Las precipitaciones que se presentan en diferentes puntos del territorio nacional forman parte de la etapa final del fenómeno El Niño, que durante esta temporada tuvo una presencia intensa en toda la región. Al finalizar este fenómeno ya se dará paso a la temporada de otoño, que estará marcada por el descenso de la temperatura.
“Estamos entrando en mayo, un mes de transición donde empieza a romperse el patrón predominante que es el verano para pasar al otoño, entonces ya deberíamos tener los primeros frentes fríos este mes o a mediados y generalmente en este periodo los frentes fríos traen precipitaciones considerables asociadas”, indicó Roberto Salinas, gerente de climatología de la Dirección de Meteorología en conversación con el programa “Arriba Hoy” emitido por GEN y Universo 970 AM/Nación Media.
Destacó que si bien se espera el descenso de la temperatura a partir de este mes, el clima sería más cálido de lo normal esperando mínimas que lleguen solo hasta los 7 grados, sin descartar que existan regiones del país donde las mínimas podrían descender más debido a su cercanía con los cauces hídricos más importantes.
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En cuanto al fenómeno El Niño, Salinas explicó que se caracteriza por la gran cantidad de lluvia que cae en un periodo muy corto de tiempo, remarcando que la intensidad de estas tormentas se puede categorizar en débil, moderada y fuerte, considerando que el periodo que se está terminando actualmente puede ser denominado como fuerte.
“Estamos viviendo ahora precipitaciones extremas en varios sectores del país, aparentemente el fenómeno El Niño aún tiene mucha influencia en el comportamiento del clima, en un periodo un poco más extenso y eso lo que estamos presenciando en estos momentos con las lluvias por encima de lo normal como se está dando”, comentó.
Recordó que todos los fenómenos de El Niño tienen diferentes características desde el punto de vista de su influencia en el comportamiento del clima en los diferentes puntos donde aparece, destacando que se lo vio con mayor fuerza en el último trimestre del año pasado en ciertos sectores del país como es el centro, sur y este de la región Oriental; sin embargo, en esta etapa final donde ya se estaría disipando está dando señales claras de sus efectos en la parte central del territorio paraguayo y el bajo Chaco.
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Brasil tiene ahora dos veces más riesgo de sufrir inundaciones a causa del cambio climático
El cambio climático duplicó las probabilidades de que ocurrieran las inundaciones que devastaron en mayo el sur de Brasil e intensificó las lluvias causadas por el fenómeno de El Niño, dijeron científicos este lunes.
El equivalente a tres meses de lluvia cayó sobre el estado de Rio Grande do Sul en dos semanas en un “evento extremadamente raro, que se espera que ocurra solo una vez cada 100-250 años”, según un estudio publicado por el grupo World Weather Attribution (WWA).
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El diluvio, que se prolongó varios días desde finales de abril, sumergió ciudades, incluida la capital del estado, Porto Alegre, y su aeropuerto internacional. Afectó a más del 90 % de los municipios de esa región del tamaño de Ecuador. La catástrofe dejó 172 muertos y 600.000 desplazados.
“Los investigadores estimaron que el cambio climático hizo el evento más del doble de probable y entre 6 % y 9 % más intenso”, dijo en un comunicado el WWA.
Por otra parte, los efectos del fenómeno de El Niño hicieron que las precipitaciones fueran hasta un 10 % más intensas, agregó la red mundial de científicos que evalúa la relación entre los fenómenos meteorológicos extremos y el calentamiento.
“Lo aterrador de estas inundaciones es que nos muestran que el mundo necesita estar preparado para eventos tan extremos que no se parecen a nada de lo que hayamos visto antes”, dijo Maja Vahlberg, consultora de riesgo climático del Centro del Clima de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
Regina Rodrigues, investigadora de la Universidad Federal de Santa Catarina, dijo que el desastre mostró que incluso cuando El Niño está en una fase de debilitamiento, como ocurre actualmente, puede ser extremadamente peligroso.
“El cambio climático está intensificando el impacto de El Niño en el sur de Brasil al hacer que un evento extremadamente raro sea más frecuente e intenso”, afirmó.
De las cuatro mayores inundaciones que ha sufrido en su historia Porto Alegre, “tres ocurrieron en los últimos nueve meses”, dijo Rodrigues en una conferencia de prensa. “Esto es muy raro”, precisó.
