El papa Francisco no deja de sorprender al Paraguay por el cariño que le tiene al pueblo guaraní, a la chipa y la admiración a la gloriosa mujer paraguaya, ya que tras nombrar como cardenal al paraguayo Adalberto Martínez Flores, volvió a designarlo en un importante cargo en uno de los dicasterios de la curia romana, como miembro de la Comisión Pontificia para América Latina.
El dicasterio es la denominación que se utiliza para referirse a los departamentos u organismos especializados de la curia romana y la Comisión Pontificia para América Latina es una de ellas, de la que el compatriota su eminencia Adalberto Martínez Flores formará parte tras este anuncio que hizo el sumo pontífice.
Martínez Flores será el primer cardenal paraguayo que accede a una de las comisiones del Vaticano.
Esta comisión se encarga de todos los temas políticos de América Latina propiamente; es decir, es el puente entre América Latina y el Caribe con el Vaticano. La misma se encarga de trasladar las realidades pastorales de esta zona del mundo.
La Comisión Pontificia para América Latina es una estructura dirigida por el cardenal canadiense Marc Ouellet y a ella se suman el cardenal Paulo Cezar Costa, arzobispo de Brasilia, y Adalberto Martínez Flores, arzobispo de Asunción y primer purpurado en la historia del Paraguay.
El Arzobispado de la Santísima Asunción recordó también que ayer se reunió con Teresa Martínez, ministra de la Niñez y la Adolescencia (Minna), con el objetivo de tratar diferentes temas referentes a la niñez en el país. Martínez Flores ya había anunciado desde su creación como cardenal su interés por la educación, la niñez y protección de los pequeños.
MINISTRA DE LA NIÑEZ AGRADECIÓ INTERÉS
La ministra de la Niñez y la Adolescencia, Teresa Martínez, se reunió ayer con el cardenal Adalberto Martínez, legisladores y otras autoridades, a fin de abordar temas referentes a la niñez y adolescencia en nuestro país. En la ocasión fueron abordados diversos temas referentes a la niñez de nuestro país, incluyendo la situación actual en este ámbito y la preocupante desaparición de menores en diversos puntos del territorio nacional.
La ministra Teresa Martínez agradeció al cardenal paraguayo por su acercamiento para mantener esta reunión y reconoció el interés de la Iglesia católica para tratar asuntos sobre niñez. A su criterio, este tipo de alianzas son muy necesarias para que el mensaje de protección y cuidado a la niñez y adolescencia en Paraguay pueda llegar a una mayor cantidad de personas.
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Paraguay está mejor posicionado que Brasil para hacer negocios, pero esfuerzo debe seguir
Por: Sofía Céspedes
(sofia.cespedes@nacionmedia.com)
En el informe de Índice Global de Complejidad Corporativa (GCBI) 2024 de TMF Group detallan que entre los 15 países más complejos para establecer empresas en el mundo se encuentran 6 jurisdicciones de Sudamérica, entre ellas Paraguay.
Si bien en el ranking el país está mejor posicionado que Argentina y Brasil, expertos en Economía expresaron a La Nación/Nación Media cuáles podrían ser los factores que incidieron para que Paraguay sea considerado como difícil para entablar negocios.
El economista Aníbal Insfrán dijo a La Nación que los pedidos de coima, tanto por el que da y por el que pide, tienen que ver con esta posición. Explicó que la cultura paraguaya de incentivar a la facilidad de procesos a través de influencias pudiera haber retrasado el interés de inversionistas para capitalizar en el país.
“Este es un tema político, pero también cultural (corrupción). Podría influir la coyuntura política, la incertidumbre, que hacen que uno no se quiera arriesgar. Tal vez esto pudo haber movido la posición (pasó del puesto 19 al 13 en el Índice Global de Complejidad Corporativa)”, opinó.
El 22 % de los expertos de TMF Group considera que la regulación es un obstáculo resaltante para la inversión a nivel global. Ese porcentaje en Sudamérica es del 40 %. “La falta de claridad y regulación cambiante desalientan a la inversión”, señala el informe.
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Paraguay es uno de los países que cuenta con la menor tasa impositiva en Sudamérica. Con tres tributos relevantes, impuesto al valor agregado (IVA) de 10 %, impuesto a la renta empresarial (IRE) 10 % y el impuesto a la renta personal (IRE) de 10 %, se constituye como altamente atractivo para el capital extranjero.
