Una comitiva fiscal policial ingresó a la bóveda de la que se sustrajo el dinero de la Asociación de Cambistas de Ciudad del Este. Del lugar incautaron varios de los elementos utilizados para el “trabajo”. En el túnel se toparon con un aparato explosivo, por lo cual, tuvieron que salir de inmediato.
Los efectivos policiales que ingresaron a la bóveda encontraron un boquete de 60 cm de diámetro que conecta con el túnel y de allí se incautaron dos celulares. También botellas de plástico con adherencia de barro, equipos de oxigenación, motor extractor de aire, baterías, equipos de excavación, sogas, mazos y un barrote de hierro tipo pata de cabra.
Durante la exploración hallaron además restos de comestibles, láminas pegadas a la pared utilizadas como aislante acústico y restos de poliuretano en aerosol (isopor), elementos hidráulicos y un aparato de GPS.
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En el avance en busca de más evidencias, los intervinientes divisaron un presunto artefacto explosivo, que los obligó a retirarse de inmediato del lugar.
La Policía Federal de la República del Brasil, en cumplimiento con el Acuerdo Internacional de Cooperación del Comando Tripartito, participó del procedimiento. Una de las hipótesis es que el grupo criminal PCC estaría detrás del atraco.
Esta teoría cobra fuerza considerando la sólida estructura utilizada para perpetrar el atraco, incluyendo todas las previsiones, logística, tiempo y elementos empleados en el robo. Se estima que el botín está en torno a los 15 millones de dólares.
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Fuente: HOY
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Detuvieron a supuesto criminal de banda de asaltantes y narcotráfico
Ciudad del Este. Agencia Regional.
El agente de la Unidad Especializada en la Lucha Contra el Narcotráfico Nº 02, Manuel Rojas Rodríguez, acompañado por personal de Investigaciones, a cargo del oficial inspector Edgar Chávez y del personal de la Comisaría 7ª., realizaron el allanamiento de una vivienda en la noche del viernes.
El operativo fue en el marco de la investigación de una causa por robo agravado y narcotráfico, siendo detenido Cleon Weslei Riembol (30), brasileño, domiciliado en Puerto Unión, de Brasil.
También incautaron evidencias de posibles preparativos de un atraco de magnitud, al igual que el vehículo utilizado en un asalto y robo a la empresa Apolo Import – Export, de Minga Guazú, según confirmó a La Nación/Nación Media, el comisario Mariano Sosa, jefe de la Comisaría 7ª., del barrio San José, que actuó como apoyo a la intervención, al igual que la Policía Motorizada.
El rodado encontrado es una camioneta Honda, color blanco, con chapa No. AAjA 975, que, según la base de datos de la Policía Nacional, corresponde a un vehículo de la marca Nissan, modelo Caravan, que registra denuncia de extravío de chapa y guardaría relación con el asalto citado.
El procedimiento fue realizado en la noche del viernes, a las 21:30, en el interior de una vivienda ubicada sobre una calle sin nombre, a una cuadra de la avenida Corredor Sur, del barrio San Alfredo de Ciudad del Este.
El procedimiento se hizo en cumplimiento de la orden firmada por el juez Penal de Garantías Nº 03, Carlos Vera Ruiz, en la causa Nº 7301/2924 de investigación fiscal sobre el supuesto hecho punible contra la Ley 1340/88.
El comisario Francisco Talavera, jefe de gabinete de Investigación de la Policía de Alto Paraná, explicó a La Nación/Nación Media, que pidieron el allanamiento en investigación del asalto a la empresa Apolo, pero también como sospechoso de tráfico de drogas.
Indicó que, con el vehículo encontrado, además del chaleco antibala, placas y uniformes policiales, confirmaron la vinculación con la banda que realizó el asalto mencionado y otros.
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Asimismo, mencionó que encontraron un inhibidor de señales de gran potencia, en plena carga, “lo que indica, junto a otras evidencias halladas en la casa, que estaban próximos a otro asalto de gran magnitud junto a su banda integrada por brasileños y paraguayos, a cuyo jefe tenemos identificado”.
Recordó que el asalto donde se utilizó el vehículo encontrado, fue realizado por aproximadamente cinco hombres, todos vestidos con uniformes policiales, según comentó.
“Creemos que la vivienda que allanamos era una de las guaridas de la banda que habría perpetrado ya varios asaltos, algunas de ellas fueron donde robaron vapex, cuyas cajas vacías encontramos también en la casa”, agregó el jefe de gabinete de Investigación de la Policía de Alto Paraná (Subjefe de Investigación), comisario Francisco Talavera.
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Hallan el cuerpo sin vida de mujer que desapareció con sus hijos
La Armada Paraguaya reportó el hallazgo del cuerpo sin vida de una mujer en el río Paraná, en zona de Puerto Irala (Alto Paraná), que correspondería a la escribana desaparecida el jueves pasado con sus dos hijos, en el puente del río Monday en Presidente Franco. Según informes preliminares, los rasgos físicos y el pantalón de vestir coinciden con los datos aportados por la hermana de la víctima.
