Ya sea que padezcas alergia durante todo el año o por temporadas, hay formas de reducir este tipo de molestias con una correcta limpieza regular para eliminar los alérgenos. Para ello hay que tilizar las herramientas y los productos adecuados para atrapar a estas sustancias que desencadenan las reacciones alérgicas.

La limpieza semanal del hogar es una parte importante de un plan de control de alergias, incluso el acto de limpiar, especialmente si no se ha hecho durante bastante tiempo, puede provocar síntomas de alergia a medida que se agita el polvo y otros alérgenos. Por eso, si se estuvo descuidando la limpieza durante varias semanas, el uso de una máscara protectora es un buen hábito.

Los expertos aconsejan controlar la temperatura y humedad del interior, cambiar o limpiar los filtros mensualmente, agregar un purificador de aire de habitación para capturar aún más alérgenos y retirar el desorden y los colectores de polvo de los espacios habitables. Además, recomiendan cuidar cada espacio del hogar para evitar las incómodas reacciones alérgicas.

Teniendo en cuenta que pasamos tantas horas en nuestras habitaciones rodeados de muchas superficies suaves que atrapan el polvo, es esencial limpiar todo semanalmente. Las sábanas, fundas de almohadas y frazadas deben lavarse al menos una vez a la semana con agua caliente.

Hay que limpiar el dormitorio comenzando por arriba y trabajando hacia abajo. Sacar el polvo de los ventiladores de techo y de las lámparas, desempolvar las persianas y/o lava las cortinas, sacar el polvo de cualquier mueble y, con las herramientas manuales, aspirar los muebles tapizados. Finalmente, aspirar el piso incluyendo los espacios debajo de la cama y los muebles.

Los alérgenos más peligrosos en los baños son el moho y los hongos. Puedes detener y eliminar el crecimiento del moho con cloro, peróxido de hidrógeno o un limpiador comercial de moho. Siempre hay que leer atentamente las instrucciones y nunca mezclar diferentes productos químicos.

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Para eliminar la acumulación de moho, hay que mezclar una solución de tres partes de agua con una parte de lejía. Usando guantes de goma y ventilando bien el área, usar un cepillo rígido para fregar las áreas afectadas. Para las esquinas estrechas, saturar las toallas de papel con la solución de lejía/agua y aplicar las toallas al molde. Permitir que permanezcan en su lugar durante 10 a 15 minutos y luego frotar y enjuagar.

Al igual que en un dormitorio, se debe comenzar a limpiar en la parte superior de la habitación para que el polvo y los alérgenos bajen y sean capturados por un repasador húmedo o una aspiradora. Sacar el polvo de los ventiladores de techo y de las lámparas, luego quitar el polvo de las persianas y lavar o aspirar las cortinas con las herramientas manuales. No olvidar limpiar los marcos de las ventanas o cualquier superficie horizontal.

Si tenemos plantas, hay que cubrir la tierra con piedras decorativas para ayudar a contener el moho natural que puede crecer en la tierra húmeda. Las plantas artificiales deben desempolvarse semanalmente y dárseles una ducha periódicamente para eliminar el polvo.

Es un lugar privilegiado para el crecimiento de moho y excrementos de insectos. Para evitar el crecimiento de moho y hongos, hay que usar un extractor ventilado para reducir la humedad. Revisar periódicamente el fregadero, el refrigerador y el congelador en busca de fugas y si encontramos alguna, hay que repararlas de inmediato.

Semanalmente, limpiar la heladera y desechar los alimentos mohosos o vencidos. Se deben limpiar los sellos de las puertas, las bandejas de goteo y seca los derrames y el exceso de humedad. Todos los alimentos deben almacenarse en recipientes tapados y la basura debe vaciarse con frecuencia para evitar los excrementors de roedores y cucarachas.

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