hostiga, hostiliza a periodistas, comunicadores y activistas que defienden el planeta.
La disputa es desigual en esa misión de dar voz a los que no pueden hacerse oír frente a los sicarios de las organizaciones delictivas transnacionales de alta complejidad que quieren imponer la dureza extrema y criminal para construir zonas silenciadas como las categorizaran con precisión académicos especializados en libertad de expresión como lo son Catalina Botero o Edison Lanza.
“Al menos 749 periodistas, grupos de periodistas y medios de comunicación dedicados al reporteo de cuestiones medioambientales han sido agredidos en 89 países desde 2009″, denuncia un informe de aquella agencia multilateral de las Naciones Unidas. Precisa luego que aquellos “periodistas y medios cubrían una amplia gama de historias, (que van) desde las causas del cambio climático, la minería ilegal, la deforestación y los combustibles fósiles, hasta cuestiones afectando específicamente las comunidades a las que pertenecen, como la agroindustria, la apropiación de tierras, los megaproyectos de infraestructuras y las secuelas de fenómenos meteorológicos extremos”.
Advierte también que “en los últimos cinco años se han producido más de 300 agresiones, lo que supone un aumento del 42 % con respecto al quinquenio anterior. Este aumento se atribuye a un incremento de las agresiones físicas, como asaltos, detenciones y acoso, y de las acciones legales, incluidas las demandas por difamación y los procesos penales”.
AGENTES ESTATALES
Detalla luego que “los agentes estatales, tales como la policía, las fuerzas militares, los funcionarios y los empleados de gobierno, han cometido al menos la mitad de las 749 agresiones” y que “los agentes privados (¿mercenarios?), como empresas de la industria extractiva, grupos delictivos, manifestantes y comunidades locales, son responsables de al menos una cuarta parte” de las agresiones consignadas.
La abrumadora información –a la que tuvo acceso este periodista cuando promediaba la semana con el compromiso de no hacerla pública hasta hoy después que se distribuyera en el transcurso de la Conferencia Global Día Mundial de la Libertad de Prensa, en Santiago de Chile, bajo el lema “Prensa para el planeta”– es el resultado de una encuesta que desarrolló la Unesco y la Federación Internacional de Periodistas sobre una muestra de 946 colegas desplegados en 129 países.
“Los peligros son muchos y todos son graves”, reflexiona la colega Verónica Goyzueta (ver aparte), activa trabajadora de Sumaúma, plataforma informativa que hace foco sobre la selva amazónica brasileña.
“El desarrollo sostenible está en riesgo. La triple crisis planetaria –cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación–, sus conexiones con la salud pública, la necesidad de fortalecer la democracia y combatir la desinformación y la información errónea, entre otros temas, se han convertido en desafíos cruciales para la humanidad”, sostuvo Audrey Azoulay, directora general de la Unesco, quien, además, enfatizó que “el ecosistema de información tiene un papel fundamental para responder a esta crisis” y destacó especialmente la relevancia del “acceso a información confiable” sobre estos temas.
Resaltó también “la importancia de fortalecer el periodismo ambiental y científico independiente” porque “son actores cruciales para ayudar a nuestras sociedades a separar los hechos de las mentiras y la manipulación con el fin de tomar decisiones informadas, incluidas aquellas relacionadas con las políticas ambientales”.
CRÍMENES AMBIENTALES
Notable defensora de los derechos humanos y, en especial, de las libertades de expresión, de prensa y el derecho de opinión, Azoulay puntualiza que “los periodistas de investigación también están revelando crímenes ambientales, exponiendo corrupción e intereses poderosos y, en ocasiones, sufriendo consecuencias fatales por hacer su trabajo”.
En ese contexto, sentencia: “La conciencia sobre todos los aspectos que componen la triple crisis planetaria y sus consecuencias es esencial para construir sociedades democráticas”. Es necesario concienciar y es el periodismo también el que produce sentido. Apunta después que en esa misión las y los trabajadores de medios “enfrentan grandes retos al buscar y difundir información sobre diversos desafíos contemporáneos, como los problemas en las cadenas de suministros, las industrias extractivas, la minería ilegal, la contaminación, la caza furtiva, el tráfico de animales, la deforestación o el cambio climático”.
Desde esa perspectiva, Audrey Azoulay sostiene la necesidad de informar para “asegurar la visibilidad” de las necesidades y peligros que acechan al planeta porque esa información “es crucial para promover la paz y los valores democráticos en el mundo”.