El jueves pasado, por la mañana fue encontrado un vehículo abandonado en el puente sobre el río Monday, en Presidente Franco, que habría sido conducido por Carmen Beatriz Ruiz Peralta (34), quien estaba con sus hijos de 3 y 5 años de edad. El automóvil, de la marca BMW, se encontró con las puertas cerradas con llave y el motor en marcha. El dueño del vehículo habría fallecido y su esposa es la que habría estado al mando del vehículo.
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La misma residía en el Área 4 de Ciudad del Este. Ese jueves, en el lugar se presentó Claudelina Peralta de Ruiz Díaz (58), quien confirmó que, efectivamente, dicha camioneta pertenece a su hija y se encontraba con su dos hijos menores. Extraoficialmente se indicaba que la mujer recibía amenazas en medio de un litigio judicial por una herencia, después del fallecimiento de su pareja.
Con respecto a la hipótesis principal que tiene la Policía sobre lo que pudo haber pasado y la expectativa de la familia, la joven tomó como base un contacto que tuvo con su hermana Karen, a quien expresó sus últimas palabras, explicando los motivos de su determinación. “Con ese audio que ella me envía yo le confirmo que definitivamente hizo eso. No aguantó tanta presión, tanta maldad y entonces hizo eso”, dijo su hermana.
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“Solo quiero ver mi casa”: víctimas no hallan respiro en la tragedia en Brasil
El motor de “Gulu”, la lancha de Ricardo Frediani, ruge surcando las aguas del río Guaiba, que inundó la ciudad brasileña de Porto Alegre. Corre hacia la devastada Eldorado do Sul. Volverán las lluvias y el tiempo apremia para salvar lo que aún sea posible. Mientras tanto, en el barrio Medianeira, en la misma localidad, Katiane Mello espera que alguna embarcación la lleve hasta la casa que fue su hogar.
Salió de allí hace una semana cuando las torrenciales lluvias que se abatieron sobre el estado de Rio Grande do Sul desbordaron el río y llegaron hasta el segundo piso en el que vivía junto a su esposo James Vargas y su hija Natalia, de 5 años. Las aguas amarronadas del Guaíba registran un incesante ir y venir de embarcaciones que trasladan comestibles para quienes se niegan a dejar sus hogares a pesar del peligro. Una lancha policial vigila la entrada del barrio sumergido.
“¡El agua está bajando muchísimo!”, exclama Ricardo, mientras le pide a su hijo Guilherme, estudiante de odontología de 26 años, que le ayude a estabilizar la lancha con un remo. La bajante causa una fuerte corriente porque las aguas buscan una salida por las calles anegadas.
Hacia la popa, se recorta la silueta moderna de Porto Alegre, una ciudad de 1,4 millones de habitantes enlutada por una tragedia que ya se cobró más de un centenar de vidas. Hacia la proa, la imagen es dramática: casas cubiertas, autos destruidos; comercios inundados; carteles con nombres de calles que se pueden tocar con la mano.
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Lo quiso el destino
Las cabezas de los tripulantes pasan a menos de un metro de los cables de energía eléctrica, desconectados. Algunas personas observan desde los tejados. Son quienes no quisieron salir “por miedo a saqueos”, explica a la AFP Frediani, un vendedor de lubricantes de 62 años que se toca el corazón cuando se le pregunta por qué se lanza hacia las aguas hediondas arriesgando su propia vida.
Ahora “Gulu” avanza lento, esquivando columnas de alumbrado inclinadas y techos de vehículos semicubiertos. La resistencia del agua obliga a forzar el motor. “Ayer no tenía esta fuerza” la corriente, dice Frediani. A unos 400 metros puede verse movimiento. ¿Serán vecinos o la policía? Los rescatistas afirman que hubo muchos saqueos y la zona se volvió peligrosa. La presencia de efectivos de seguridad fuertemente armados es ostensible.
Katiane está en ese grupo al final de la calle, con la esperanza de poder acercarse hasta su hogar. “Gulu” llega a destino y Katiane pregunta si es posible caminar por el agua. “Perdimos nuestra fuente de sustento, nuestra tienda. Y la casa...”. Su voz se corta. El agua la arrastraría. Frediani y su hijo le ofrecen subir para ir a su casa o a lo que haya quedado de ella. “No sabemos cómo está... ¡Miren la altura del agua!”, exclama la mujer.
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Solidaridad en la tragedia
Katiane no puede contener las lágrimas. El paisaje es de destrucción total. Era su barrio, su vida y la de su familia. A pocos metros, se yergue la vivienda. “Ahí está ¿Me habrán robado?”. Frediani y su hijo observan la escena en silencio. Katiane contiene el aliento. Alguien la sostiene hasta que ocurre lo que para esta mujer es un milagro...
“¡Está todo intacto!”. James consiguió llegar antes. La falta de señal de celular le impidió contarle las buenas nuevas. Ella se lanza hacia el agua, sube por la escalera y en el camino junta mecánicamente ropa tirada, húmeda, irrecuperable. Las pertenencias de la familia, los juguetes de su hija: todo está allí. Creyó haber perdido lo que con tanto sacrificio construyeron. Se funde en un abrazo con su marido.
