La empresa de Bruno Defelippe, esposo de Soledad Núñez, pareja de candidatos que fracasaron en las recientes elecciones generales, opera con varias instituciones del Estado, en algunos casos de manera directa, en otros mediante intermediaciones de organismos internacionales, y un esquema que puentea de manera elegante a los organismos de control. Adjudicaciones directas en Conacyt, Mitic y varios otros proyectos cuyos gastos son de nula transparencia. En torno al esquema empresarial han creado mina de oenegés cuyos financiamientos también se guardan bajo 7 llaves. Seprelad niega informaciones sobre entrada y salida de dinero alegando que son de “carácter reservado”.

Incalculables gastos se eje­cutan con proyectos públi­cos de los que se colgaron empresa y oenegés de Soledad Núñez y Bruno Defelippe, clan que mueve miles de millones de guaraníes escapando de la transparencia.

En la infografía que acom­paña este artículo se mues­tran algunos de los proyectos que tienen detrás a oenegés del clan, organizaciones en las que se distribuyen un mismo grupo de amigos. La empresa de Defelippe, Koga, articuló junto con el Minis­terio de Tecnologías de la Información y Comunicación (Mitic) concursos de base tecnológica que solo en capi­tal semilla fueron unos USD 344 mil en 7 años. Solicita­mos al ente la rendición de gastos, pero se desentien­den de la respuesta, pese a que prometieron la provi­sión de datos.

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En promociones del con­curso figura un buen porcen­taje para “mentorías”, rubro de Defelippe, aunque Mitic dijo que no se llegó a pagar, sin embargo, no remitió la rendición de los gastos.

Varios de los concursos pre­miaron a los amigos de Defe­lippe con el agregado de que parte del plantel del jurado estuvo conformado por él mismo y sus amigos.

No hay que olvidar que en Mitic, en plena pandemia, varios oenegeístas se ubicaron con sueldazos y con currículum en los que aparecen como refe­rencia la empresa de Defelippe.

Existe infinidad de proyec­tos públicos detrás de los cua­les operan las empresas como oenegés del clan, pero las ins­tituciones no transparentan la rendición de los gastos totales, de los cuales una porción va a las cuentas de sus organizaciones. Así vemos pomposos concur­sos en Ciudad Mujer o Ministe­rio de Justicia triangulados vía Banco Interamericano de Desa­rrollo (BID), el famoso ASU + B, o el polémico control electo­ral y cursos políticos, articula­dos por oenegés del clan que se ejecutan en una verdadera oscuridad administrativa.

La Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero también negó información sobre la entrada y salida de dinero a las oenegés de Núñez y Defelippe, alegando que es de “carácter reservado”. Estas organizaciones reciben miles de dólares, blanquean sus actividades mediante conve­nios con entes públicos, mien­tras rehúyen proveer datos de financiamiento que les son solicitados. Los pocos mon­tos a los que hemos accedido fueron siguiendo algunos pro­yectos publicados.

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