El senador del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) Blas Llano se refirió ayer al conflicto interno dentro de la agrupación con miras a los futuros comicios. Fue durante el programa “Fuego cruzado”, emitido por el canal GEN y conducido por los periodistas Augusto dos Santos y Benjamín Livieres. El otro punto debatido fue el liderazgo del presidente de los liberales, Efraín Alegre, cuyo único propósito, según el legislador, es utilizar a la nucleación como una herramienta para concretar su intención de llegar a la Presidencia de la República.
–¿Qué se hizo de Efraín Alegre?
–Estuve viendo uno de sus famosos videos que los viraliza a través de las redes sociales. Entre paréntesis nada nuevo, con el mismo discurso de que el que no está conmigo está en contra, soy el impoluto, yo soy el ético y el resto son corruptos, ladrones. Me recuerda a una anécdota del ex presidente argentino Carlos Saúl Menen, quien dijo que “cuando tú le invitas a alguien a tu mesa y lo primero que empieza a hablarte es de ética, moral, de las buenas costumbres, de esto y de lo otro, yo le sugiero que por las dudas cuando se retire cuenten los cubiertos”.
–¿Efraín Alegre producirá un nuevo cisma en el PLRA? ¿Hacia ahí va el partido?
–Yo no creo que por más que él quiera y sea su intención de dividir al PLRA, porque está claro por los hechos, que hablan por sí solos, no hace falta que yo cuente, pero si hace falta lo voy a hacer, pero él no tiene la fuerza para realizarlo. Por suerte muchos amigos, dirigentes y colegas parlamentarios se han dado cuenta y alejado políticamente de Efraín Alegre. En la Cámara de Senadores el PLRA tiene 14 legisladores, casi la tercera parte del pleno del Senado, ninguno le acompaña políticamente y en la Cámara de Diputados no suma más de 3 o 4 y de los más de 80 intendentes liberales no sé si tendrá alguno que le acompaña. Él está muy debilitado políticamente y trata de imponer por la fuerza no respetando absolutamente nada.
–¿Qué opinás sobre el planteamiento de Buzarquis, Ríos y otros que piden que los líderes con más años se retiren del partido?
–Si hablamos por la edad, yo tengo los mismos años que ambos, no hay diferencia, pero si hablamos por militancia yo tengo muchos años más. En la política uno puede pedir que se den pasos al costado, dar lugar a las figuras jóvenes, pero los espacios también se ganan. Uno no puede echar por tierra y tirar por la borda todo el trabajo, con todo lo que eso lleva, muchas veces disfrutando de triunfos y otras veces aceptando las derrotas, porque la democracia es así. No obstante, yo no critico, sino que aplaudo la aparición de figuras nuevas que quieran ganar un espacio importante y creo que eso debe ser aún mayor.
–¿Qué pasa si Alegre decide no respetar las resoluciones?
–No puede no respetar porque el PLRA no tiene la capacidad como otros partidos de organizar una interna partidaria sin apoyo. Cómo se cumplirá la ley electoral que te obliga a usar urnas electrónicas si no te proveen, de dónde vas a sacar, no tiene otra opción. En las sesiones del partido, están la señora, las hijas, el hijo, la novia del hijo, su yerno y así no se puede, ya es una joda el Directorio. Hoy todos los liberales estamos convocados por el Tribunal Electoral Independiente (TEI) institucional del partido, que decidió suspender todos los plazos de inscripciones de candidaturas de las elecciones sobre la renovación de las autoridades partidarias, cumpliendo el mandato de la última convención. Hoy los liberales estamos convocados por el único TEI que funciona y es reconocido por el TSJE para las elecciones de intendentes y concejales.
–¿Cuáles serían los principales problemas que afectan al PLRA y te preocupan?
–Me preocupa en primer lugar el no respeto a ninguna norma o regla, un partido político es una organización de varones y mujeres que no solo tiene que participar a la hora de elegir a sus autoridades, sino que debe trabajar en el fortalecimiento de esa organización y hoy no se da eso, no se da a nivel de base, de estructura media, ni tampoco se da a nivel de equipos nacionales, no hay diálogo y la herramienta natural que tiene el político es eso. ¿Cómo uno puede construir un proyecto político, social, cultural, si vos no hablás, no conversás? Eso no existe dentro del partido. En segundo lugar, lamentablemente y tengo que decir con todas las letras que Alegre cree que el partido es propiedad suya, un partido es una institución de derecho público, tiene obligaciones, maneja recursos provenientes del Estado a través del subsidio y aporte, no hay rendición de cuentas. Nadie sabe cuánto gastó el partido en las últimas elecciones y ni en qué gastó. Es grave esto, son recursos que pertenecen a todo el pueblo paraguayo.