Sin embargo, los factores que podrían estar afectando para que Paraguay haya pasado del puesto 19 (en 2023) al 13 (en 2024) en el ranking de TMF en la escala de complejidad, tienen que ver con cuestiones sociopolíticas y con la burocracia estatal, reiteró el economista.
Digitalización judicial
En cuanto a la burocracia y al sistema financiero, el analista Stan Canova expuso a LN/Nación Media que para iniciar un proceso de inversión se requiere mínimamente de la ayuda de un contador o escribano; por ende, contar con un poder para agilizar trámites. En ese caso, mencionó que no es sencillo documentar un poder en registros públicos, ya que aún no existe digitalización en el sistema.
“La Corte Suprema de Justicia no se interesa en digitalizar los trámites básicos para las personas que inician el proceso de invertir en el país. Se debe instalar un programa digitalizado de registros públicos como lo es con identificaciones”, afirmó.
Canova señaló que los bancos aún no están incluyendo una unidad especializada para extranjeros que deseen abrir una cuenta en el país, y precisó que este factor financiero puede retrasar las operaciones en Paraguay.
“Es necesario tener respuestas a preguntas básicas, cómo funciona el sistema bancario de Paraguay, qué se requiere para abrir una cuenta, y debe ser en inglés/portugués ya que también hay mucha gente de Brasil que está viniendo acá. Los bancos deben tener esta unidad especializada”, aseguró.
Por su parte, el economista Jorge Garicoche resaltó que Paraguay pudo avanzar para simplificar la apertura de empresas mediante acciones, como la Empresa por Acciones Simplificadas (EAS) y el Sistema Unificado de Apertura y Cierre de Empresas (Suace), que posibilita a inversionistas extranjeros contar con radicación permanente en menos de dos semanas.
Ranking
Grecia es el país más complejo para hacer negocios en el mundo, seguido de Francia. Colombia es el tercer país más complejo y el 1 en Sudamérica. Le siguen México, Bolivia, Turquía, Brasil, Italia, Perú, Kazajistán, China, Argentina, Paraguay, Bélgica y España.
Este informe tiene en cuenta la información de 79 jurisdicciones de todo el mundo, y entre todas representan el 93 % del PIB global. El GBCI 2024 se basa en 292 indicadores relacionados con la complejidad corporativa que afectan a la facilidad de hacer negocios.
Los tópicos con mayor incidencia considerados como riesgosos y desafiantes en las organizaciones son los asuntos regulatorios en primer lugar (29 %), seguido por los asuntos políticos (22 %), operacionales (17 %) y económicos (14 %).
Datos claves
- Paraguay es uno de los países que cuenta con la menor tasa impositiva en la región.
- Paraguay está mejor posicionado que Argentina y Brasil en el ranking de complejidad corporativa 2024.
- Las debilidades de Paraguay para atraer inversiones siguen siendo la burocracia y la corrupción.
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Cambios arquitectónicos y avance de tecnología, nuevas tendencias para centros comerciales
La Cámara de Centros Comerciales del Paraguay realizó un charla sobre las nuevas tendencias sobre consumo e impacto en centros Comerciales en Latinoamérica. El evento contó con presencia de importantes empresarios y del presidente de la Cámara Latinoamericana de la industria de Centros Comerciales (Clicc), Carlos Hernán Betancourt, quien dijo a La Nación/Nación Media que las tendencias que marcan el rumbo del rubro hoy tiene que ver con la arquitectura y tecnología.
“Los centros comerciales vienen evolucionando en distintos aspectos, primero en lo arquitectónico. Aparecen nuevos desarrollos, aparecen áreas más amplias, ventiladas, áreas verdes. Las personas después, de la pandemia especialmente, hemos sentido necesidades y una transformación en nuestros hábitos que nos llevan a querer espacios más generosos, espacios donde la iluminación y la naturaleza estén presentes”, explicó Betancourt.
Seguido, mencionó que la tecnología se convirtió en un elemento muy potente y poderoso para los centros comerciales, porque facilitan los servicios a los clientes y a las empresas, igual que a los emprendedores. La tecnología es un actor trascendental para el sector y un ancla para el entretenimiento, sostuvo.
