Este domingo nos sumergimos un rato en “la poesía y la arquitectura” a partir de la charla de Toni con Violeta Pérez, Patricia Ygarza Cuquejo y Bea Bosio, que termina con una reflexión de Bea a partir de unas palabras de José Saramago.

Era una charla cual­quiera con Karina Albera Delfino hablando de arquitectura contemporánea. En un momento dado me habla de la casa de su suegra, un pro­yecto de su cuñado Solano Benítez. Yo empiezo a anali­zar la composición y Albera me cuenta una historia: “Un día llaman a preguntar desde una empresa telefónica cómo llegar a la casa y la secreta­ria le da la dirección. Del otro lado le piden una referencia y esta le dice: “Casa sin termi­nar”. Al final del mes llega la cuenta y al lado de la direc­ción rezaba: “Casa sin ter­minar”.

“Casa Costas”. Interpretación de Pedro Florentín Demestri. Asunción, 2021.

Ese detalle contado por Karina me inspiró poesía y fue el motor principal para escribir este domingo de la misma manera que cuando me contó Chilí Yegros que en los años 50 empezaban las grandes construcciones modernas y hacían casas con enormes ventanales y le lla­maban las dueñas desespe­radas diciéndole: “Chilí, la casa está concluida. Por favor venga, tenemos que vestirle a las ventanas, parece una casa sin terminar”.

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VIOLETA, BEA Y PATRICIA

Para hacer un viaje a “la arquitectura de la poesía” le convoco a dos investiga­doras, Violeta Pérez, Patricia Ygarza, y a Bea Bosio, escri­tora, poetisa y abogada. La tarde comienza y en medio de un café yo digo: “No quiero hablar de una poesía convencional de la casa, ni de los muros, quiero hablar de aquello que se está cons­truyendo eternamente como dice la factura de la casa de la mamá de Solano, ‘la poe­sía de la casa no terminada’”. Empieza Violeta diciendo una frase memorable: “La diferencia de una construc­ción con una arquitectura es la emoción, te tiene que emo­cionar para que sea arqui­tectura”.

“Casa Abu”. Solano Benítez. Asunción, 2005. (La casa sin terminar).

CASERÓN DE VIEJOS TIEMPOS

Pero un poema de antaño de Alejandro Guanes leído por Bea Bosio me lleva a recordar lo otro, lo tradicional, aque­llos rincones de la casa de las abuelas, en mi caso una vieja parralera, un antiguo piso de ladrillos casi enmohecidos, una gran planta de aguacate y una improvisada escalera de madera que servía para el intercambio de comidas entre las dos vecinas desde tiempos inmemoriales, ahí a pasos del viejo centro de Asunción.

Así Bea con su dulce voz lee fragmentos de esta poesía que me lleva a un tiempo sin tiempo:

“Caserón de añejos tiem­pos, el de sólidos sillares, / con enormes hamaqueros en paredes y pilares, / el de arcaicas alacenas esculpidas, qué de amores, / qué de amo­res vio este hogar! / el que sabe de dolores y venturas de otros días, / estructura singular. / viejo techo enne­grecido, ¡qué de amores y ale­grías/ y tristezas vio pasar!”.

Edith Jiménez. “Casa”. Asunción, 1960.

El acto, una reverencia a esas viejas casas asunce­nas de fines del siglo ante­pasado y principios del XX, recuerdos de zaguanes, koty guasu, culatas jovái, de anti­guas cocinas a fogón del cen­tro de Asunción. Acota Vio­leta: “Con olores a jazmines y azahares, los olores también arquitecturas”.

Más adelante vendrían algunas referencias del art decó internacional aclima­tadas a nuestro trópico, los chalets y la aparición de los primeros arquitectos paraguayos como Alfaro, Romero Pereira y Mateo Talia, a los que los seguirán los recibidos en Montevi­deo en los años 40, Canese, Homero Duarte, Natalio Bareiro o José L. Escobar, que trajeron la arquitectura moderna aclimatando poé­ticamente a nuestra reali­dad con grandes ventana­les, pero con grandes viseras que dejaban a medio entrar el potente sol de nuestros tórridos veranos.

“La siesta”. Casa calle Independencia Nacional. Interpretación de Félix Toranzos. Asunción, c.1990.

CULATA JOVÁI

Por el camino Patricia habla de las legendarias casas culata jovái y Bea pregunta más sobre el tema. “Es un aporte de las regiones ances­trales guaraníes que tenían su óga guasu, que posible­mente al mezclarse con las galerías ibéricas dieron el acento propio a esta organi­zación arquitectónica que se observa al sur de Amé­rica, muy especialmente en el Paraguay y en el norte argentino”, responde Ygarza Cuquejo.

La tarde pasó volando y Bea Bosio termina con una bri­llante frase de Saramago: “Hay un dicho que es tan común como falso, el pasado, pasado está, creemos, pero el pasado no pasa nunca. Si hay algo que no pasa, es el pasado, el pasado está siem­pre, somos memoria de noso­tros mismos y de los demás, somos la memoria que tene­mos”. Yo termino diciendo: “Somos también la arqui­tectura y la poesía que tene­mos”.

“Casas”. Lívio Abramo. Asunción, Paraguay. Dic. 1980.
“Casa Pettengill”. Jenaro Pindú. Interpretación: Toni Roberto. Asunción, 2018.

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