La acción del banco Credit Suisse subió con fuerza este jueves en la apertura de la bolsa, tras obtener el apoyo del banco central suizo para tranquilizar a los mercados después de la peor sesión de su historia, el miércoles. En las primeras operaciones, el título de la entidad bancaria ganaba un 30,82% en la bolsa de Zúrich, a 2,22 francos suizos, tras alcanzar un mínimo histórico de 1,55 francos el miércoles, cuando la acción cerró la jornada con un desplome del 24,24%.

Credit Suisse anunció la madrugada del jueves, hora europea, que pedirá prestados hasta 50.000 millones de francos suizos (53.700 millones de dólares) del banco central. Al mismo tiempo, el banco anunció en un comunicado una serie de operaciones de recompra de deuda por alrededor de 3.000 millones de francos suizos.

“Estas medidas son un movimiento decisivo para fortalecer Credit Suisse a medida que continuamos nuestra transformación estratégica para brindar valor a nuestros clientes y otras partes interesadas”, dijo el director ejecutivo del banco, Ulrich Koerner, citado en el comunicado. Después de un silencio asombroso desde inicios de la semana, el banco central suizo y el supervisor financiero de Suiza salieron el miércoles finalmente en defensa de CS.

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“El Credit Suisse satisface las exigencias en materia de capital y de liquidez impuestas a los bancos de importancia sistémica”, aseguraron el Banco Nacional Suizo (BNS, central) y la Autoridad Supervisora del Mercado Financiero (Finma) en un comunicado conjunto. “En caso de necesidad, el BNS pondrá liquidez a disposición del Credit Suisse”, agregaron las instituciones.

El descalabro de Credit Suisse se produce luego de la quiebra del banco californiano Silicon Valley Bank (SVB) por una ola de retiros masivos de sus clientes que dejó al establecimiento en dificultades para salir a flote por sí solo. “Parece que cada vez más inversores miran hacia CS como la próxima ficha más probable del dominó” en caer, comentó Neil Wilson, analista de Finalto.

Pero si Credit Suisse tiene que hacer frente a “problemas existenciales”, se tratar de otro tipo de dificultades para el sector bancario, en su opinión. “Es realmente demasiado grande para entrar en quiebra”, aseguró. A diferencia de SVB, el establecimiento suizo forma parte de los treinta bancos internacionales considerados demasiado importantes para que se les deje caer en bancarrota, lo cual le impone asimismo una reglamentación más estricta para resistir en caso de sacudidas fuertes.

La preocupación se extiende más allá de Suiza y el Tesoro estadounidense declaró que estaba “vigilando la situación y en contacto con sus homólogos internacionales”. Los anuncios procedentes de Suiza surtieron efecto en las principales bolsas europeas, que abrieron este jueves con subidas al día siguiente de una jornada con pérdidas de entre el 3 y el 4%. En los primeros compases, París subía 1,49%, Fráncfort 1,52%, Londres 1,40%, Madrid 1,98% y Milán 1,48%.

Acumulación de reveses

En Asia, la inquietud por los efectos de la quiebra de SVB seguía pesando. Tokio perdió al cierre 0,8%, Hong Kong un 1,72% y Shanghái 1,12%. El hundimiento de la acción del banco helvético se aceleró el miércoles tras la negativa de su principal accionista, el Banco Nacional Saudita, a ampliar su participación en el capital.

Interrogado por Bloomberg TV sobre si el banco saudita podría invertir más dinero, su presidente Amar Al Judairy, afirmó: “La respuesta es absolutamente no, por varias razones cada vez más simples, que son reglamentarias y estatutarias”, declaró. Las sauditas poseen actualmente 9,8% del banco suizo. “Si superamos el 10%, entran en vigor una serie de nuevas reglas”, explicó.

Los sauditas se convirtieron en los primeros accionistas de CS durante un aumento de capital en noviembre lanzado para financiar una fuerte reestructuración de la entidad. Desde hace dos años, el banco está en dificultades tras la quiebra de la empresa financiera británica Greensill, que marcó el inicio de una serie de escándalos que debilitaron al banco. Algunos accionistas acabaron tirando la toalla, como la sociedad de inversiones estadounidense Harris Associates, uno de sus apoyos más importantes y que reveló la semana pasada que había vendido toda su participación.

