“Anvisa está siempre lista para atender demandas de informaciones, pero repudia y repele con vehemencia cualquier amenaza, explícita o velada, que intente constringir, intimidar o comprometer el libre ejercicio de las actividades regulatorias y el sustento de nuestras familias”, indicó la Agencia de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), en un comunicado.
De esta manera, el regulador sanitario de Brasil rechazó este viernes las amenazas del presidente Jair Bolsonaro al pedir que se revelaran los nombres de los expertos que aprobaron las vacunas anti-COVID para niños, una solicitud que los empleados de la agencia consideraron “fascista”. El regulador aprobó el jueves la vacuna Pfizer-BioNTech para uso en menores de cinco a once años, uniéndose a una lista cada vez mayor de países que extienden la vacunación a ese grupo etario.
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Bolsonaro, quien ha bromeado diciendo que los inmunizantes pueden transformar a la gente en “caimán” y se niega a vacunarse, dijo ese día que pidió “extraoficialmente” el nombre de quienes aprobaron la vacunación de los niños. “Ustedes tienen derecho a saber el nombre de las personas que aprobaron la vacuna para sus hijos. Usted decide si compensa o no”, afirmó en su transmisión semanal por redes sociales, tras mencionar posibles contraindicaciones al recibir la dosis.
En respuesta a los comentarios del presidente de extrema derecha, Anvisa aseguró que sus oficiales han recibido “amenazas de muerte” desde octubre por su trabajo de evaluar y aprobar vacunas anti-COVID, y sugirió que las palabras de Bolsonaro atizan esas presiones.
“Luego de sufrir amenazas de muerte y toda suerte de actos criminales por parte de agentes antivacuna, en el marco de la vacunación para niños, esta agencia se encuentra en el foco y la mira de activismo político violento”, afirmó la agencia.
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La asociación que representa a los empleados del regulador sanitario, Univisa, también condenó los mensajes de Bolsonaro. “Se muestra como una amenaza de retaliación que, al no encontrar medios institucionales para hacerlo, se vale de la incitación al ciudadano, método abiertamente fascista y cuyos resultados pueden ser trágicos y violentos”, señaló en una nota.
Bolsonaro ha provocado controversia en repetidas ocasiones con su manejo de la pandemia, que deja más de 617.00 muertos en Brasil, una cifra superada sólo por Estados Unidos.
El mandatario restó importancia al virus al llamarlo una “pequeña gripe” y burló las recomendaciones de los expertos sobre medidas para quedarse en casa, mascarillas y vacunas. En octubre, un comité de investigación del Senado recomendó que enfrentara cargos penales, incluidos crímenes de lesa humanidad, por la respuesta de su gobierno al COVID-19.
Fuente: AFP.