Dirigentes de gremios de trabajadores taxistas, mototaxistas y transporte alternativo se convocaron ayer viernes en la zona primaria del Puente de la Amistad, en Ciudad del Este (Alto Paraná) para protestar por la excesiva tardanza para el cruce por el paso fronterizo debido a la doble fila de camiones como una de las causas principales.
El administrador de Aduanas de Ciudad del Este, Gustavo Soto, y el titular de la Administración Nacional de Navegación y Puertos (ANNP), Jorge Melgarejo, además del comandante del Área Naval del Este, se reunieron con los dirigentes en la cabecera del puente, frente a Migraciones. Los taxistas pidieron que los camioneros respeten el uso de una sola fila, que no se amontonen en el puente obstaculizando el tránsito, y que cada sector respete la vía que les corresponde en la zona primaria.
Pidieron a los responsables de las instituciones citadas, responsables de la zona primaria, que organicen la circulación por dicha área para evitar la tardanza en el paso. “Que ningún camión se estacione más sobre el puente, que ningún camión se adelante, que se respete el cruce desde las 17:00, como está establecido dentro del acuerdo internacional”, expuso Enrique Rolón, dirigente de la Federación de Trabajadores Taxistas de Ciudad del Este.
Insistieron en que no se puede tardar tres horas para cruzar el Puente de la Amistad y esa situación afecta a todos, a los trabajadores taxistas, a los turistas, compradores y al comercio en general, porque nadie quiere tardar demasiado para hacer el cruce fronterizo. “Todos necesitamos trabajar, que los camioneros formen fila”, remarcó Rolón. También denunciaron que existen unas 300 motos al mando de particulares, que no son mototaxistas reconocidos, que se quedan en el puente y les obstaculizan el paso.
En la reunión también se planteó que otra de las causas que genera el atascamiento es que del lado brasileño está liberado el paso de camiones, sin cumplirse el cruce establecido solo desde las 17:00. A eso se suman las permanentes medidas de protestas que suelen hacer los funcionarios de la aduana brasileña, haciendo controles muy lentos, precisamente para generar molestia en los usuarios y que el Estado responda a sus reivindicaciones.