Desde la empresa alemana Cremer se encuentran ultimando detalles para que se inicie el funcionamiento de la industria productora de biodiésel de soja en la ciudad de Villeta en febrero del 2023. Al respecto, el director de la entidad, Francisco Jáuregui, recordó que si bien hoy esto es un logro para el país, en el 2005 Paraguay tuvo el primer intento para desarrollar esta industria, pero no prosperó.
En la misma línea, mencionó que países de la región como Argentina y Brasil también contaban esta oportunidad, pero que fue nuestro país quien se atrasó en ello, ya que hoy los países limítrofes tienen entre 12 y 15% de mezcla en sus combustibles, mientras que Paraguay solo cuenta con 1%.
“El impulso fracasa por la falta de políticas claras de acompañamiento a la industria. El biodiésel viene a presentar una solución, es un combustible de altísima calidad. Con este tipo de proceso se consigue un biodiésel conforme a la norma europea y americana. Desde Paraguay queremos abastecer al mercado local y exportar, queremos colocar a Paraguay en el ojo regional de la bioenergía”, manifestó Jáuregui a Unicanal.
FALTA DE POLÍTICAS CLARAS
Asimismo, explicó que actualmente hay dos grandes tipos de biocombustibles, el biodiésel y el bioetanol; este último se mezcla con la nafta; es decir, que el 25% de la nafta que se consume está integrada con el etanol, argumentó y señaló: “Pero eso no ocurre con el biodiésel por falta de políticas claras, inversión, desarrollo, la industria no ha podido alcanzar los estándares que exige el mercado y que es el planteo que estamos haciendo con la construcción de la planta”.
Con respecto a la planta, precisó que está ubicada en un lugar estratégico, cerca de la materia prima, de los compradores y puertos. El director de la empresa aseguró que el potencial económico de esta industria es positivo desde cualquier punto de vista, ya que se trata del primer combustible paraguayo.
AHORRO DE DIVISAS
“El hecho de tener un primer combustible local significa independencia energética y ahorro de divisas porque el país es 100% importador de combustible. Esto genera valor agregado, empleo, industrializa a la soja y mejora el impacto ambiental en lo que a la contaminación de fósiles respecta, es todo positivo”, puntualizó.
En lo que sí insistió es en la necesidad de un acompañamiento del Gobierno para fomentar e impulsar el crecimiento del sector. “Para que las industrias funcionen se necesitan políticas claras de acompañamiento y desarrollo, porque esa seguridad jurídica y normativa hace que el empresario y/o productor tome riesgos e invierta el país”, aseveró.