Desde el Centro de Armadores Fluviales y Marítimos (Cafym) sostienen la postura de no ceder ante las presiones de la Argentina, que pretende implementar un cobro de peaje a las embarcaciones paraguayas que utilizan la hidrovía Paraguay- Paraná en el tramo fluvial Santa Fe, confluencia del río Paraná.

Al respecto, el director del gremio, Juan Carlos Muñoz, manifestó que el sector está expectante y confiado que tras la reunión convocada ayer por la Cancillería Nacional con su par de Argentina, se pueda omitir dicha intención, cuyos fundamentos jurídicos se basan en acuerdos internacionales.

“Necesitamos que a nivel regional se vayan tomando más acciones. Yo estoy confiado que este diálogo va a ser fructífero y podremos frenar esta pretensión de nuestros vecinos”, expresó Muñoz en contacto con la radio 800 AM.

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Es así que el referente del sector fluvial remarcó que la posición del gremio y del Gobierno es rechazar la idea del cobro del peaje sin una contraprestación, debido a que el anuncio vía resolución del Ministerio de Transporte de la Argentina fue inconsulto.

Juan Carlos Muñoz, director del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos (Cafym). Foto: Archivo.

Condiciones para cobro

Esto, debido a que si bien conforme al acuerdo por la hidrovía de junio de 1992, que establece las condiciones o el procedimiento de cómo uno de los cinco países signatarios puede eventualmente cobrar un peaje en su tramo soberano, dicha decisión debe estar sujeta a una consulta previa con los países miembros o directamente afectados.

Así también, Muñoz recordó la vigencia del tratado de libre navegación de 1967, una instancia diplomática válida para reclamar y defender los intereses nacionales argumentados en contra de la implementación del arancel requerido.

Y no se puede dejar de mencionar el impacto económico que dicho cobro generaría, pues ,según la tarifa pretendida, las embarcaciones podrían llegar a pagar hasta US$ 20.000 por viaje con cada convoy, pero lo que no está bien claro es si la intención es por el redondo o ida y vuelta, que en este caso ya serían US$ 40.000, estimando así costos ampliamente significativos entre US$ 30 millones y US$ 40 millones anuales para ese tramo del río.

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