Para comenzar a hablar de educación financiera y sobre la importancia de cómo empezar a incluir a los niños en la economía desde pequeños, es fundamental mencionar que la salud financiera no es diferente a la salud física, según manifestó a La Nación/Nación Media la economista Gloria Ayala Person.

Señaló que si esperamos a que nuestros hijos crezcan lo suficiente para que comprendan racionalmente la importancia de las vitaminas en su organismo y a partir de allí se alimenten sanamente, probablemente al llegar el momento en que lo puedan “entender” no le gustarán las frutas y verduras; por ende, no las comerá a menos que les obliguemos a hacerlo.

“Un hábito implica repetición sistemática, involucra práctica constante en forma casi automática e inconsciente. Por ello, debemos introducir hábitos de salud financiera desde la primera infancia, claro que será preciso ir explicando al niño en los términos acordes a su edad, el motivo por el cual estamos realizando estas rutinas, de forma a que al crecer tenga suficiente práctica y bagaje teórico para sus decisiones financieras”, expuso.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY
Los niños deben conocer las prioridades familiares para comprender a dónde se destina el dinero que con tanto esfuerzo sus padres logran obtener. Foto: Ilustrativa.

Refirió que estos hábitos implican incluir a los niños y adolescentes en las decisiones financieras cotidianas, como elaborar la lista del supermercado, de forma a que ellos sean conscientes de que la lista se hace en casa para comprar exactamente lo que precisamos y nada más, si está en la lista está permitido, de lo contrario no lo podemos comprar.

“Un niño que desde pequeño realiza esta actividad una vez por semana aprende a conocer los límites, la diferencia entre necesidad y caprichos, además desarrolla tolerancia a la frustración, de forma a que no se convierta en un adulto que va al patio de comidas del shopping a almorzar y sale de allí con un zapato porque tenía 30% de descuento”, resaltó.

Sostuvo que debemos incluir a los niños en las tomas de decisiones de consumo e inversión de la familia, ellos deben conocer las prioridades familiares para comprender a dónde se destina el dinero que con tanto esfuerzo sus padres logran obtener.

Leer más: Pérdida del poder adquisitivo sigue impactando en ventas de multitiendas, afirman

“Obviamente, dependerá de la edad del niño la terminología con la que le entregaremos la información y también el nivel de detalle que le proveeremos, pero es aconsejable que siempre respondas a sus preguntas con la verdad, no les ocultes la situación financiera de la familia, pero tampoco les cargues con un nivel de preocupación que no les corresponde asumir”, acotó.

La economista aconsejó no disimular bienestar con endeudamiento. “Cualquier niño preferiría un padre humilde y feliz, que uno supuestamente rico, pero realmente infeliz”, agregó.

Explicó que esa falsa sensación de bienestar económico que intenta sostenerse con base en deuda no es sustentable a largo plazo. “No sufre tanto el que nunca tuvo, como el que tuvo y perdió. Por eso, la responsabilidad de los padres en formar la salud financiera de los hijos inicia por transmitirles el valor del dinero, el respeto al trabajo honrado y la sabiduría en el uso del dinero y las herramientas de crédito”, enfatizó.

La economista destacó que debemos introducir hábitos de salud financiera desde la primera infancia. Foto: Ilustrativa.

Desde pequeños

Ayala Person dijo a LN que la salud financiera requiere del desarrollo de hábitos financieros saludables y de disciplina, para lo cual la confección del presupuesto es importante, pero insuficiente, la corrección de desviaciones en las decisiones de compra o de compromisos asumidos requiere de tener en claro la capacidad de pago, para lo cual si bien la proyección de ingresos y egresos puede ayudar a ver la luz al final del túnel, será el control mensual del presupuesto y asumir las consecuencias de las decisiones los elementos que realmente impacten en el saldo real monetario cada fin de mes.

“No importa a qué te dediques en la vida, ganes poco o mucho, todos necesitamos usar dinero y lo ideal es que manejemos esta herramienta desde pequeños. Desde primer grado los niños pueden comprar en la cantina de la escuela, esa ya es una oportunidad para enseñarle a usar un presupuesto. Si le vas a dar a tu hijo G. 5.000 por día, entonces podés averiguar los precios de la cantina”, indicó.

En este sentido, la economista sugirió entregar el monto para sus gastos diarios entre el 1º al 3er. grado, entre 4º y 6to grado ya deberían poder manejar la administración por 1 semana. Desde el 7º grado la entrega de la “mesada” ya implica darle el dinero para que pueda administrarlo por un mes, así tendrá 6 años de ensayo de cómo administrar su “salario” para que le alcance hasta fin de mes.

Leer también: A través de la pensión alimentaria se amplió la protección económica de los adultos mayores

“Quizás desde esa edad pueda brindar algunos servicios a los miembros de la familia que impliquen un reconocimiento económico, por ejemplo lavar el auto o cortar el pasto, de forma a que pueda contar con un dinero extra para sus gastos personales y también para obtener un ahorro más significativo que pueda destinar a comprar algo más relevante por fin de año”, acotó.

Finalmente, la economista expresó que la disciplina financiera inicia desde los hábitos que desarrollamos desde pequeños, pero si no tuvimos el desarrollo de una consciencia sobre el uso del dinero en nuestras casas, no es excusa para no implementar desde ahora un nuevo modelo de toma de decisiones.

Dejanos tu comentario