Los escándalos de la banca suiza

Las acciones de Credit Suisse, inmerso en una profunda reestructuración, siguieron desplomándose el miércoles tras una serie de escándalos en los últimos años de la entidad financiera, considerada el “eslabón débil” del sector bancario suizo. El banco vio cómo su rama de gestión de activos se tambaleaba por la quiebra en 2021 de la firma financiera británica Greensill, en la que había comprometido unos 10.000 millones de dólares a través de cuatro fondos.

Cuando una aseguradora se negó a renovar los contratos de Greensill --una compañía británica que utilizaba complejos acuerdos financieros para prestar dinero a las empresas para que pagaran sus facturas-- el banco, que ya no podía calcular el valor de los fondos, empezó a liquidarlos. Finalmente, Greensill quebró e hizo tambalearse a las empresas que dependían de ella para obtener liquidez, una quiebra que afectó también a sus acreedores, entre ellos el gigante japonés SoftBank.

Cuatro semanas más tarde, el fondo estadounidense Archegos ya no podía inyectar dinero para cubrir sus inversiones en derivados, lo que desencadenó una venta masiva en Wall Street. Varios grandes bancos se vieron afectados, Credit Suisse el que más, con unos 5.000 millones de dólares.

Préstamos a Mozambique

En octubre de 2021, el banco se vio envuelto en un caso de corrupción en Mozambique relacionado con préstamos a empresas estatales. Las autoridades estadounidenses y británicas impusieron al banco sanciones por valor de 475 millones de dólares. Los préstamos, concedidos entre 2013 y 2016, deberían haber financiado proyectos de vigilancia marítima, pesca y astilleros, pero se desviaron en parte para sobornos.

En diciembre de 2021, el tabloide suizo Blick reveló que el presidente del banco, Antonio Horta-Osorio, había infringido las normas de cuarentena relacionadas con la pandemia del covid-19. Siguieron otras revelaciones en la prensa, como el incumplimiento de las restricciones sanitarias para asistir a un partido de tenis en Wimbledon. El veterano banquero dimitió menos de nueve meses después de asumir el cargo.

“Suisse secrets”

En febrero de 2022, el Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP), un consorcio de 47 medios de comunicación, entre ellos Le Monde y el New York Times, publicó una investigación titulada “Suisse secrets”. La investigación, basada en información de cuentas desde los años 1940 hasta finales de los años 2010, revela que el banco albergó fondos de clientes implicados en casos criminales y de corrupción.

Juicio en Bermudas

En marzo de 2022, un tribunal de Bermudas confirmó que el ex primer ministro georgiano Bidzina Ivanishvili había sufrido pérdidas en inversiones gestionadas por Patrice Lescaudron, exbanquero de Credit Suisse, despedido en 2015, condenado por fraude en Ginebra en 2018 y que se suicidó dos años después. En junio de 2022, el banco fue condenado en Suiza en un caso de blanqueo de capitales vinculado a una red búlgara de cocaína. Fue multado con 2 millones de francos suizos.

Dos acuerdos por antiguos litigios

En octubre de 2022, el banco resolvió un litigio en Estados Unidos que se remontaba a la crisis financiera de 2008 relativo a valores respaldados por hipotecas, llegando a un acuerdo a cambio de un pago de 495 millones de dólares. En Francia, acordó pagar 238 millones de euros para evitar ser procesado por prospección ilegal de clientes y fraude fiscal agravado entre 2005 y 2012.

Greensill, la secuela

A finales de febrero de 2023, dos años después del escándalo de la quiebra de Greensill, la Autoridad Suiza de los Mercados Financieros (Finma) acusó a Credit Suisse de haber “incumplido gravemente sus obligaciones prudenciales” en materia de gestión de riesgos.

Aplazamiento del informe anual

La semana pasada, el banco aplazó la publicación de su informe anual tras una llamada del regulador de los mercados financieros de Estados Unidos (SEC), que planteó dudas sobre sus cuentas para los ejercicios 2019 y 2020. El martes, Credit Suisse reconoció “debilidades materiales” en sus controles internos en su informe anual, lo que hizo caer las acciones. El miércoles, el desplome de la cotización se aceleró después de que su principal accionista declarara que no va a apoyar a la entidad incrementando su participación

Bolsas europeas

Las bolsas europeas volvieron a caer con fuerza el miércoles después del respiro del martes, lastradas por los temores de graves dificultades en el sector bancario tras el desplome de las acciones de Credit Suisse, en tanto Wall Street resistió a pesar de la caída de las acciones de la banca.