No hay seguridad
Rio Grande do Sul es particularmente vulnerable a las inundaciones, al albergar un vasto sistema fluvial que recorre buena parte de su territorio.
Porto Alegre se encuentra a orillas del Guaiba, donde convergen cinco ríos antes de desembocar en una de las lagunas de agua dulce más grandes de Sudamérica, la Laguna de los Patos. Pero hasta 2023, la región llevaba seis décadas sin sufrir ninguna inundación importante.
Ello puede haber dado a sus habitantes una falsa sensación de seguridad, estimó Vahlberg.
Un amplio sistema de protección contra inundaciones en Porto Alegre, construido después de graves inundaciones en 1941 y 1967, fue diseñado para soportar niveles de agua de hasta seis metros.
Sin embargo, Vahlberg sostiene que la falta de mantenimiento hizo que comenzara a fallar a los 4,5 metros.
Criticado por algunos habitantes de la ciudad por obstaculizar la vista del Guaiba, hubo falta de inversión y, en los últimos años, presión para desmantelarlo por completo.
Deforestación y urbanización
Una semana antes del evento en Rio Grande do Sul se emitieron alertas, pero es posible que no llegaran a la mayoría y “la población puede no haber comprendido la gravedad del impacto esperado”, sostuvo Vahlberg.
Los científicos subrayaron que la deforestación para dar paso a la agricultura y a la rápida urbanización también “empeoró los efectos”.
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El estudio de WWA citó datos que muestran que el 22 % de la vegetación nativa del estado se ha perdido en menos de cuatro décadas, gran parte de ella sustituida por plantaciones de soja.
Al menos 240 asentamientos informales, 80 comunidades indígenas y 40 de descendientes de africanos esclavizados (conocidas como quilombolas) se vieron gravemente afectadas por las inundaciones.
“Implementar políticas que hagan menos vulnerables a las personas, aumentar la protección contra las inundaciones y restaurar los ecosistemas naturales para amortiguar el impacto de las fuertes lluvias son algunas formas en que los gobiernos pueden evitar pérdidas humanas y limitar los daños de estos eventos”, subrayó Vahlberg.
Fuente: AFP
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La Niña aparecería desde julio con temperaturas más frías
El fenómeno meteorológico La Niña podría llegar próximamente, acompañado de temperaturas más frescas, después de los máximos de calor alimentados por El Niño y batidos mes tras mes desde hace un año. Hay un 60 % de probabilidades de que La Niña aparezca en el periodo julio-setiembre y un 70 % en agosto-noviembre, según la OMM, que considera que “el riesgo de reaparición de El Niño es insignificante durante ese periodo”.
“El fenómeno El Niño 2023/24, que contribuyó a alimentar el aumento de las temperaturas globales y de las condiciones meteorológicas extremas en todo el mundo, muestra signos de estar llegando a su fin. Es probable que haya un regreso a las condiciones de La Niña más adelante este año”, indica la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en su último informe sobre estos dos fenómenos meteorológicos mundiales, que tienen impactos casi opuestos.
Antes, en el periodo junio-agosto, la organización estima que existe la misma probabilidad (50 %) de que se den condiciones neutras -ni Niño ni Niña- o de que se produzca una transición a La Niña. La Niña designa el enfriamiento a gran escala de las temperaturas de la superficie de los océanos en el centro y el este del Pacífico ecuatorial. Este fenómeno está asociado a cambios de la circulación atmosférica tropical: vientos, presión y precipitaciones.
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Los efectos precisos varían en función de la intensidad y la duración, así como de la época del año en que se produce el fenómeno y la interacción con otros fenómenos climáticos, señala la organización de la ONU. Los efectos también varían según las regiones. En los trópicos, La Niña produce impactos climáticos opuestos a los de El Niño.
Sin embargo, estos fenómenos climáticos naturales “se producen ahora en el contexto de un cambio climático inducido por el hombre, que aumenta las temperaturas mundiales, exacerba las condiciones meteorológicas y climáticas extremas y repercute en los regímenes estacionales de precipitaciones y temperaturas”, recuerda la OMM.
Calor y huracanes
Cada mes desde junio de 2023 marcó un nuevo récord de temperatura, y 2023 fue con diferencia el año más cálido jamás registrado. “El final de El Niño no significa una pausa en el cambio climático a largo plazo, ya que nuestro planeta seguirá calentándose debido a los gases de efecto invernadero que atrapan el calor”, declaró Ko Barrett, secretaria general adjunta de la OMM, citada en el comunicado.