En las paredes hay fotos de la pequeña Natalia, de ellos cuando eran jóvenes, de sus padres, hoy viejos y enfermos. Un cartel de madera reza “Amor eterno. Familia”. Frediani y su hijo Guilherme sonríen desde el agua, abrazados a “Gulu”.
Fuente: AFP.
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Teorías conspirativas proliferan en medio del desastre en Brasil
La catástrofe climática que golpea el sur de Brasil incrementó la difusión de teorías conspirativas, como en videos de antenas y rastros de aviones viralizados en redes sociales. “Lo que sucede en Rio Grande do Sul definitivamente no es natural. ¡Abramos los ojos!”, dice una usuaria de X.
Según ella, las inundaciones que mataron a al menos 126 personas y afectaron a casi dos millones son consecuencia de un ataque del “HAARP”, un proyecto que estudia las capas de la ionosfera mediante antenas ubicadas en Alaska, Estados Unidos. Otros usuarios de redes publican imágenes de aviones cruzando el cielo de Rio Grande do Sul (sur), cuyos rastros consideran como la verdadera razón de las lluvias devastadoras.
Los contenidos convergen en una teoría conspirativa que niega el cambio climático y, al mismo tiempo, culpa a gobiernos e instituciones científicas de supuestamente orquestar “tragedias planificadas”. Las publicaciones, que suman cientos de miles de interacciones en las redes sociales, ignoran el consenso científico sobre las causas de la catástrofe y su fuerte conexión con el calentamiento global.
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Causas definidas
Carlos Nobre, coordinador del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología para el Cambio Climático (INCT), enumera causas científicas específicas: un sistema de baja presión que, al ser bloqueado por otro, de alta presión, en el centro-oeste y sudeste del país, provocó que frentes fríos se mantuvieran en la región y provocaran lluvias históricas alimentadas por un flujo de vapor de agua proveniente del Amazonas.
El calentamiento agravó la situación: “La atmósfera más cálida almacena mucho más vapor de agua, lo que alimenta episodios de lluvia más frecuentes e intensos que generan desastres como este”, señala. El gobierno coincide: el presidente Luiz Inácio Lula da Silva declaró que la tragedia es una “alerta” del planeta. Su postura contradice la de su predecesor, el ultraderechista Jair Bolsonaro, cuyo gobierno relegó las cuestiones climáticas. Una encuesta del instituto Quaest mostró que un 99 % entre 2.045 encuestados cree que el cambio climático se relaciona al menos un poco con los eventos en Rio Grande do Sul.
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“Sin sentido físico”
Pese a ello, las narrativas conspirativas que anteriormente no encontraron resonancia en el entorno digital brasileño tomaron fuerza. Los usuarios repiten conspiraciones compartidas -y desacreditadas– durante años en Estados Unidos, como la teoría de los “chemtrails” y descontextualizaciones sobre el proyecto “HAARP”. Esas corrientes argumentan que el gobierno utiliza aviones para esparcir sustancias químicas a la atmósfera que, a su vez, serían activadas por poderosas antenas en Alaska, alterando el clima y provocando desastres naturales.
Las afirmaciones sobre los “chemtrails” (en inglés, ‘estelas químicas’) de los aviones ignoran procesos ya explicados: los motores de las aeronaves dejan rastros de condensación del vapor de agua presente en la atmósfera, además de liberar partículas como hollín y contaminantes. Las antenas en Alaska son parte del Programa de Investigación de Auroras Activas de Alta Frecuencia (HAARP) de la Universidad de Alaska Fairbanks, que estudia la ionosfera mediante la transmisión de frecuencias y, según la institución, sin capacidad de controlar o manipular el clima.
Como innumerables meteorólogos y climatólogos contactados por la AFP a lo largo de años, Nobre dice que la teoría sobre HAARP “carece absolutamente de sentido físico”. “No hay manera de que un instrumento en la ionosfera pueda hacer que los eventos meteorológicos sean más extremos”, del mismo modo que esto “no podría cambiar el clima en Alaska”.
Explicar lo que asusta
Raquel Recuero, coordinadora del Laboratorio de Investigación de Medios, Discurso y Análisis de Redes Sociales de la Universidad Federal de Pelotas, en Rio Grande do Sul, explica que el contenido conspirativo es importado y traducido por grupos organizados, “probablemente en busca de una audiencia, monetización e influencia”.
Esas teorías proliferan al ofrecer explicaciones para un fenómeno que asusta y preocupa, señala. Las ideas logran arraigarse, “porque mezclan su discurso con otros elementos que ya importan a la gente”, como el “discurso político y religioso”. Pese a que las teorías refuerzan creencias conservadoras y extremistas, Recuero afirma que no es posible relacionarlas con un movimiento político singular.
Según ella, está en juego la confianza en los pilares democráticos, socavada por ataques a las instituciones, autoridades gubernamentales, científicas y a la prensa, tachadas de opuestas a la verdad. Por tanto, el principal reto sería “sensibilizar a la población sobre lo que está pasando, y una educación mediática para que pueda entender qué es verdad y qué es falso”.
Fuente: AFP.