“LOS PELIGROS SON MUCHOS Y TODOS SON GRAVES”
La periodista peruana especializada en medioambiente Verónica Goyzueta, quien vivió y trabajó en Brasil por más de dos décadas, habla de los principales peligros que debe enfrentar el periodismo durante la cobertura de temas relativos al cambio climático y medioambiente en América Latina.
–¿Cuáles son los peligros que acechan al periodismo cuando cubre temas relacionados al cambio climático y medioambiente en Latam, especialmente?
–Los peligros son muchos y todos son graves. Por un lado, existe una prensa que tiene dificultad para cubrir temas ambientales en áreas que a veces son muy difíciles para acceder con costos de cobertura muy altos. Es un problema para la prensa en general. Tanto para los medios tradicionales como para los medios independientes que han surgido (en los últimos años) y que tienen más interés en estos temas, pero enfrentan muchas dificultades para asumir esos costos.
–¿Cuáles son algunas de estas dificultades?
–Está la situación de los periodistas que no siempre son contratados porque muchas veces trabajan como freelancers y (por esa precarización laboral) corren más riesgos cuando a veces van por su cuenta a esas coberturas para poder ofrecerle un reportaje a los medios. Los periodistas están en una situación muy frágil. Recordemos el caso del corresponsal Dom Phillips y del antropólogo indigenista Bruno Pereira que fueron asesinados en la Amazonía brasileña en junio de 2022. Don –un periodista con mucha experiencia– viajaba por su cuenta y con cuidados especiales de seguridad. Bruno conocía muy bien la región. Pero la tragedia pasó. Este fue un caso especial –con mucha repercusión, con mucho destaque– por la presencia de Don, corresponsal internacional que trabajaba freelance para The Guardian.
SEGURIDAD Y CALIDAD
–¿Esto generó algún cambio?
–Lo que pasó hizo que los medios que cubren la Amazonía se preocupasen mucho más por la seguridad de sus reporteros, pero todavía no veo un cambio, especialmente en el caso de los corresponsales. Hace falta más. El colega Jonathan Watts, un periodista muy importante, creó y lideró el proyecto Rainforest Journalist, que duró cuatro años y ha servido como ejemplo para varias otras iniciativas incluso dentro del Pulitzer Center. Esas iniciativas motivaron a medios y freelancers a presentar proyectos para que puedan viajar seguros y hacer coberturas de mayor calidad. Estas acciones aumentaron la presencia de periodistas en la Amazonía, pero todavía falta mucho. Es un gran desafío.
–¿Cuáles son las respuestas que los gobiernos dan a estas amenazas más allá del “declaracionismo”?
–En Brasil, donde está una de las mayores porciones de la Amazonía, en los últimos años fue bastante grave después que asumió Jair Bolsonaro, que fue un presidente contra esa región, contra la selva, contra el medioambiente. Todo se puso más peligroso. El asesinato de Don Phillips se produce en ese momento, cuando las organizaciones ambientales públicas no tienen fondos. Básicamente en Brasil hay algunas organizaciones públicas que son muy importantes, como el IBAMA (Instituto Brasileiro do Meio Ambiente e dos Recursos Naturais Renováveis), el Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad (ICMBio) o la FUNAI (Fundación Nacional del Indio) y otras organizaciones que ayudan bastante a proteger el territorio. Pero en el tiempo de Jair Bolsonaro no hubo ningún tipo de inversión y, por el contrario, estas organizaciones y sus funcionarios fueron prácticamente perseguidos. Ese fue el caso de Bruno Pereira (asesinado junto con Phillips), que era uno de los indigenistas más importantes de Brasil y, en el momento de su muerte, estaba exonerado de su cargo y buscaba trabajo para sobrevivir, para pagar sus cuentas. Ese era el escenario. “Deixa pasar a boiada” (deja pasar el ganado), decía uno de los ministros de Bolsonaro, con lo que buscaba no dar ningún tipo de protección a la Amazonía y, en general, a ningún otro territorio. Por ello avanzaron los crímenes ambientales, el robo de tierras públicas y el narcotráfico, que creció muchísimo. Tal vez aquel fue el más grave que hemos pasado.
ESCASEZ DE RECURSOS
–¿Ha influido en algo el cambio de gobierno?
