• Guayaquil, Ecuador. AFP.

En la gran ciudad por­tuaria de Guayaquil, desierta y soñolienta, el ejército ecuatoriano patrulla las calles por la noche en busca de “delin­cuentes” y “criminales” en el marco de la “guerra” con­tra las pandillas.

Anoche, una treintena de soldados acompañados de policías invadieron las oscuras callejuelas de Pas­cuales, un barrio popular cuyas casas cercadas le dan el aspecto de una prisión al aire libre.

“El operativo se desarrolla al amparo del Decreto 111 del presidente de la República sobre el estado de excep­ción”, indica el capitán Car­los Jenfe, de la Quinta Bri­gada de Infantería, jefe del dispositivo.

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Desde la fuga hace casi una semana del temido líder de la banda de los Choneros Adolfo Macías, alias Fito, Ecuador, convertido en los últimos años en un epicen­tro del narcotráfico, vive una crisis de seguridad sin pre­cedentes.

Las bandas, que suman unos 20.000 miembros, dan rienda suelta a su violencia, sembrando el terror.

Ya famosa por su alta tasa de homicidios, la aglome­ración de Guayaquil, en la costa del Pacífico, es uno de los principales frentes de la “guerra” contra las pandillas lanzada por el novel y joven presidente Daniel Noboa, elegido en noviembre.

Noboa declaró el estado de emergencia y ordenó al ejér­cito neutralizar a estas ban­das criminales, ahora consi­deradas “terroristas”.

Para las fuerzas de seguri­dad, encabezadas por los militares, ha llegado de que quede claro que la batalla ha comenzado.

Los “terroristas”, sin embargo, brillaron por su ausencia en la noche en Pas­cuales.

El convoy de tres camiones repletos de militares arma­dos y enmascarados, acompa­ñados por dos vehículos 4X4 policiales, inició su patrulla poco después de las 23:00, hora de comienzo del toque de queda, estrictamente res­petado en estos territorios dominados por las bandas.

“En este sector de Pascuales sabemos que hay grupos de delincuentes organizados”, explica en tono marcial el capitán Jenfe.

“Es una zona de Choneros”, dice a su vez el teniente de policía Alexander Sansi.

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