La Oficina de Administración Oceánica y Atmosférica estadounidense (NOAA) ya incorporó La Niña a sus previsiones para la temporada 2024 de huracanes en el Atlántico Norte. Esta comenzará a principios de junio y se anuncia “extraordinaria”, con la posibilidad de entre cuatro y siete huracanes de categoría 3 o más, según la NOAA. La OMM también señala que los últimos nueve años fueron los más cálidos jamás registrados, pese al efecto de enfriamiento de una larga La Niña, que duró desde 2020 hasta principios de 2023.
Enfriamiento de temperaturas
El fenómeno meteorológico La Niña regresa al planeta y traerá un enfriamiento de las temperaturas, tras un periodo de El Niño que provocó, junto al cambio climático, récords de calor en 2023. Pero el impacto de este enfriamiento podría ser en promedio muy débil, advierten los climatólogos, a causa del impacto de las emisiones de gases de efecto invernadero, ya responsables de un aumento de las temperaturas mundiales de al menos 1,2° C en promedio en comparación con finales del siglo XIX. Así es como el ciclo El Niño-oscilación del sur (ENSO, en inglés) influye en el clima mundial.
El Niño se refiere al fenómeno cíclico de calentamiento del agua en el centro y el este del océano Pacífico tropical, que influye en las precipitaciones, los vientos y las corrientes oceánicas, y hace subir el promedio de las temperaturas mundiales. Ocurre cada dos a siete años y generalmente dura de nueve a doce meses. El último El Niño, que comenzó en junio de 2023, se encuentra entre los cinco más intensos jamás registrados, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM). En condiciones normales, los vientos alisios sobre el Pacífico soplan hacia el oeste a lo largo del ecuador, llevando las aguas cálidas de Sudamérica hacia Asia.
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Para reemplazarlas, el agua fría asciende desde las profundidades. Pero durante El Niño, estos vientos alisios se debilitan y el agua caliente regresa hacia América, alimentando un calentamiento adicional de la atmósfera y el desplazamiento de la corriente en chorro del Pacífico (o jet stream: vientos poderosos situados a la altura donde vuelan los aviones) hacia el sur.
Este desplazamiento de la corriente en chorro generalmente provoca un clima más seco en el Sudeste Asiático, Australia, Sudáfrica y la región septentrional de Sudamérica y, por el contrario, provoca condiciones mucho más húmedas en el Cuerno de África y el sur de Estados Unidos. El cambio climático influye en el ciclo ENSO, pero su efecto aún es incierto, explica Michelle L’Heureux, especialista del fenómeno en la agencia meteorológica estadounidense NOAA.
Las condiciones más secas o más húmedas provocadas por el ENSO “pueden amplificarse” debido al calentamiento global, explica. En todo caso, ese aumento de las temperaturas mundiales sirve como una “ventana al futuro” del cambio climático: “al dar un impulso temporal, el ENSO ofrece un vistazo de cómo es un mundo más cálido”, cuenta la meteoróloga, tras un año sin precedentes.
Período neutro
Aunque El Niño se ha atenuado, los primeros cuatro meses de 2024 han continuado rompiendo récords de calor, lo cual no es una sorpresa ya que su ciclo generalmente hace subir las temperaturas el año siguiente a su aparición. El ENSO no funciona “como un interruptor”, explica Michelle L’Heureux. “Se necesita un tiempo para que la circulación atmosférica mundial se adapte”. Según la OMM, hay una probabilidad del 50 % de que el trimestre junio-agosto sea un período neutro, entre los dos ciclos, o bien se inicie La Niña.
La Niña
El fenómeno La Niña se traduce en un enfriamiento del océano Pacífico oriental durante un período de aproximadamente uno a tres años, produciendo los efectos inversos de El Niño en el clima mundial. La Niña provoca condiciones generalmente más húmedas en algunas regiones de Australia, el Sudeste Asiático, India, el sureste de África y el norte de Brasil, pero condiciones más secas en algunas regiones de Sudamérica. También puede contribuir a una temporada de huracanes más violenta en el Atlántico. La agencia estadounidense NOAA anticipa una temporada 2024 excepcional, con entre cuatro y siete huracanes de categoría 3 o superior.
