Por Alba Delvalle

Culminó un ciclo complicado para muchos con el 2022, y ahora inicia uno con 365 nuevas oportunidades para hacer o dejar de hacer tanto para los aspectos positivos como negativos, tal y como lo señala el presidente de la Federación Paraguaya de Mipymes (Fedemipymes), Luis Tavella, quien brindó una entrevista al diario La Nación/Nación Media y señaló que desde el sector auguran un buen 2023 teniendo en cuenta las previsiones macroeconómicas auspiciosas para el país.

“Creo y apuntamos que va ser un mejor año, todo apunta a que vamos a tener un año agrícola sumamente positivo, sobre todo si sigue lloviendo en enero y aunque este sector no permea demasiado en la microeconomía, pero de alguna forma sí, así que esto puede permitir que baje o se estabilice un poco el dólar disminuyendo los precios en términos generales”, expresó.

A las buenas expectativas para este año, el titular de la Fedemipymes citó también que el precio de los fletes a China-Asia se redujo sustancialmente, con lo cual también deberían bajar los productos, recordando que se llegó a un tope de incluso US$ 16.000 frente a los US$ 3.000 que llegó a estar, actualmente volvió a unos US$ 4.000.

Es así que las proyecciones de las mipymes son positivas y optimistas, más allá de las aprobaciones del Parlamento sobre el Presupuesto General para este 2023, que es uno que no se va a poder cumplir por los aumentos desmedidos que no permitirían todas las inversiones que el Estado deberá realizar y es algo que se deberá resolver.

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Por lo tanto, como federación de mipymes esperan que el próximo gobierno pueda realmente llevar adelante una política real para las micro, pequeñas y medianas empresas, pues lo que actualmente se tiene son hechos aislados, programas a través de organismos multilaterales que si bien son favorables, hay que tener en cuenta que existen más de 300.000 mipymes registradas como legales, pero a la vez otras 600.000 informales.

El presidente del gremio aseveró que el ecosistema de las mipymes es uno donde hay mucha informalidad y para el que es formal los costos son muy elevados, por lo que cuando se presentan las recesiones económicas es que empiezan a migrar al lado informal.

“Lo que necesitamos del nuevo gobierno es que haya una voluntad política real, de ayuda al sector mipymes, que se trabaje en el acceso a mercados, en la formalidad y por sobre todo que se trabaje fuertemente en el acceso al crédito”, agregó.

Para este nuevo 2023 la federación pretende también ser parte de la mesa en la que se trabaje en la reglamentación de la Ley Nº 4457 de Mipymes a modo de actualizarla y que pueda aplicar a la realidad actual, a más de trabajar en el fortalecimiento de los gremios de mipymes y empezar a planificar ya con el próximo gobierno con relación al acceso a créditos, que según señalan desde el gremio es preciso una modificación desde la banca matriz.

Esto, debido a que las exigencias que el sistema financiero maneja están encaminadas a empresas grandes y solo por dar un ejemplo, Tavella mencionó que las exigencias de la Seprelad son las mismas para alguien que deposita US$ 100.000 que para alguien que lo hace por US$ 100, por lo que tales procesos traban a las mipymes con el acceso al crédito.

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Entre los aspectos positivos que dejó el 2022 para el sector mipymes, Tavella rescató dos puntos importantes: por un lado la aprobación del decreto de parte del Ejecutivo sobre la Ley de Compras Públicas, en el que dos artículos presentados por la federación fueron aceptados por el Parlamento, a modo de que las compras de menor cuantía se direccionen preferentemente a las mipymes.

Esto además contempla establecer una reserva de mercado de un 20% de forma escalonada, lo cual significaría un aumento de US$ 350 millones para el sector de aquí a unos 4 a 5 años, ya que actualmente el sector mipyme abastece al Estado en un 9%.

En tanto los aspectos negativos, no se puede dejar de mencionar a la inflación de casi el 11% que afectó fuertemente al sector mipymes, al igual que el aumento de las letras de regulación monetaria del Banco Central del Paraguay (BCP) que llegó a 8,5, algo nunca visto que influyó en las tasas de intereses de los créditos.

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