–Cuando tenemos gobiernos más favorables a la selva o más progresistas, las cosas mejoran un poco, pero no lo suficiente. La situación del pueblo yanomami es un escándalo. La invasión de garimpeiros, los mineros ilegales, está contaminando los ríos. (El presidente) Lula trata de cambiar la situación, pero los recursos que se invierten en eso son muy pocos. De hecho, se ha mejorado mucho. Pero en comparación con lo que teníamos, que estábamos en cero, falta mucha más inversión. Hay grupos económicos que pesan siempre mucho más que los intereses de los pueblos indígenas o de los ambientalistas o de los activistas o de los periodistas. El poder económico que tiene la minería acaba pasando por encima de cualquier política pública y los resultados son muy bajos. Brasil tiene una ministra, una mujer de pueblos indígenas en la FUNAI. Mucho simbolismo, pero poco resultado. El discurso de Lula queda muy bien internacionalmente, pero los resultados no son como debieran ser frente a la urgencia que estamos teniendo.
–De aquí hacia mañana, ¿qué hacer y cómo hacerlo?
–No veo que en Brasil haya chance de que pueda haber un gobierno más progresista que el de Lula. Es difícil. Creo que solo veremos un cambio cuando haya realmente un compromiso de la iniciativa privada porque es la que más interfiere en las decisiones del Ejecutivo. La iniciativa privada tiene un lobby muy fuerte en el Congreso. Hace mucha presión sobre la política y sobre los Gobiernos. Hay todo un discurso de sustentabilidad, de mucho greenwashing, mucho marketing. Hay empresas serias. Pero las que presionan, cuando no lo hacen a la vista, lo hacen por debajo. Sabemos, por ejemplo, que el camino del oro ilegal termina saliendo (de Brasil) a través de los principales bancos de Sao Paulo, se limpia en algún sitio y de ahí sale legalmente. Y (sale a través de) conexiones que no son solo en Brasil, sino internacionales. Por eso es que tiene que haber voluntad no solo de la iniciativa privada brasileña, sino internacional. ¿En Davos?
–¿Cuál sería la solución en este contexto?
–Hay que salir del discurso. Una cosa es lo que se dice y otra lo que sucede con los gobiernos. Creo que hay organizaciones que realmente están interesadas en cambiar las cosas, pero no están haciendo lo suficiente. Hay que crear conciencia. Y el periodismo ahí tiene un papel también, que es importantísimo. Tenemos que contar la historia para que la gente entienda lo que realmente está pasando y los riesgos que se vienen, que no son pequeños.
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La Expo 2024 agasajó a los periodistas
Un after office de lo más animado, con buena música en vivo y todos los ingredientes para disfrutar de una especial noche de amigos, fue el que ofrecieron los directivos de la Expo MRA 2024 a los periodistas por su día. La sede de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), sobre la avenida Sacramento, fue el punto de encuentro de este tradicional festejo que reunió a trabajadores de prensa escrita, radial, televisiva y digital, de los medios de comunicación más importantes del país, a los que se sumaron varios invitados especiales. Hubo parrillitas de picadas y bebidas varias para brindar por el encuentro.
El cantante Amadito Sarabia le puso ritmo a la noche con temas bailables de distintos géneros musicales que invitaron a los presentes a dar riendas sueltas a las ganas de bailar y cantar en un ambiente distendido y divertido. Hubo también souvenirs corporativos para los homenajeados.
En este festivo marco, las principales autoridades de la expoferia pusieron en relieve la valiosa tarea de los periodistas en el acompañamiento y el lucimiento de la mayor muestra del país que año tras año se supera en innovaciones y atracciones para el público.
La ocasión también fue propicia para realizar la presentación oficial del equipo de coordinación general de la edición número 41 de la Feria Internacional de Ganadería, Industria, Agricultura, Comercio y Servicios, organizada por la Asociación Rural del Paraguay (ARP) y el gremio de los industriales, que este año convoca a todo el país a vivir otra gran fiesta, del 6 al 21 de julio, en el lugar donde brilla lo que el Paraguay produce.
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Peña triplica cantidad de linces para luchar contra la inseguridad
El gobierno de Santiago Peña continúa potenciando el sistema de seguridad en Paraguay, tras concretarse el egreso de una nueva camada de 507 agentes linces que se incorporarán inmediatamente a las filas de la Policía Nacional.
“Lamento por los miles de padres y madres que sufren cada tarde y noche esperando que sus hijos vuelvan a casa sanos y salvos, luego de trabajar, estudiar; lamento por los paraguayos que todavía viven atemorizados por la delincuencia. El Paraguay es un país pacífico, pero tenemos que estar dispuestos a luchar, a ir a la guerra por nuestra paz”, sostuvo Peña.
El mandatario puntualizó que no se puede desconocer los avances dentro de la política de seguridad concretados durante los primeros 8 meses de su administración, resaltando los grandes operativos, como por ejemplo Veneratio, Dakovo, Ignis, entre otros. No obstante, remarcó que aún los paraguayos viven bajo una alerta permanente por la inseguridad en las calles.
