El ministro de Justicia de Brasil, Ricardo Lewandowski, dijo este martes que espera que “brevemente” será resuelto el asesinato de hace seis años de Marielle Franco, una concejal de Rio de Janeiro, luego de que la justicia validara la confesión del expolicía sospechoso de disparar el arma.

Mujer de color, defensora de las minorías, crítica de la violencia policial y nacida en una favela, Franco fue asesinada a balazos junto a su chofer, Anderson Gomes, el 14 de marzo de 2018, cuando tenía 38 años.

Ambos fueron baleados por los ocupantes de otro vehículo en una calle del centro de Rio, en el sureste de Brasil, lo que desató una ola de indignación dentro y fuera del país.

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El caso fue puesto bajo dirección de la Policía Federal en febrero del año pasado, un mes después de la llegada al poder del presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.

Y ahora logró un avance significativo luego de que la confesión de Ronnie Lessa, un exmiembro de la Policía Militar y sospechoso de disparar el arma, fuera validada por el magistrado de la corte suprema Alexandre de Moraes, afirmó Lewandowski.

“Sabemos que esta colaboración (...) trae elementos importantísimos que nos dan a creer que brevemente tendremos la solución del asesinato de la concejal Marielle Franco”, dijo el ministro a periodistas en Brasilia, sin detallar el contenido de la confesión.

Creadas supuestamente para librar a las favelas del yugo de los narcotraficantes, las milicias terminaron convirtiéndose en mafias que exigen costosos tributos a cambio de “protección” y que enfrentan a la propia policía brasileña. Foto: AFP

Lessa habría dado a las autoridades los nombres de los supuestos autores intelectuales del crimen, según medios locales.

Otro exintegrante de la PM, Elcio Queiroz, sindicado como conductor del auto, había confesado en julio del año pasado su participación y la de Lessa en el crimen.

Esa delación llevó a la policía a detener entonces en Rio de Janeiro a otro sospechoso, el exbombero Maxwell Simoes Correa, quien se habría encargado de vigilar pasos de Franco y de esconder las armas usadas en el ataque.

Lessa y Queiroz tendrían vínculos con las milicias paramilitares que aterrorizan a varias barriadas pobres, y cuyos abusos fueron denunciados en varias ocasiones por Franco.

Formadas hace unas cuatro décadas por expolicías, militares retirados, bomberos y guardias de prisiones, entre otros, las milicias ofician como grupos de autodefensa comunitarios frente al azote de las bandas narcotraficantes.

Fuente: AFP

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