Ucrania y Rusia se acusaron mutuamente de bombardear el jueves las zonas anegadas en la región de Jersón, donde se están evacuando a miles de civiles tras las inundaciones causadas por la destrucción de una represa. La destrucción de la represa de Kajovka el martes obligó a las evacuaciones masivas tras la subida de las aguas del río Dniéper, en el sur de Ucrania.

Los ucranianos acusaron al ejército ruso de bombardear Jersón durante las operaciones de rescate. Según Kiev, una persona murió y 18 resultaron heridas, incluidos miembros de los servicios de rescate. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, calificó a los rescatistas que trabajan “bajo el fuego” ruso de “heroicos”, en un mensaje publicado en redes sociales tras visitar la región, donde más 600 km2 de territorio están bajo el agua.

Por ahora, las autoridades ucranianas y las de la ocupación rusa informaron de seis fallecidos. Las autoridades de ocupación rusa en Ucrania acusaron por su parte a Kiev de bombardear la zona y matar a dos personas, una de ellas una mujer embarazada, en el centro de evacuación de Golan Pristan, en la zona bajo control ruso.

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Batalla de dos horas

Por otra parte, el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigu, declaró que sus tropas habían repelido el jueves un ataque en la región de Zaporiyia, más al norte, en momentos en que Kiev dice ultimar una contraofensiva para recuperar territorios. “Hoy (jueves) a la 1:30 (22:30 GMT del miércoles) de la mañana en la zona de Zaporiyia, el enemigo intentó abrirse camino en nuestra defensa con (...) hasta 1.500 hombres y 150 vehículos blindados”, afirmó Shoigu en un comunicado. “El enemigo fue bloqueado y retrocede con graves pérdidas”, añadió.

Tras una batalla de dos horas, las fuerzas ucranianas perdieron 30 tanques, 11 vehículos de combate de infantería y hasta 350 hombres. Estas informaciones no pudieron ser verificadas con una fuente independiente. Ucrania y Rusia se echan la culpa recíprocamente de la destrucción de la represa, que hace temer una catástrofe humanitaria y ecológica.

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Kiev acusa a Moscú de querer frenar la ofensiva ucraniana hacia el sur, y para el presidente ruso, Vladimir Putin, fue una “salvajada” cometida por los ucranianos. Según el gobierno ucraniano, 2.339 personas fueron evacuadas de la zona inundada, donde 32 localidades quedaron sumergidas.

Del lado ruso fueron evacuadas “5.000 personas”, indicó Vladimir Saldo, un responsable de la administración local rusa, en Telegram. Más de 20.000 hogares estaban sin corriente, según el ministro ucraniano de Energía, German Galushchenko, quien pidió a Europa que suministrase más electricidad al país.

Sin riesgo nuclear “inminente”

Galushchenko afirmó que la central nuclear de Zaporiyia, enfriada con las aguas del río Dniéper, no presentaba “ningún riesgo inminente por ahora” pero que era necesario “vigilar la situación”. Previa evaluación, se comprobó que la operación de bombeo de agua “debía poder continuar, aunque el nivel bajase de los 12,7 metros”, aseguró el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en un comunicado.

Poco antes, el jefe del operador ucraniano Ukrhydroenergo, Igor Syrota, había alertado que las reservas de agua de la represa ya no bastaban para enfriar los reactores de la planta, la mayor de Europa. Cuando ya no se pueda usar el agua de la represa, la central podrá utilizar “una gran piscina de retención situada a proximidad, así como reservas más pequeñas y pozos en el lugar, que podrán proporcionar agua de enfriamiento durante varios meses”, detalló el OIEA.

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En Jersón, Tatiana Olmechenko, de 65 años, contó a AFP que esperó durante dos días a los socorristas y que tuvo que salir por sus medios por una ventana rota para llegar hasta el bote de rescate. “En mi edificio, el agua llegó hasta el tercer piso y ahí todavía hay gente”, afirmó. Según Laura Musiyan, del centro meteorológico de Jersón, las aguas están 5,33 metros por encima del nivel normal, pero parece que la crecida empieza a ceder levemente. “Si esta tendencia continúa, sería una buena noticia para los habitantes”, dijo.

Zelenski criticó el miércoles la falta de ayuda humanitaria de la ONU y la Cruz Roja. También declaró en una videoconferencia que se habían inundado “almacenes de combustible, de productos químicos, de fertilizantes, cementerios de animales, (...)”. La Cruz Roja aseguró por su parte participar en las operaciones de evacuación en territorio ucraniano, con medio centenar de voluntarios. La ayuda de la ONU aumentará, dijo el jueves Kiev.

Borrell acusa a Rusia

El máximo responsable diplomático de la Unión Europea, Josep Borrell, aseguró el viernes que “todo parece indicar” que los rusos destruyeron la represa de Kajovka, hecho del cual Moscú y Kiev se culpan mutuamente. “La represa no ha sido bombardeada. Ha sido destruida con explosivos instalados dentro de las cámaras donde se encuentran las turbinas. Esta parte está bajo control ruso”, dijo Borrell a la televisión pública española TVE.

“Yo evidentemente no estaba allí para saber quién lo ha hecho. Pero todo parece indicar que sí ha sido donde Rusia tiene control, difícilmente puede haber sido alguien más”, prosiguió. “Y en todo caso, las consecuencias para Ucrania son terribles. Las consecuencias desde todo punto de vista, desde el punto de vista humanitario, para las personas desplazadas, por el daño ecológico que va a producir, va a ser una catástrofe ecológica”, añadió Josep Borrell.

Moscú y Kiev se culpan mutuamente de la destrucción de esta presa en el Dniéper el martes. Culpada por Ucrania, que la acusó de dinamitar la represa para cortar una ofensiva ucraniana en el sur hacia Crimea, Rusia afirmó el jueves ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que Kiev había destruido la presa con ataques “masivos” de artillería. La destrucción de la represa, bajo control ruso en el sur ocupado de Ucrania, provocó inundaciones masivas y dejó numerosos muertos y heridos.

Fuente: AFP.

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