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“La incorporación de la tecnología, tanto en la seguridad, y en la experiencia de compra, para realizar pagos, se convierte en un facilitador para las personas. Esto es tan amplio y a la vez tan profundo que seguiremos trabajando, seguiremos adelantando este tipo de espacios y escenarios, porque esta es una industria activa, dinámica, que todavía tenemos mucho camino y mucho por desarrollar”, finalizó.
Betancourt destacó la participación de más de 130 personas trabajadoras del rubro en Paraguay en la charla, donde se desarrollaron temas sobre el panorama de Latam 2024, las experiencias y buenas prácticas de estacionamiento controlado, “New tenant mix” o cambios en el consumo y sus impactos en los centros comerciales, además de las garantías y análisis de casos de éxito en centros comerciales.
Asimismo, resaltó como positivo el rol que desempaña la Cámara de Centros Comerciales para el sector, ya que le da un valor y una fortaleza adicional, por la alta competitividad. cambios en el consumidor, transformaciones constantes, que empuja a todos a estar atentos a estos cambios.
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Paraguay, el cuarto país de menor riesgo en la región
Por Rebeca Vázquez (rebeca.vazquez@nacionmedia.com)
Paraguay experimentó un descenso en la nota de riesgo país y mantiene uno de los resultados más bajos de la región, según el Emerging Market Bond Index (EMBI), que es calculado por JP Morgan. Se trata de un indicador de estabilidad económica y política que mide la capacidad de las naciones emergentes para cumplir con sus compromisos financieros, un aspecto analizado por inversionistas extranjeros.
Al final del primer cuatrimestre del año, la calificación de riesgo país de Paraguay ya había disminuido hasta 1.69. Mientras que, al cierre de mayo, la calificación descendió hasta 1, 60, que implica una diferencia de 0.7 puntos porcentuales con respecto al mismo periodo del año anterior.
De esta manera, Paraguay se posiciona como el cuarto país de menor riesgo en la región, solamente por detrás de Uruguay (0,77), Chile (1.14) y Perú (1.50). Además, se ubicó por encima de naciones como Brasil, Costa Rica, Panamá y logró igualmente una calificación mejor que el promedio global latino (4.05).
El EMBI de Paraguay refleja la percepción positiva de los inversionistas sobre la capacidad del país para mantener su estabilidad financiera, a pesar de los desafíos internos. Si bien los resultados son positivos, Paraguay debe continuar esforzándose en mejorar su imagen a nivel internacional para alcanzar así el anhelado grado de inversión, del que estamos muy cerca, explicó a La Nación/Nación Media el analista económico Víctor Pavón.
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A criterio del profesional, el descenso en la calificación de riesgo país responde además a una serie de medidas tomadas en materia de estabilidad monetaria, sostenibilidad fiscal y otros aspectos de orden financiero, como por ejemplo la reducción del déficit fiscal y las reformas en el sistema de jubilaciones, que ya iniciaron.
“Lo que se consigue (con el descenso del riesgo país) es que los mercados internacionales y, especialmente, las empresas vean al Paraguay como un país predecible y, por lo tanto, con muchas posibilidades para colocar inversiones, que significan puestos de trabajo e incremento en los salarios reales”, destacó a LN/NM.
Pavón hizo énfasis igualmente en continuar la senda del trabajo en la imagen del Paraguay, un aspecto en el que tienen especial responsabilidad los embajadores, señaló. Solo así se podrá lograr el anhelado grado de inversión.
“Cuánto más vayamos llegando a un descenso en el riesgo país, obviamente el puntaje va a ser mucho mejor para el Paraguay y lograremos otros indicadores importantes. Ya estamos muy cerca”, agregó.
Datos claves
- Al cierre de mayo, la calificación de riesgo país del Paraguay descendió hasta 1, 60, que implica una diferencia de 0.7 puntos porcentuales con respecto al mismo periodo del año anterior.
- El EMBI de Paraguay refleja la percepción positiva de los inversionistas sobre la capacidad del país para mantener su estabilidad financiera, a pesar de los desafíos internos.
- El país se posiciona como el cuarto de menor riesgo en la región, solamente por detrás de Uruguay (0,77 ), Chile (1.14 ) y Perú (1.50 ).
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¿La contraola?
Las violencias –reales y simbólicas– sacuden el mundo. Lo desangran. No solo por situaciones bélicas. También por las acciones que desarrollan organizaciones delictivas transnacionales de alta complejidad. O por líderes que dejan de lado los preceptos democráticos y desde el fundamentalismo de mercado proponen abolir la justicia social.
