Por Toni Roberto, tonirobertogodoy@gmail.com

Hoy Toni Roberto hace un vuelo imaginario por los recuerdos de Tony Sapienza, gran historiador paraguayo especializado en aeronáutica.

¿Qué es volar, es un viaje en una línea aérea, o es mirar los cielos de la ciudad y tratar de encontrar en el infinito algún avioncito de juguete perdido en la infancia? ¿Es restaurar nuestra memoria de alguna visita a la terraza de un viejo aeropuerto?

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

En cualquier vuelo por los recuerdos aéreos paraguayos reales o imaginarios es imposible no nombrar a Antonio “Tony” Sapienza Fracchia nuestro gran historiador especializado en temas aeronáuticos, quien cuenta sus primeros recuerdos con los aviones, ya antes de cumplir dos años en la antigua casona de la calle Coronel Bogado (hoy Mcal. López) entre Tacuarí y Estados Unidos, cuando su abuela materna le dijo que se suba a la terraza por la escalera caracol a mirar el acuatizaje de un hidroavión de Aerolíneas Argentinas en la bahía de Asunción, y nos cuenta: “En abril de 1962 Aerolíneas Argentinas operó por última vez con los hidroaviones “Short Sandringham”, en aquella época yo estaba jugando en el patio interior de la casa y mi abuela que estaba en la terraza con mi mamá me avisó: ¡Antoñito, Antoñito, subí a la terraza que está llegando el hidroavión de Aerolíneas Argentinas!, yo no lo hice porque le tenía pánico a la escalera caracol, ese es mi recuerdo aeronáutico más lejano, cuando estaba recién a punto de cumplir dos años, en mayo de 1962″, nos cuenta con todos los detalles como si fuera hoy.

Pasajera del Convair con niño. Asunción, c.1965.

RECORDAR LA INFANCIA

Charlar con Tony es también recordar la infancia haciendo volar aquellos avioncitos de “isopor”, en mi caso un viejo avión de juguete de Braniff que un buen día desapareció y me dijeron que se fue a la luna o ir los domingos de mañana a la terraza del aeropuerto a ver la llegada del enorme DC 8 de alguna compañía europea en la década de los 70.

Hoy todos los recuerdos convergen en la restauración de un Convair 240 -denominado Gral. Caballero- de nuestra legendaria Líneas Aéreas Paraguayas que había volado por primera vez bajo nuestra bandera en 1963, con la compra de tres de estos aviones que fueran adquiridos en 1962 de Aerolíneas Argentinas, que había utilizado desde su inauguración en 1950. Al comienzo fueron puestos en la ruta entre Córdoba, Mendoza y Santiago de Chile y al final de los años 50 en el famoso puente Aéreo de Buenos Aires – Montevideo, todos estos aviones fueron ordenados originalmente para FAMA Flota Aérea Mercante Argentina.

Los Convair 240 llevaban una tripulación de 6 personas, incluyendo el piloto comandante, el copiloto o primer oficial, el ingeniero de vuelo o segundo oficial, el radio operador, una azafata y un comisario, y tenían una capacidad para 40 pasajeros. El modelo 240 fue el primero de la familia y tenía esa denominación sencillamente por tener dos motores y la capacidad de transportar 40 pasajeros, este avión fue diseñado para sustituir a los viejos DC-3, que revolucionaron el transporte de pasajeros entre los años 30 y 40 y que fueran utilizados por TAM Transporte Aéreo Militar hasta bien entrados los años 90 cubriendo muchas rutas de los cielos paraguayos.