La bolsa de Nueva York terminó dispar, limitando pérdidas luego de una señal positiva de las autoridades suizas para contener la crisis del Credit Suisse, el último de los bancos golpeados por las turbulencias del sector financiero. El Dow Jones perdió 0,87%, el tecnológico Nasdaq ganó un marginal 0,05% y el S&P 500 0,69%.

En Europa, la Bolsa de París perdió 3,58%, la de Fráncfort 3,27%, la de Londres 3,83%, en tanto que Milán cayó 4,61% y Madrid 4,37%. El índice del sector bancario europeo (Stoxx 600 Banks) se desmoronó casi un 7%. Los temores a una recesión económica mundial derrumbaron igualmente en alrededor de 5% las cotizaciones del petróleo, a sus niveles de cierre más bajos desde diciembre de 2021.

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Los mercados de valores habían resistido en los últimos meses al impacto de las alzas de las tasas de interés operadas por los bancos centrales para contener la inflación. Pero la incertidumbre irrumpió la semana pasada con varias quiebras bancarias en Estados Unidos, y en particular con la del emblemático Silicon Valley Bank (SVB), que financiaba empresas del sector tecnológico, uno de los más afectados por el encarecimiento del crédito producto del alza de los tipos de interés.

Los temores de contagio se acrecentaron el miércoles, con el peor derrumbe de la historia de Credit Suisse, de 24,4%, tras la negativa de su principal accionista, el Banco Nacional Saudita, a ampliar su capital en la entidad, con problemas desde hace meses. El desplome provocó un efecto dominó en el sector bancario europeo, con caídas de más de 10% de Deutsche Bank, Commerzbank, Société Générale, BNP Paribas, Banco Sabadell y Banca Monte dei Paschi.

En Estados Unidos, sobre todo instituciones de dimensión intermedia como First Republic (-21,37%) y PacWest (-12,87%), se vieron vapuleadas por el vendaval, pero incluso grandes bancos como Goldman Sachs (-3,09%) y JPMorgan Chase (-4,72%) cayeron. “Las transacciones están sometidas a las emociones, y los inversores están en estado de alerta máxima y atentos a toda novedad relativa a los bancos, porque están muy interconectados”, resumió Jack Ablin, de Cresset Capital.

Algunos bancos latinoamericanos que cotizan en la bolsa estadounidense a través de certificados equivalentes a acciones, vieron moverse a la baja la cotización de sus papeles, como los argentinos BBVA Francés (-2,6%), el Banco Galicia (-2,6%) o el banco Macro (-1,4%); el brasileño ITAU Unibanco (-1,56%), o el mexicano Banorte (4,23%).

Incertidumbres sobre las tasas

Los analistas evalúan cual será el impacto de esta crisis en las próximas decisiones de los bancos centrales de Europa y Estados Unidos sobre sus tasas de referencia. “La decisión de la Fed (banco central de Estados Unidos) la semana próxima dependerá probablemente más de las evoluciones en el frente financiero que de datos coyunturales” de la economía, afirmó Thomas Bauer, economista del gabinete de investigación RichesFlores.

Los analistas esperaban hasta ahora que el banco Central Europeo (BCE) decidiera el jueves un fuerte aumento de 0,50 puntos porcentuales de su tasa de referencia para combatir la inflación, pero ahora esa previsión genera fuertes dudas.

El euro también se vio lastrado por el descalabro de los valores bancarios en Europa, y caía a su nivel más bajo en dos meses y medio ante el dólar. Hacia las 20:55 GMT, la divisa única europea caía un 1,45% a 1,0577 unidades por billete verde, en su mayor depreciación cotidiana desde marzo de 2020. El oro, un valor refugio, subía en cambio 0,62% a 1.922 dólares la onza.

De su lado el bitcóin cedía 1,70% a 24.396 dólares. Al final de la jornada, señal de cierta calma, las tasas de los bonos del Tesoro de Estados Unidos subieron. El rendimiento de estos papeles a 2 años, quedó en 3,87% luego de caer antes a 3,71%, un mínimo en seis meses.

