La Reserva Federal (Fed, banco central) de Estados Unidos anunció el lunes que investigará las condiciones de supervisión y regulación del banco californiano Silicon Valley Bank (SVB), cuya quiebra provocó un remezón en los mercados financieros mundiales. “Los acontecimientos alrededor del Silicon Valley Bank exigen un análisis en profundidad, transparente y rápido por parte de la Reserva Federal”, declaró el presidente del organismo, Jerome Powell, en un comunicado. Los resultados del informe serán publicados el 1º de mayo.

“Debemos proceder a examinar de forma minuciosa y profunda la forma en la que supervisamos y regulamos a esta empresa, y lo que deberíamos aprender de esta experiencia”, estimó el vicepresidente de la Fed encargado de regulación bancaria, Michael Barr.

La Fed es el organismo encargado de inspeccionar y examinar algunas instituciones financieras. Barr fue uno de los arquitectos principales de la ley Dodd-Frank, votada a raíz de la crisis financiera 2008-2009 para regular mejor la actividad de las grandes instituciones bancarias estadounidenses. El expresidente Donald Trump flexibilizó estos reglamentos en 2018. Una ola de retiros provocó la quiebra de tres bancos la semana pasada, entre ellos SVB, que no podía responder a sus clientes y fue cerrado el viernes por las autoridades.

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El Departamento de Protección Financiera e Innovación de California (DFPI) cerró el SVB, con sede en ese estado, y nombró a la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) como depositaria de los fondos del banco, informó la agencia federal. El DFPI “tomó posesión del Silicon Valley Bank, citando inadecuada liquidez e insolvencia”, señaló la agencia californiana.

¿Qué es SVB?

El Silicon Valley Bank (SVB) es un banco californiano especializado en el sector tecnológico, con negocios principalmente con fondos que invierten en empresas que no cotizan en bolsa. Poco conocido para el público, es el decimosexto banco estadounidense por el tamaño de sus activos. La firma, con operaciones en Estados Unidos, Europa, Asia e Israel, ofrecía servicios financieros entre otros a start-up, desde simples cuentas bancarias a asesoría para capitalizarse. La matriz de este banco, SVB Financial Group, anunció el miércoles que intentaría reunir 2.250 millones de dólares en fondos frescos.

El grupo vendió rápidamente un portafolio de 21.000 millones de dólares de títulos financieros, con una pérdida estimada de 1.800 millones. SVB buscaba fortalecer sus finanzas, fragilizadas por retiros de clientes, hasta que llegó el anuncio de las autoridades federales y estatales este viernes. Según The Wall Street Journal, que cita a fuentes cercanas al sector bancario, fondos de inversiones aconsejaron a empresas que retiren su dinero de SVB y, en reacción, el director general del banco exhortó el jueves a sus clientes “a no retirar sus depósitos y no sembrar el miedo o el pánico”.

El viernes por la mañana, la cotización de las acciones de SVB fue suspendida en la bolsa de Nueva York en espera de una comunicación de la empresa, luego de una caída de 60% de sus títulos el jueves y un descenso de más de 60% nuevamente en los intercambios electrónicos previos a la apertura. Según el canal económico CNBC, el banco no logró obtener el capital necesario y negociaba su venta a otra entidad bancaria. Las 17 agencias del banco reabrirán el lunes bajo el control de una nueva entidad específicamente creada por la FDIC para administrar la operativa de la institución.

¿Por qué está en problemas?

Muy ligado a las empresas tecnológicas, el SVB sufre por el deterioro del sector: la brusca subida de tasas de interés en Estados Unidos que afecta a un ramo muy dependiente del financiamiento para crecer, sumado a las dificultades de aprovisionamiento de semiconductores y al débil apetito de los inversores por los valores tecnológicos, marcan el final de la euforia tecnológica tras la pandemia.

La capitalización bursátil de empresas tecnológicas se derrumbó en 2022, y los anuncios de despidos masivos entre las firmas de Silicon Valley se multiplican desde hace meses. El alza de los tipos de interés resuelta por la Reserva Federal (Fed, banco central) también afecta a las instituciones bancarias. Los bancos toman dinero a corto plazo para otorgar créditos a mediano y largo plazo, un modelo que perjudica sus perspectivas en un contexto de tasas altas.

¿Por qué sufren las tecnológicas?

Los problemas de un solo banco pueden afectar la confianza de los inversores en el sector en todo el mundo. Los bancos son interdependientes, como lo mostró la crisis financiera de 2008-2009 y la quiebra del banco Lehman Brothers. El espectro de un “bank run” o corrida bancaria, una reacción en cadena que comienza con retiros masivos de clientes hasta que los bancos no pueden responder, siempre se cierne sobre el sector.

Para satisfacer la demanda de efectivo, el banco no tiene otra opción que levantar dinero o ceder activos rápidamente, lo cual suele conllevar gastos o pérdidas, y acentúa sus dificultades. A fines de 2022, el banco tenía 209.000 millones de dólares de activos y unos 175.400 millones en depósitos, precisaron las autoridades.