- Por Ricardo Rivas
- Periodista - X: @RtrivasRivas
- Fotos: Gentileza
“Muchos chicos de Ucrania (que) vienen aquí (al Vaticano) no saben sonreír (o) se olvidaron de sonreír y esto es muy duro”, dijo el papa Francisco a la colega periodista Norah O’Donnell, conductora, presentadora y editora jefa del programa “Evening news”, de la cadena televisiva norteamericana CBS. Triste. Muy triste. Luego, cuando O’Donnell –a propósito de la situación bélica en Ucrania– le propuso enviar un mensaje al presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, el pontífice impetró: “¡Detengan la guerra! Busquen la negociación. Busquen la paz. Siempre es mejor una paz negociada que una guerra sin fin”.
La entrevista es extensa. La producción muy prolija, sobria, con la entrevistadora vestida de negro. Francisco no esquivó ningún tema. En Europa la guerra es una preocupación cierta y concreta. En algunos países se reimplanta el servicio militar obligatorio. Los presupuestos para la defensa crecen. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) retoma con enormes despliegues las ejercitaciones conjuntas sobre hipótesis de conflicto en fronteras sensibles.
Vientos nacionalistas comienzan a soplar sobre territorios que a lo largo de la historia fueron arrasados por enfrentamientos interminables e incomprensibles, tanto en nombre de la política como de las ideologías o las religiones. Donde no hay guerras, las violencias llegan de la mano de líderes emergentes que se nutren en el liberalismo y la ortodoxia. Misoginia. Contrarios a las cuestiones de género. Refractarios con la Agenda 2030. Ninguna simpatía por la diversidad ni lo diverso.
Esos pensamientos tienen fuerte impacto en la sociedad civil. Las personas en situación de tránsito (los migrantes) sufren de estigmatizaciones. Son blancos de sospechas, de explotaciones, de todo tipo de violencias. “Los migrantes a veces sufren mucho”, dice Francisco a Norah. “¡Sufren mucho!”. Y agrega: “¡La gente se lava las manos!” y destaca en tono de queja que “hay tanto Poncio Pilato suelto… que… ve lo que está sucediendo, las guerras, las injusticias, los crímenes… y se lava las manos”.
Diagnostica que “cuando el corazón se vuelve duro” emerge la indiferencia y sentencia que “la globalización de la indiferencia es una enfermedad (social) muy fea”. Creo percibir que no solo habla críticamente de las guerras. Francisco, como algunos otros líderes globales, busca respuestas a tantos interrogantes. Dentro y fuera de las 44 hectáreas del Vaticano donde es jefe de Estado.
LIDERAZGOS EMERGENTES
Guy Sorman (80), intelectual francés de estirpe liberal, también se preocupa por algunos liderazgos emergentes. Hace foco en nuestra región y lo hace saber. El pasado 29 de abril, en el diario monárquico español ABC, sostiene que “de la misma manera en que el general Pinochet (Augusto, dictador chileno entre el 11 de setiembre de 1973 y el 11 de marzo de 1990), al reivindicar el liberalismo económico, lo convirtió en ilegítimo” y advierte que “ahora estamos ante una situación similar, aún más peligrosa” con el presidente Javier Milei en Argentina.
Sorman, luego de dejar claro que espera “que tenga éxito, pero lo dudo”, considera que ese presidente “entiende el liberalismo al revés de lo que realmente significa” y estima que, si ese gobierno “fracasa, el liberalismo no se recuperará hasta dentro de una generación” que, en su opinión, será “el tiempo que tardemos en olvidar a este presidente extravagante”.
A otros analistas e intelectuales también les preocupa el expresidente norteamericano Donald Trump, quien se propone volver a la Casa Blanca con las presidenciales del 5 noviembre próximo, porque pocos días atrás no trepidó en señalar que, si llega a ser electo, gobernará “como un dictador desde el primer día”. En las encuestas aparece como posible triunfador. Pese a que la justicia norteamericana lo investiga por 91 presuntos casos reprochables judicialmente. Más aún, el Servicio Secreto estudia desde hace semanas –como hipótesis– qué tipo de dispositivo deberá establecer en una prisión si el señor Trump fuera condenado, encarcelado y debiera gobernar desde la prisión. Aunque usted no lo crea, nada impide que así suceda en la legislación estadounidense.