“Comandante de la Policía Nacional, Carlos Benítez, estoy orgulloso de ustedes, les agradezco los esfuerzos y sacrificios que está haciendo, pero no estamos satisfechos, los paraguayos no están satisfechos. Yo no estoy satisfecho, lejos de un sentido de complacencia, las expectativas sobre nosotros es demasiado grande y pido que triplique los esfuerzos para que los paraguayos nos sintamos más seguros en nuestro país”, refirió.
La exigencia también fue dirigida al ministro del Interior, Enrique Riera, durante la ceremonia de presentación de los nuevos agentes en el complejo de la Secretaría Nacional de Deportes.
“Paraguay tiene un destino de grandeza. Los testimonios sobre la inseguridad abundan en nuestro país y no podemos permitir que nuestros jóvenes se sientan inseguros, que nuestros padres sientan esa inseguridad”, afirmó.
Comentó que la potenciación del Grupo Lince fue una deuda, que actualmente viene siendo cumplida por su gobierno, pero remarcó nuevamente que es consciente de que la seguridad no se logra solo con triplicar el número de efectivos. “Necesitamos el compromiso de todos y de cada uno de quienes fueron entrenados, equipados, para que estén en cada esquina, en cada uno de los rincones de los 17 departamentos del Paraguay”, mencionó.
SEPA MÁS
Cuatro mil nuevos policías
“Quiero un Paraguay con calles y barrios más seguros. Por eso, triplicamos la cantidad de linces y formamos a 4.000 nuevos policías con la misión de proteger a cada una de las familias paraguayas. Nuestro desafío es grande, pero estamos determinados a devolver la seguridad al país, combatiendo cada vez con más fuerza a quienes quieran vivir a costa de la tranquilidad de los paraguayos que trabajan honestamente”, expresó el presidente a través de su cuenta en X.
“La inseguridad es un gran desafío. En un país nunca habrá desarrollo y bienestar si primero no hay seguridad. Hoy la inseguridad no viene de conflictos bélicos, hoy nuestros riesgos son internos, el crimen organizado, narcotráfico, microtráfico, contrabando, estos son nuestros grandes desafíos”, señaló.
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El movimiento libanés Hezbolá lanzó “decenas” de cohetes contra Israel
- Beirut, Líbano. AFP.
El movimiento libanés Hezbolá afirmó que lanzó “decenas” de cohetes contra Israel tras la muerte de dos civiles en un bombardeo atribuido al ejército israelí en el sur de Líbano, donde se producen intercambios de disparos diarios desde que comenzó la guerra en Gaza.
Los combatientes de Hezbolá dispararon “decenas de cohetes Katyusha” contra el norte de Israel en respuesta “a los ataques del enemigo israelí contra (...) viviendas de civiles”, afirmó el grupo, respaldado por Irán, en un comunicado.
Los rescatistas y la agencia de prensa libanesa ANI habían anunciado anteriormente que un bombardeo israelí había matado a una mujer de unos 50 años y a una niña de 12 años en el sur de Líbano, y dejado varios heridos en una casa de Hanin, cerca de la frontera israelí.
“Aviones de combate enemigos bombardearon una casa de dos plantas con dos misiles aire-tierra, destruyéndola por completo”, informó ANI. Según la agencia, en la casa vivía “una familia que no había huido desde el inicio de los ataques israelíes”.
El Hezbolá libanés intercambia disparos diarios con el ejército israelí desde el inicio de la guerra entre Israel y el Hamás palestino en la Franja de Gaza hace más de seis meses.
Desde entonces, decenas de miles de personas han huido de las localidades situadas cerca de la frontera entre Israel y Líbano.
Hezbolá, que intensificó sus ataques en los últimos días, había anunciado unas horas antes haber “realizado un ataque aéreo” con drones contra dos posiciones militares en la ciudad de Acre, más allá de la zona fronteriza que el movimiento suele atacar.
El ataque fue una “respuesta al asesinato” de un miembro del Hezbolá horas antes, indicó el grupo chiita libanés.
El ejército israelí indicó por su parte haber “interceptado dos blancos aéreos sospechosos en la costa norte”. Según una fuente cercana a Hezbolá, un dron israelí mató a un ingeniero del movimiento, “miembro de la defensa antiaérea”, que se encontraba en su vehículo en territorio libanés.
El bombardeo se produjo en la región costera de Tiro, a unos 35 kilómetros al norte de la frontera con Israel, según un fotógrafo de AFP que vio el vehículo completamente carbonizado.