Reacción de autoridades suizas

El banco central y el supervisor financiero de Suiza salieron el miércoles por la tarde en defensa de Credit Suisse (CS). “El Credit Suisse satisface las exigencias en materia de capital y de liquidez impuestas a los bancos de importancia sistémica”, aseguraron el Banco Nacional Suizo (BNS, banco central) y la Autoridad Supervisora del Mercado Financiero (Finma) en un comunicado conjunto. “En caso de necesidad, el BNA pondrá liquidez a disposición del Credit Suisse”, agregaron las instituciones.

Todas las miradas apuntan a la Fed

Consumo y precios minoristas a la baja: la economía estadounidense parece dar señales de un debilitamiento necesario para contener la inflación, en momentos en que las quiebras de bancos vuelven temerosos a los mercados que esperan por la próxima decisión de la Reserva Federal sobre sus tasas de interés. Las ventas al por menor cayeron en febrero en Estados Unidos, lo que es una mala noticia para los vendedores, pero una buena nueva para el banco central que busca controlar la inflación, ya que estos datos implican una moderación del consumo y con ello de la presión sobre los precios.

El gasto total ascendió a 697.900 millones de dólares, un 0,4% menos que en enero, según los datos publicados el miércoles por el Departamento de Comercio. Los analistas esperaban un aumento del 0,2%. En comparación con febrero de 2022, sin embargo, las ventas del mes de febrero subieron 5,4%, pero en cifras no ajustadas por inflación, lo que contribuye a aumentar por simple efecto del alza de precios el monto total de las ventas.

“Las ventas minoristas bajaron en febrero, pero no lo suficiente como para considerar que hay un deterioro mayor de la voluntad de gasto de los consumidores”, destacó no obstante Oren Klachkin, economista jefe de Oxford Economics. La inflación se colocó en febrero en 6% a 12 meses, según el índice de precios al consumo PCI (CPI por sus siglas en inglés). A los consumidores les cuesta más comprar lo mismo.

Klachkin espera que “los gastos de consumo se debiliten más adelante este año a medida que las alzas de salarios se moderen, que el ahorro se agote, y que los costos de los créditos aumenten” en un contexto de inflación alta, añadió, en una visión bastante negativa para los consumidores. Los estadounidenses vieron cómo se erosionaba su capacidad de compra, pero para seguir consumiendo echaron mano a sus ahorros logrados durante la pandemia de covid-19 y gracias a los aumentos de salarios producto de la escasez de mano de obra en el país.

Dilema para la Fed

El banco central estadounidense está decidido a contener las alzas de precios, y sube desde hace meses sus tasas de interés para enfriar la economía. Tasas de referencia más altas significan crédito más caro, que desestimula el consumo y la inversión.

Sus directivos se reunirán los días 21 y 22 de marzo y tendrán un gran dilema que resolver: subir las tasas para tratar de contener más una inflación que sigue lejos del deseado 2% anual, o hacer una pausa en medio de la incertidumbre en los mercados por las quiebras de bancos como el Silicon Valley Bank (SVB), que se explica en gran medida por las fuerte alzas de tipos de interés.

La Fed tiene entre los últimos datos conocidos una caída de 0,1% de los precios mayoristas en la medición mes a mes, febrero sobre enero, debido esencialmente a un descenso de los precios de la gasolina. “Los precios mayoristas están lejos de sus máximos, pero la inflación sigue alta”, destaca Rubeela Farooqi, economista de HFE, que espera un alza de tasas de un cuarto de punto la semana próxima en Estados Unidos.

Farooqi tampoco excluye la posibilidad de una pausa, ya que los directivos de la Fed “tomarán en cuenta los riesgos para la estabilidad financiera”. “Si los mercados siguen tan movidos como ahora, la Fed no subirá sus tasas la semana próxima”, anticipa por su parte Kieran Clancy, economista de Pantheon Macroeconomics. La actividad manufacturera de la región de Nueva York, considerada como un termómetro de la evolución de la economía estadounidense en general, se contrajo en marzo por cuarto mes consecutivo, según la encuesta mensual Empire State publicada el miércoles por la filial neyorquina de la Fed.

Fuente: AFP.

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