El Instituto Nacional del Cáncer (Incan) emprende trabajos de renovación en su techo, abordando una necesidad importante en su infraestructura. El proyecto de mejora se enfoca en varias áreas del instituto, priorizando el bienestar tanto de los pacientes como del personal médico.

Desde hace años, el Incan ha enfrentado desafíos significativos en cuanto a su estructura, con el techo siendo una de las principales preocupaciones debido al deterioro progresivo a lo largo de las décadas, informó la cartera sanitaria. Este problema no solo afecta la integridad estructural del edificio, sino que también repercute en las condiciones de trabajo del personal médico y en la experiencia de los pacientes que acuden al instituto en busca de tratamiento.

Consciente de esta situación, la nueva administración del Incan ha priorizado la realización de obras de renovación del techo, comenzando en las áreas de radiología, banco de sangre, quirófano y pasillo lateral, desde la entrada hasta el auditorio.

Este enfoque estratégico busca garantizar un entorno seguro y confortable para los pacientes durante su estancia en el instituto, así como condiciones de trabajo óptimas para el equipo médico y de enfermería.

Diariamente se llevan a cabo cerca de 300 quimioterapias en el Incan, lo cual representa a unos 100 pacientes. Al mes, suman alrededor de 1.400 las personas atendidas.