México, México | AFP.

La crisis que desató el flujo masivo de hai­tianos hacia Esta­dos Unidos crece como una bomba de tiempo que el pre­sidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, urgió desactivar pasando de la retórica a la acción. Su lla­mado refleja la gravedad de un problema que se extiende por toda la región, con dece­nas de miles de migrantes, en su mayoría haitianos, agolpa­dos desde hace varias sema­nas en las ciudades mexica­nas de Tapachula (frontera sur con Guatemala) y Ciudad Acuña (norte, limítrofe con Texas).

Huyendo de la pobreza y el caos, buscan refugio en Esta­dos Unidos, muchos después de recorrer una decena de paí­ses como Panamá y Colombia, en cuya frontera están varados unos 19.000 migrantes, mayo­ritariamente haitianos.

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“¡Ya basta de discurso! ¡Ya hace falta la acción!”, dijo López Obrador en su habitual confe­rencia matutina, al recordar que Estados Unidos ofreció 4.000 millones de dólares para invertir en los países donde se origina la migración indocu­mentada.

RECLAMO

“Había el compromiso de que iban a invertir 4.000 millones, 2.000 para Centroamérica y 2.000 para México. No ha lle­gado nada”, se quejó el manda­tario izquierdista, que plantea atacar las raíces del fenómeno con inversión social. Su pro­puesta estaba orientada ini­cialmente a Guatemala, Hon­duras y El Salvador, pero la llegada de haitianos complicó aún más el panorama.

López Obrador indicó, no obs­tante, que ve “buen ambiente” en la Casa Blanca, pues el pre­sidente Joe Biden “sí está inte­resado en resolver el problema”. “Hay condiciones inmejora­bles para suscribir un buen convenio para el desarrollo de América Latina y el Caribe, y en particular en los países de Centroamérica (...). Yo creo que sí va a haber resultados”, confió.

Los haitianos llegan princi­palmente desde Brasil y Chile, adonde habían emigrado tras el terremoto del 2010 que dejó unos 200.000 muertos en Haití. Aunque tenían una vida hecha en los países de acogida, algunos aseguran haber salido por el desempleo o dificulta­des para renovar sus permisos de trabajo en medio de la pan­demia de covid-19. Otros, sim­plemente, buscan reunirse con sus familias en Estados Uni­dos. Cientos de migrantes han sido deportados vía aérea esta semana a Puerto Príncipe, donde los aguarda un país afectado por la precariedad, la violencia y el caos político, agravado por el asesinato del presidente haitiano, Jovenel Moïse, el pasado 7 de julio.

CHILE REINICIARÁ LAS DEPORTACIONES

Chile anunció que retomará las expulsiones masivas de migrantes en situación irregular, en su mayo­ría venezolanos, que ingresan por pasos no habilitados. El ministro del Interior, Rodrigo Delgado, confirmó la reanudación de los vuelos de expulsión, luego de haber realizado cuatro entre febrero y agosto de este año, en los cuales fueron deportadas 547 personas, mientras que durante 2020 fue­ron expulsados 1.365 migrantes.

El último vuelo de deportación que realizó el gobierno fue en agosto pasado, luego que la ONU expresara su preocupación por esta medida, y que tribunales chilenos detuvieran estas expulsiones tras admitir decenas de recursos de amparo auspiciados organizacio­nes que las critican porque,a su juicio, vulneran los derechos de los migrantes. “Hemos tomado nota de las recomendaciones, hemos revisado nuestros procesos, somos respetuosos de los fallos, pero en ese contexto durante las próximas semanas vamos a retomar las expulsiones”, dijo Delgado.

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