¿Por qué se producen estos fenómenos? Como Guy Sorman, el papa Francisco procura saberlo. Hace foco sobre la educación y, en especial, en el uso del lenguaje. Entre los pasados días 10 y 11 de mayo, el pontífice participó activamente del II Encuentro Mundial sobre Fraternidad Humana. Treinta ganadores del Premio Nobel estuvieron en Roma para ese diálogo del que participaron economistas, empresarios, deportistas galardonados, científicos, dirigentes de todo sector, trabajadores. La sociedad civil en su conjunto que se distribuyó en una docena de mesas para debatir temáticas precisas estuvo allí. A los nobel, el papa les agradeció “el compromiso” para reconstruir una “‘gramática de la humanidad’, una ‘gramática de lo humano’, en la que (se puedan) basar las opciones y los comportamientos”.
Días después, el intelectual Rodrigo Guerra López, secretario de la Pontificia Comisión para América Latina en la Santa Sede, respecto del concepto gramática de lo humano, señala que “si la libertad es un ‘lenguaje’ que expresa lo que somos, es preciso determinar su gramática (y, para ello, establecer) las leyes que permiten el uso inteligente de los significados que se comunican a través de nuestras decisiones” y destaca que Francisco con ese mensaje se propone “impulsar la necesidad de enriquecer nuestra conciencia a través de un redescubrimiento del significado profundo que habita en la condición humana”.
ILIBERALISMO
Las violencias –reales y simbólicas– sacuden el mundo. Lo desangran. No solo por situaciones bélicas. También por las acciones que desarrollan organizaciones delictivas transnacionales de alta complejidad. O por líderes que dejan de lado los preceptos democráticos y desde el fundamentalismo de mercado proponen ajustes, desempleos, alejarse de aquel Estado de bienestar que ya está bastante atrás, abolir la justicia social, dejar de lado los derechos humanos, imponer el iliberalismo apoyándose en el discurso vacuo de libertarismo excluyente.
No vamos bien. Miles de personas temen por sus vidas. Habitan en la incertidumbre. Por caer en el desempleo. Por ingresar en la pobreza o en la indigencia. Por no poder acceder a la salud, a la educación. “¿No future?”. Tampoco tienen certezas sobre el amanecer que vendrá ni si llegarán a la noche de este día. ¿Estaremos con vida cuando se ponga el sol? ¿Podré amamantar? ¿Podrán nuestros hijos crecer? ¿Podré ver cómo crecen? ¿Esta es la vida que supimos conseguir? “¿No future?”, aquella duda social profunda de entonces que expandieron desde las puertas mismas del Palacio de Buckingham, en Londres, 1977, Johnny Rotten, Steve Jones, Glen Matlock, Paul Cook y el fallecido Sid Vicious –The Sex Pistols– parece reinstalarse.
Unas sesenta guerras se desarrollan –en algunos casos desde varias décadas– en nuestro maltratado mundo. Desde poco más de dos años atrás –el 24 de febrero de 2022– Rusia está en guerra con Ucrania. Ese día, el presidente Vladimir Putin ordenó avanzar a sangre y fuego. Su homólogo en Kiev, Volodímir Zelenski, organiza la defensa, consigue contener al invasor, lo daña y articula con algunos gobiernos que le aportan pertrechos de todo tipo. Miles de muertos, miles de heridos, miles de huérfanos, miles de prisioneros, ciudades destruidas, infraestructuras inutilizadas. ¿Dónde está la paz?
Desde el 7 de octubre del año pasado la muerte se instaló en la Franja de Gaza. Un ataque terrorista inesperado de combatientes irregulares de Hamás contra la población civil en el sur de Israel dejó como luctuoso saldo cerca de 2.000 personas asesinadas. Dos centenares fueron secuestrados y en su mayoría así permanecen. Angustia. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, contraataca impiadoso. ¿35.000 muertes? Con el tiempo se sabrá.
¿Dónde está la paz en esa geografía a la que tres religiones llaman Tierra Santa? La guerra debe detenerse. ¡Ya! Algunos retoman la idea de “un territorio, dos Estados” para que coexistan y alcancen la paz Israel y Palestina. Un primer acuerdo en ese mismo sentido firmó en Oslo en 1993 el primer ministro israelí, Yitzhak Rabin, junto con el jefe de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasser Arafat. En 1995 se avanzó para definir y delimitar las áreas administrativas que corresponden a Israel y a Palestina. Un avance hacia la paz, sin dudas. De hecho, así lo reconoció el Comité de Oslo. Arafat, Rabin y el entonces ministro israelí de Asuntos Exteriores, Shimon Peres, en 1994 fueron galardonados con el Premio Nobel de la Paz.