Un posible regreso de La Niña desde el verano no es suficiente para alimentar la esperanza de un alivio rápido para regiones como el Sudeste Asiático, golpeadas ya desde esta primavera (boreal) por olas de calor extremo. “El planeta se está calentando y el ENSO solo juega un papel secundario”, insiste Michelle L’Heureux. “Incluso con el posible desarrollo de La Niña a partir de este año, todavía esperamos que 2024 se sitúe entre los cinco años más calurosos jamás medidos”.
Fuente: AFP.
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Tras un cálido domingo ingresará un frente frío
Este domingo se espera un ambiente cálido a caluroso, con temperaturas máximas entre 27 y 34 grados en ambas regiones del país. Además, se prevén vientos del sector norte, luego variables, cielo parcialmente nublado y baja probabilidad de lluvias a nivel nacional.
El pronóstico indica que, mañana lunes, un frente frío ingresaría a nuestro país, generando lluvias leves y dispersas especialmente en los departamentos del sur-centro de la región Oriental, vientos del sector sur y luego un leve descenso de la temperatura del aire durante la noche de ese día, señala la meteoróloga Celia Sanguinetti en el portal de Meteorología.
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Asunción abre la mañana con 21.4 grados, cielo despejado, 55 % de humedad, viento a 27 kilómetros por hora del sector este y noreste. La primera mitad del día registrará entre 21 a 27 grados, cálido, cielo escasamente nublado, vientos del norte. Por la tarde irá de 28 a 29 grados, cálido, cielo parcialmente nublado, vientos del norte, luego variables. Mientras que para la noche será de 25 a 21 grados, cálido, cielo parcialmente nublado a nublado, vientos variables.
Este lunes, las máximas serán entre 21 y 15 grados, ambiente cálido a fresco, cielo mayormente nublado, vientos variables, luego del sur. El martes marcará entre 25 y 14 grados, fresco a cálido, cielo nublado a parcialmente nublado, vientos del sureste, luego variables. El miércoles, de 29 a 18 grados, fresco a cálido, cielo parcialmente nublado, vientos del noreste. El jueves, entre 30 y 19 grados, fresco a cálido, cielo escasamente nublado, vientos del noreste.
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Se anuncian bajas temperaturas con mínimas de 4 °C
La Dirección de Meteorología e Hidrología (DMH) pronostica bajas temperaturas entre hoy y el jueves, con mínimas que llegarían a 4 °C, de acuerdo a su primer reporte del clima.
“La persistencia de una masa de aire frío, favorece el descenso de las temperaturas, por lo que el ambiente frío a fresco serán las características predominantes entre hoy, martes 28 y mañana, miércoles 29 de mayo”, señala la meteoróloga Melibea Benegas.
En ese sentido, alega que se acentuarán las temperaturas bajas en horarios de la madrugada y la noche, con temperaturas mínimas que oscilarían entre 4 y 9 °C, con máximas que no superarían los 20 °C. Para más detalles Aquí, Boletín Especial por Bajas Temperaturas.
Escasa nubosidad y baja probabilidad de lluvias durante los próximos días, alega la profesional en su reporte inicial de la jornada.
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Miércoles, el día más frío
El titular de la DMH, Eduardo Mingo, alertó ayer de tarde que esta sería la semana más fría de lo que va del año y la temperatura más baja se tendría mañana miércoles. En cambio, el fin de semana nuevamente habría un ascenso con marcas que llegarían hasta los 23 °C.
“Es muy probable que tengamos la semana más fría del año, todavía no es el día más frío de la semana. Estamos esperando que mañana (por hoy) y pasado (por mañana) puedan marcar mínimas más bajas inclusive. Entonces, sería una semana bastante fría que cambia radicalmente otra vez hacia el final de la misma”, señaló.
A partir del viernes se espera que el viento sople nuevamente del sector noreste, con lo que se prevé también un aumento gradual de la temperatura. “Tenemos vientos del sector este y noreste a partir del jueves y norte, inclusive el viernes. Entonces, las extremas van para arriba. Estamos hablando de por lo menos el viernes entre 12 y 13 grados la mínima y entre 20 y 22 la máxima. Vamos a tener un ascenso interesante otra vez de las extremas desde ese momento”, adelantó el director de Meteorología.
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