• Pablo Alfredo Herken Krauer
  • Analista de la economía
  • Email: pabloherken@yahoo.com

Un muy importante medio de prensa local, considerado el más independiente, por ellos mismos, ponía en una de sus tapas días atrás lo negativo de la desorientación del presidente de la República, y señalaba en lo económico “Objetivos de mejor recaudación, más inversiones y otros temas centrales están empantanados”.

Menos mal que por arte de magia y no por buena administración se confirmaron los resultados de recaudación tributaria de abril 2024 – positivos, favorables, importantes – sin por ello pintar de maravillas la economía del país ni solucionar de una vez el problema del financiamiento del gasto del gobierno sin comprometer todos los recursos en el combustible de la marcha del vehículo estatal. No me olvido de esta realidad, pero no pinto de negro nuestro arcoíris. Leé la verdad.

El mes de abril 2024 fue histórico con récord en la recaudación global de impuestos, “pero el gobierno no hace nada” y es un “tema empantanado por la desorientación y crisis presidencial”. Veamos, y aunque nos critiquen por manejar números ¿qué más se puede hacer en el análisis económico? He aquí un breve resumen de los avances registrados: 1) La recaudación total mensual de impuestos en abril fue de 541 millones de dólares. Récord. En ningún mes hacia atrás en nuestra serie estadística se recaudó monto igual o superior: 2) Con lo aportado en abril y cerrarse el primer cuatrimestre 2024 la recaudación de impuestos totalizó 1.638 millones de dólares, también monto récord en nuestro historial; 3) Parados en abril 2024 y sumándole los 11 meses anteriores tenemos lo que en economía llamamos el resultado en 12 meses móviles, que nos dio un monto de recaudación de impuestos del 4.662 millones de dólares, también récord en nuestro pasado; y 4) La flamante Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT) creada en agosto 2023, con la que el actual gobierno busca mejorar la recaudación de impuestos, se puso como meta incrementar los ingresos en 400 millones de dólares a los montos anuales anteriores, un adicional considerado necesario, pero de manera progresiva a cumplirse en el 2026 siendo realistas.

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Pasaron ocho meses y 15 días (segunda quincena de agosto) y el aumento logrado ¿mejoramiento? fue de 460 millones de dólares. Se apunta ahora a la meta de un aumento global de 600 millones de dólares. Si no lo conociera muy bien al amigo Óscar Orué, en la conducción de la DNIT, con una envidiable capacidad y experiencia profesional, y una entrega con decencia, esmero, voluntad y sacrificio a sus compromisos de funcionario público, sirviendo a full, entonces me sumaría a la verdad de los otros: esto es un accidente, hay que revisar todo el sistema de impuestos del Paraguay, para que paguen más los que tienen más, es dinero que se mal utiliza, seguimos igual.

No pocas veces la realidad convertida en “verdad” por los que dicen “poseer e informar la verdad” ya es una realidad contaminada por los que no la aceptan tal cual es sino cómo quieren que sea para contagiar con pesimismo y espíritu destructivo la opinión pública por mala práctica del periodismo independiente – en su peor etapa desde febrero de 1989 – atada a los proyectos políticos y económicos de los grupos de poder que financian la prensa, con más poder que todos los partidos políticos, con excepción del que hoy se impone por el peso de su victoria en las elecciones de un año atrás. ¿A qué temen más nuestros políticos de la peor oposición, incluso comparada con la que en cierto tiempo se tuvo en la dictadura? A la prensa, no a sus electores o correligionarios. ¿Y a quiénes recurren a la hora de buscar y conseguir votos? A la prensa.

Siempre digo a mis alumnos y en conferencias “Para tener el país mejor que queremos, hay que querer el país que tenemos, aunque nos duela, y nos duela”. Es la única forma real de cambiar y construir sobre bases de continuidad y estabilidad. Pero los paraguayos parten del país al que no quieren, no les gusta para nada, lo consideran lo peor de lo peor, y están más cerca de destruirlo tirando la casa por la ventana. La prensa actual, libre pero no independiente, alimenta el espíritu negativo vendiendo una visión negativa del país. Incluso a sabiendas de la barbaridad que realizan, hay un medio que habilita una sección especial con el titular de “Noticias Positivas”. Las encajonan. “Somos militantes, no periodistas”, confesión amarga de un amigo. “Y los directores son comandantes de sus fuerzas para el combate contra los enemigos”. La guerra reemplazo a la competencia. Lo primero que se sacrifica en una guerra es la verdad.