TIEMPOS VIOLENTOS
En estos tiempos violentos se retoman aquellas ideas y políticas que se definieron y aplicaron en los últimos siete años del siglo pasado. ¿Volver al futuro? ¿Y las violencias del presente? Shlomo Ben Ami, diplomático e historiador israelí, sostiene y caracteriza esa disputa como “una tragedia hegeliana entre dos causas legítimas”. ¿Es un conflicto del siglo XX o una repetición constante que llega hasta nuestros días en el silgo XXI?
Algunas tragedias no saben de espacio ni de tiempo. La física y la filosofía, la que se conoce como cosmología filosófica, van por senderos muy alejados cuando de violencias permanentes se trata. Confieso que por años he deseado dialogar con Eric Hobsbawm (1917-2012). Leer su obra –su trilogía de las tres edades– me deslumbró. “La era de la revolución: Europa 1789-1848″ (1962), “La era del capital: 1848-1875″ (1975) y “La era del imperio: 1875-1914″ (1987) fueron parte importante de mi nutriente intelectual. Pero, sin dudas, “Historia del siglo XX” (The Age of Extremes), que se publicara en 1994, me determinó y fue una suerte de hoja de ruta para comprender cada país que visité, recorrí, estudié y estudio desde la última década formal de la centuria pasada que, desde la perspectiva de Hobsbawm, solo tuvo 77 años.
A partir de ese paradigma, Eric Hobsbawm llama al XX “el siglo corto”. Cuando soñaba e intentaba como periodista organizar un encuentro con él imaginaba que habría de conversar con un testigo secular que revisó como muy pocos lo hicieron los sucesos de cada uno de sus días. Hasta después de su muerte jamás lo asumí como un historiador. No. Lo que narraba y exponía Hobsbawm –como lector, curioso irredimible, académico y periodista– siento que no eran hechos incrustados en el pasado, sino que acaecían –sucedían– en aquellos días que convivíamos.
Con cada uno de sus trabajos sentía que estaba frente a una suerte de investigación-acción sincrónica con sus relatos y la vida cotidiana en un planeta inseguro. Como miles, aquel maestro también había peleado en la Segunda Guerra Mundial. La generación de sus padres combatió en la Primera. Aquellos conflictos nos marcaron. “El siglo XX no puede concebirse disociado de la guerra, siempre presente aun en los momentos en los que no se escuchaba el sonido de las armas y las explosiones de las bombas”, dijo Eric alguna vez. Coincido.
Y desde ese contexto es que comprendo que en su análisis pusiera fin a aquel “siglo corto” en 1991, luego de la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) dos años después de que se derrumbara el Muro de Berlín. La idea de la bipolaridad ordenadora de la posguerra perdió fuerza. Otros catedráticos creyeron que se encontraban frente al fin de la historia. Nada es tan lineal cuando de la humanidad se trata.
OLAS
Fabián Bosoer, colega periodista, académico y escritor, en el diario Clarín de Buenos Aires preguntó “¿Qué quedó de la tercera ola?” de la democratización que propuso Samuel Huntington (1927-2008). Tengo la convicción de que Bosoer también está entre los preocupados, como bien lo explica, por “el crecimiento (exponencial) de fuerzas “antisistema”, (de) líderes con retóricas iracundas y (con) políticas extremistas”, lo que entiende que “representa un nuevo desafío a las democracias”.
En el plano de las dudas, se pregunta y nos pregunta si acaso tales emergencias son “¿respuesta a las promesas incumplidas, un síntoma más del malestar (social) o un indicador de su resiliencia? Repasa el último medio siglo y finalmente recuerda que 30 años atrás, el propio Huntington sentencia que “la tercera ola, la ‘revolución democrática mundial’ de fines del siglo XX, no durará siempre” y prevé que “podría sucederla un nuevo rebrote del autoritarismo que constituyera una tercera contraola”.
Pese a tal hipótesis, aquel académico abrió paso a la esperanza y señaló que si así fuera “no (se) cerraría la posibilidad de que alguna vez en el siglo XXI se desarrollara una cuarta ola de democratización”. Que así sea.