PUBLICIDAD DE ANTAÑO

Recorriendo “La Historia de Líneas Aéreas Paraguayas” un voluminoso libro de 542 páginas escrito por Tony Sapienza, podemos encontrar también retazos de la historia de la publicidad paraguaya:

“En la edición de noviembre de 1962, la revista Alas Paraguayas, publicación oficial de la Aviación Militar Paraguaya, dio un amplio destaque a la adquisición de los Convair 240 para Líneas Aéreas Paraguayas, comentando sus características, y a la vez publicando quizás el primer aviso publicitario de LAP, que tenía una foto retocada de uno de los Convair ya con los colores de LAP, y un mapa de Sudamérica con los posibles destinos que LAP nunca operaría, como Brasilia, Bogotá y Quito (a esta última ciudad operó, pero ya como empresa privatizada en 1995), y algunas otras ciudades que recién operaría en la época de los Electra C, como Santiago y Lima”.

Observando esta publicidad que hoy publicamos, donde se ponen destinos nunca operados, tal vez haya sido un recurso gráfico estético del publicista de la época demostrando los alcances que podría llegar a tener aquella nueva línea aérea en toda la región y además me remonta a una publicidad de LAP, una genial pieza publicitaria televisiva de principios los 80 creada por Publicitaria Nasta, donde actuaban unos niños, invitando a un viaje “rumbo a la capital de la imaginación”.

Relata Sapienza: “El Convair con el tiempo fue perdiendo partes, en algunos casos para usarse como repuestos o simplemente una rapiñada para quedarse con algunos objetos, empezaron con los instrumentos y después le sacaron los asientos. Cuando yo me subí a la aeronave allá por los años 90 ya no contaba más instrumentos, ni asientos, pero no tenía una destrucción por dentro, evidentemente entre los años 90 y hasta antes de este rescate, hubo personas que entraron y destruyeron, tratando de llevar más partes de metal y empezaron a romper cosas”.

Sigue diciendo: “El proceso de restauración que contará con aportes privados, no estatales, va empezar según nos dijeron -a los miembros de la Comisión de restauración del Convair- los dos ex técnicos de LAP que son los sub oficiales retirados Isidro Verón y Luis Segovia, restaurando primero el piso de la cabina de pasajeros que es de madera, eso se sacó y se pondrá uno nuevo de madera reforzada, en estos momentos se está retirando la suciedad porque estuvo a la intemperie desde la última restauración hace 20 años, se va pulir el metal expuesto y la parte pintada se está lavando”.

Vuelo inaugural a Buenos Aires. Bs.As.,1963.

PROYECTO A PUNTO

“Próximamente se llamará a una conferencia de prensa para contar lo que hace falta para cambiar el tapizado interior, poner una alfombra, mandar hacer los asientos. si no se consiguen los originales, un nuevo panel de instrumentos, ver instrumentos viejos con la fuerza aérea o con gente que posee, yo tengo algunos que voy a donar, además hay que cambiar los neumáticos que como están resecos ya no se pueden inflar, inclusive viendo la posibilidad de cambiar la escalera si conseguimos una similar en Bolivia, que tiene varios Convair fuera de servicio, tanto civiles como de la Fuerza Aérea, porque a la que tiene este avión le falta el pasamanos y tiene una estructura rota, en síntesis es un largo proceso que va llevar mínimo un año y medio”, termina diciendo Tony Sapienza.

Hoy a casi 50 años de su último viaje y de estar abandonado, el Convair “ya tiene techo” en un hangar. Cada faltante de piezas de este avión es un pedazo de historia de la aviación comercial paraguaya perdida, que se debe recuperar para restaurar nuestra propia memoria, así como aquellos sueños de niños cuando intentábamos hacer volar un avioncito de juguete. Decía esa vieja publicidad: “LAP anuncia su vuelo rumbo a la capital de la imaginación”, que dejará de ser un sueño para convertirse en realidad con la restauración de este “nuestro viejo Convair 240”.

Vuelo inaugural de LAP, en la foto el comandante Tte. Cnel. José María Argaña, el Dr. Raúl Peña (segundo a la derecha) con invitados especiales. Curitiba,1963.
Primer aviso de LAP. Asunción, 1962. Colección Cnel. DEM Carlos Jara.

Déjanos tus comentarios en Voiz