Sin querer a tu país no lo construyes, lo hundes aún más. Eso que a todos nos duele de nuestro país, con destrucción se transforma en mayor dolor. El paraguayo es mucho más destructivo que constructivo. Le gusta derribar murallas, no levantarlas. Cuando los paraguayos critican lo hacen de manera destructiva. Característica real. La crítica no es constructiva, señalando lo que no está bien o falta, pero no acercando alternativas realistas de solución. No será la prensa la que tenga que solucionar, pero sí ayuda en crear un escenario de tolerancia para en él encontrar salidas a muchos problemas. El paraguayo ha vivido siempre en un ambiente de pesimismo y desconfianza e intolerancia.

La prensa ha sido una de las usinas de tales sentimientos. Por ello, la otra gran característica de los paraguayos es no “saber valorar los logros de su país”, no los valorizan. Al contrario, los desmerece o no los considera. Se alegra más por los fracasos y las pérdidas, y es temerosamente tibio su voz de aceptación cuando recibe una buena noticia. Ser el cuarto poder (la prensa) para controlar al poder oficial y privado no significa hacer un culto de la palabra “atacar, atacar, atacar”. Indiscriminadamente, cual ametralladora manejada por un demente, cubriendo un campo donde justos pagan por pecadores, y muchas veces sin reales buenas investigaciones antes de ir a la caza de la presa, como corresponde. Pero el rumor reemplazó la investigación. Prefiero un millón de veces una mala prensa que no tenerla. Y para los que sufrimos la dictadura el tener libertad es lo máximo, ser libre, prensa libre. Pero los paraguayos la palabra que menos escriben y leen es “Libertad”. Prefieren la palabra “Igualdad”. Alguien me enseñó en mis principios que la prensa puede ser buena como mala. Hay que pelear por la buena, pero “recordando que el papel aguanta cualquier cosa”.

Reitero, con más explicación, lo ya informado. Cuando el gobierno actual decidió la fusión de la Subsecretaría de Tributación (dentro de la estructura del ex Ministerio de Hacienda) encargada de la recaudación de los impuestos internos, con la Dirección Nacional de Aduanas (DNA) que administra la recaudación de impuestos sobre las importaciones de mercaderías que compramos del resto del mundo (impuestos externos), en ley promulgada en agosto, creándose así la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT), se estableció como meta lograr un aumento de unos 400 millones de dólares adicionales en la recaudación anual de impuestos en un tiempo estimado para principios del 2026. El titular de la DNIT Óscar Orué manifestaba a principios de octubre del año pasado: “La creación de la DNIT apunta al fortalecimiento de las capacidades en el ámbito tributario y aduanero. Se proyecta un aumento significativo en la recaudación de aproximadamente US$ 400 millones adicionales al cierre del ejercicio fiscal 2026 con relación a la sumatoria del monto total alcanzado entre la SET y la DNA en el año 2022, es decir, ese monto sería la suma total del incremento de los ejercicios fiscales 2023, 2024, 2025 y 2026″, explicó el director nacional.

No obstante, consideró necesario aclarar si bien se espera llegar al ejercicio 2026 con un aumento cercano a los 400 millones de US$ en la recaudación, esto será un incremento gradual que se logrará con la confianza de los contribuyentes y de las personas vinculadas a la actividad aduanera, sumado a las gestiones implementadas por la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios”. Ahora al cerrarse el período del 15 de agosto del 2023 al 30 de abril del 2024 (ocho meses y 15 días), como ya señalé, ya se logró una suba de 460 millones de dólares con respecto al mismo período del gobierno del protegido por la oposición política y periodística progresistas, el presidente Mario Abdo Benítez, heredero del stronismo.

Ahora la meta de incremento anual pasa a 600 millones de dólares. Pese a darse un mejoramiento progresivo en la recaudación mensual desde un principio, la prensa no oficialista (poseedora de “su” verdad”) no le ha venido dando importancia en su cobertura diaria. Tema irrelevante. Porque la verdad no es sinónimo de realidad en el manejo periodístico nuestro. Solamente “mi verdad” es la verdad, sin importarme si respeto la realidad, me sea favorable o no a mis intereses corporativos empresariales como militante de la prensa. Dios nos guarde si las recaudaciones hubieran caído. La verdad, si es verdad, es verdad. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo. DDPHQDPH1885.

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