–¿Cómo encaran ustedes este asunto de sacarse el lastre de ser la segunda fuerza del país y no la alternativa de poder?
–En política hoy en día hay que ser prácticos, entender que la política cambió en los últimos tiempos a través de la aparición de las redes sociales, ya no hay solo esa política tradicional. Esto debe ser con base en una propuesta del partido hacia la sociedad. No hace falta tener 25 o 30 propuestas, con 4 o 5, con lo que los paraguayos podamos coincidir basta y sobra. Al final de cuentas, si logramos tener esas 4 o 5 metas en 5 años, progresaríamos muchísimo.
–¿No te da temor la posibilidad de alcanzar esa meta en un partido que vive esta crisis, cuya juventud electa está en el exilio prácticamente, no tiene un sitio en el partido? ¿Cómo vas a explicar si las cosas no funcionan?
–Está claro que la condición política de un partido tiene una cuota de responsabilidad mucho más alta que la que tiene un movimiento interno que hace oposición, eso está claro. Pero coincido en que la derrota del partido, independientemente de que la mayor cuota de responsabilidad lo tenga A o B, va a ser una derrota de todos. Pero sabés que se da un fenómeno interesante dentro del PLRA, que cuando llegan estos momentos electorales a nivel de las bases partidarias, increíblemente hay un instinto de unión. Lo que pasa en todos los partidos tradicionales, no solamente en el Paraguay. Sobre el rol de la oposición. El PLRA no aparece como una oposición sólida, en términos de contestación de lo que hace el Gobierno y prueba de ello es lo que está ocurriendo en los últimos tiempos, vimos el escándalo político, escándalos de hechos de corrupción, y no hay una reacción de la oposición y del liberalismo en particular, que es la columna vertebral.
–¿Cómo recupera la oposición su perfil opositor frente a los hechos de corrupción, pero no aparece la oposición con una línea coherente frente a estos hechos?
–Nuevamente, el mayor partido de la oposición, porque hay que hablar en estos términos, el PLRA es el que tiene que liderar la oposición, pero ese liderazgo no existe, porque ese liderazgo es unipersonal. Entonces ni siquiera es capaz de compartir un proyecto, digamos, no de una oposición radical, o la oposición por la oposición misma, pero por lo menos una oposición seria, responsable, cuando surgen estos casos de supuestos hechos de corrupción para actuar de una misma manera. De repente nos encontramos con que la Comisión Permanente aprueba la convocatoria de la Cámara de Diputados para que estudie la interpelación al jefe de Gabinete, Juan Ernesto Villamayor, pero por ejemplo no se obtienen los votos para que se estudie la interpelación al presidente de Petropar, y fueron dos votos liberales los que no votaron y eso porque no hay un liderazgo fuerte. Pero el liderazgo fuerte hay que entender que no es porque vos seas un “mbaretecho”.
–¿Cómo están las políticas de alianzas que tuviste la iniciativa hace algún tiempo?
–Yo tengo una iniciativa que en realidad fue acompañada por varios, y esa fue una realidad que a mí me sorprendió mucho, digamos la forma que fue aceptada esta idea, porque en definitiva fue una idea y la seguimos sosteniendo. Y después están ya los intereses particulares. Entonces, es difícil construir sobre todo desde un lugar, en que uno no está revestido de la autoridad partidaria. Cosa distinta hubiese sido si yo hubiese sido el presidente del partido. Como cuando fui presidente del partido en el 2007 y formamos la Alianza Patriótica para el Cambio. Porque nosotros hablamos primero dentro de nuestra casa, dentro del PLRA, acordamos algunas cuestiones y después nos íbamos y nos sentábamos en la mesa con los otros partidos políticos. Y me iba yo solo, porque yo era el presidente, tal vez no con el apoyo del 100% de los liberales, pero sí un 99,9% me acompañaba.
–Quería preguntar por un apellido: Harrison. ¿Su apellido suena fuerte como candidato que pueda unificar a la oposición?
–Evidentemente la aparición de Norman en una reunión hizo que saltara su nombre y hay que reconocer que despierta simpatía. Ahora, que de ahí pueda aglutinar a toda la oposición yo no puedo decir, creo que tiene todas las condiciones. Lo que sí puedo decir, creo y estoy convencido de que todos los que de alguna u otra manera aspiran a una candidatura presidencial se tienen que sentar alrededor de una mesa a elaborar un programa de gobierno realizable, y reitero no de 30 puntos. Basta con 10 puntos consensuados y en su momento encontrar el mecanismo como para integrar la chapa más popular. Si puede ir un liberal como candidato a presidente, mejor. Pero si aparece otra figura con mayores posibilidades de chance, irá otro.