Preocupación por las start-ups

La quiebra de Silicon Valley Bank (SVB) bloqueó decenas de miles de millones de dólares depositados allí por start-ups y fondos de capital privado, lo que hace temer una onda expansiva en todo el sector tecnológico. “El socio financiero de la economía de la innovación” era el eslogan con el que se presentaba el SVB, puesto el viernes bajo el control del regulador estadounidense FDIC para evitar daños mayores.

“Ellos conocían a la comunidad de emprendedores”, dijo a la AFP Joseph DeSimone, profesor de la Universidad de Stanford y fundador de varias start-ups. “Nos ayudaban a reclutar gente, (...) asesoraban a nuevos directivos, (...) Su desaparición es una auténtica pérdida”, estimó. SVB se jactaba de tener “casi la mitad” de las empresas tecnológicas y biocientíficas financiadas por inversores estadounidenses. La declaración de quiebra permitirá que cada cliente recupere hasta 250.000 dólares, el máximo garantizado por la FDIC, la Corporación Federal de Seguro de Depósitos.

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Pero, según el informe anual de SVB, la parte de los depósitos no asegurados ascendía a aproximadamente el 96% del total de los 173.000 millones de dólares confiados al banco. La FDIC dijo el viernes que la devolución de estos fondos dependería de los montos recuperados de la venta de activos del banco, un proceso a menudo largo y con ganancias inciertas.

“Las verdaderas víctimas de la caída de SVB son los depositantes: las start-ups con 10 a 100 empleados, que ya no pueden pagar salarios, tendrán que poner a la gente en paro técnico o despedir el lunes”, reaccionó en Twitter Garry Tan, CEO de Y Combinator, una incubadora de empresas jóvenes. “Dentro de un mes o dos, habremos aniquilado a una generación de start-ups estadounidenses”, advirtió el directivo. “Son años de innovación estadounidense los que están en juego”.

“No saldrás indemne”

La desaparición del banco californiano “podría destruir un importante motor de la economía a largo plazo, ya que las empresas respaldadas por capital de inversión dependían de SVB para sus préstamos y sus presupuestos”, tuiteó el inversionista activista Bill Ackman. Para él, si ninguna entidad financiera toma el relevo, eventualmente absorbiendo lo que quede de Silicon Valley Bank, “se debería considerar un rescate público”. Según varios medios estadounidenses, los directivos del banco discutieron el jueves y viernes su posible adquisición con varios bancos locales, aunque sin éxito.

Champ Bennett, cofundador de la plataforma de video Capsule, reveló el viernes que los 5 millones de dólares inyectados a mediados de febrero durante la primera recaudación de fondos de la compañía estaban depositados en SVB y, ahora, inaccesibles. “Es difícil imaginar lo que sigue, pero no pinta bien”, escribió en Twitter, y dijo que, al contrario de lo que algunos piensan, un rescate de SVB no equivaldría a acudir en ayuda del “1% más rico”, empresarios e inversores adinerados, o de “Big Tech”.

Mencionó sus contactos, durante las últimas horas, con cientos de jefes de empresas emergentes. “Están luchando. Son personas como tú y como yo. Trabajan duro (...) y muchas tienen salarios por debajo del mercado”, afirmó. Según el sitio de información Semafor, empresas de inversión alternativa (fondos de cobertura) están ofreciendo reemplazar al banco y desembolsar fondos de inmediato a las firmas clientas de SVB.

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Para ello, estos últimos deben, no obstante, aceptar ceder entre 20% y 40% de sus depósitos, con los que los fondos de cobertura esperan recuperar la totalidad o parte de la diferencia del banco. Más allá de eso, Adam Arrigo, jefe de la plataforma de conciertos virtuales Wave, advirtió a sus compañeros empresarios tecnológicos: “Tengas o no dinero en SVB, no saldrás indemne. Afectará seriamente a todos”.

Al igual que otros, Bennett está preocupado por el destino de otros bancos populares en el sector de la tecnología, en particular, el californiano First Republic, cuyo precio se ha reducido en casi 30% en dos días. Para algunos, la quiebra de dos bancos en pocas horas esta semana, SVB y Silvergate Bank, es una lección sobre la supuesta solidez del sistema financiero.

“¿Por qué de repente nadie habla sobre el hecho de que los bancos son seguros y mejores que las finanzas descentralizadas?”, bromeó, en Twitter Arjun Sethi, empresario e inversor estadounidense, en alusión a un sistema financiero alternativo basado en criptomonedas y la llamada tecnología blockchain. Las finanzas descentralizadas, también llamadas “DeFi”, permiten, en teoría, acceder a sus fondos en cualquier momento y sin intermediario, pero sin protección de depósito ni supervisión de un regulador.

Fuente: AFP.

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