La ciudad de San Bernardino inauguró un nuevo espacio público interactivo ubicado en el triángulo que forman las avenidas Vache y Schaerer, ingresando por la Ruta PY02. El mismo consiste en una plaza seca compuesta por un basamento piramidal y un enorme reloj de sol de 7 metros de largo y 4 metros de alto.

El proyecto de construcción de este sitio, que busca aportar aún más patrimonio cultural a la ciudad, fue impulsado y realizado por el Rotary Club en conjunto con el municipio. En este sentido, el presidente del Rotary Club San Bernardino, licenciado José Fernández, destacó que a partir de ahora San Bernardino también será reconocido por este conjunto urbano, que tiene especial presencia con su iluminación nocturna, donde además se destaca unido al texto San Bernardino, la importante Rueda de Rotary Internacional.

El reloj de sol es una estructura metálica que indica la hora solar con su sombra proyectada en el piso. Se complementa con asientos cilíndricos, colocados en forma de corona y líneas bajo relieve grabados en el suelo, que marcan cada hora completa. Cabe aclarar que el reloj indica la hora solar y no la “administrativa” por decreto. “No hay en el país otro, excepto el pequeño en las ruinas Jesuíticas de San Cosme y San Damián, que data del 1730. Solo existen cuatro o cinco relojes solares de este porte en el mundo, con criterio de objeto urbano, lo que lo convierte en realmente extraordinario”, explicó a los presentes en la inauguración el arquitecto Carlos Domenech, uno de los autores del proyecto, subrayando que el reloj de sol es una creación de astrónomos egipcios, que data de unos 1.500 años antes de Cristo.

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