Previo a la culminación de la misa central, el obispo de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, dio lectura a la tradicional carta de la iglesia católica al pueblo paraguayo, en este caso no solo brindó un mensaje de esperanza y ánimo a la sociedad en general, sino también se hizo eco del reclamo ciudadano y lo extendió a las autoridades que asistieron a la mayor festividad religiosa del país.

Ojalá sea el Estado el que cuide y vigile esos fondos reservados pensando en un futuro seguro y mejor de los ciudadanos que han aportado”, manifestó. Las expresiones del obispo de Caacupé se dan en medio del debate sobre el proyecto de creación de la Superintendencia de Jubilaciones y Pensiones, el cual busca establecer un marco de control a las distintas cajas, tanto públicas como privadas.

En su extensa carta el monseñor hizo mención a la problemática de las distintas cajas de jubilaciones y pensiones y pidió a las autoridades que resguarden los recursos de los aportantes quienes tras tantos años de trabajo, buscan acogerse a este beneficio y disfrutar del fruto de su esfuerzo en su etapa de vejez.

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Necesitamos que nuestras autoridades se enfoquen en la búsqueda de soluciones y dejen de lado las rencillas internas, encontrar el centro de gravedad y concentrar toda la fuerza para dar el golpe certero. En nuestro caso la guerra es contra la pobreza, la inseguridad, la corrupción y la impunidad, lo que se exige a las autoridades es determinar la meta que se desea alcanzar”, expuso Valenzuela.

Ante la presencia del presidente de la República, Santiago Peña, la primera dama Leticia Ocampos, el vicepresidente Pedro Alliana, la jefa de gabinete Lea Giménez y varios ministros como el de Justicia, Ángel Barchini; de Educación Luis Ramírez; del Interior, Enrique Riera; de Salud María Teresa Barán; de Defensa Óscar González, entre otros, el obispo pidió el fortalecimiento de las instituciones del Estado.

Si no hay una decisión política seria en materia de seguridad crecerá la delincuencia cotidiana que se ha convertido en la zozobra nuestra de cada día. Así también, si no se pone en marcha una política económica razonable la injusta pobreza crecerá”, manifestó y animó a las autoridades a no sucumbir en la lucha contra la delincuencia, el crimen organizado y la violencia.

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El presidente de la República, Santiago Peña, y la primera dama Leticia Ocampos participaron de la misa central. Foto: Emilio Bazán

Corrupción

La corrupción y la impunidad continúan siendo “lacras” que carcomen los cimientos de la nación, afirmó el obispo de Caacupé, quien lamentó que este haya penetrado tanto a la sociedad que nos hemos acostumbrado a ver estos hechos sin que nos genere sobresaltos. Instó a no dejar de exigir castigo para quienes cometen estos delitos.

“En todo ese tiempo no supimos frenar la sangría de la corrupción que está volviendo anémica al país. Es hora de acabar con esto, se necesita patriotismo y coraje para que nuestro país alcance, un sitial destacado en el concierto de las naciones”, remarcó.

Valenzuela no olvidó mencionar el problema educativo y los generados a partir de las denuncias de títulos universitarios falsos. Advirtió sobre el peligro que esto genera puesto que se tiene a personas sin la capacidad necesaria, asumiendo cargos de suma trascendencia en diferentes ámbitos como la salud, la justicia, entre otros.

Mensaje de optimismo

De ninguna manera el sentido crítico expuesto en esta carta debe interpretarse como una expresión de pesimismo y derrota frente a los problemas que afronta el país. Hemos señalado situaciones de nuestra realidad cotidiana, muchas de ellas circunstancias difíciles; no obstante, Dios promete edificarnos a través de esos padecimientos”, alentó el obispo de Caacupé.

El optimismo es multiplicador de fuerzas, expuso e insistió a la ciudadanía a que no se deje llevar por el mal humor social que se da especialmente en redes sociales y que tiene escaso resultado, hizo énfasis Valenzuela. “Tenemos la convicción de que vendrán tiempos mejores y que nuestras autoridades comprenderán la necesidad de servir al semejante para que todos lleguemos a buen puerto”, concluyó.

Como es tradicional, la misa central de Caacupé tuvo una gran concurrencia. Foto: Eduardo Velázquez

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