• Por el Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro
• MBA
• jzaratelazaro@gmail.com

Uno de los objetivos de esta administración gubernamental deberá concentrarse en el capital humano en edad económicamente activa, sin importar ideologías ni afinidad política, articulando medidas que permitan atender las necesidades perentorias de los estratos de población de mayor vulnerabilidad económica, concentrado en una franja de pobreza que asciende a aproximadamente el 25 por ciento de nuestra población (equivalente a 1.500.000 personas), precisando de oportunidades que les permitan superar la situación actual en que viven, con posibilidades potenciales de crecimiento a través de un trabajo digno, que les permitan poder mantener a su familia sin necesidad de estar pendientes de subsidios estatales, que no constituyen una solución de fondo.

Un desafío no menor, teniendo en cuenta la herencia que ha dejado el gobierno anterior con un país sobreendeudado (superior a USD 16 mil millones), en donde la salud pública, calidad educativa y seguridad resultaron superfluos, llevaría aún un tiempo para empezar a vislumbrar mejorías.

No será tarea fácil, pues dentro del PGN 2024 una vez más los gastos rígidos llevan la delantera, dado que más de G. 80 de cada G.100 recaudados siguen yendo para el pago de sueldos y otros beneficios, quedando un margen limitadísimo para la cobertura de gastos de educación, salud, investigación y desarrollo, sectores donde lamentablemente seguimos mal.

Este gobierno heredó un Estado paquidérmico y obsoleto, con aproximadamente 406.000 funcionarios públicos (contratados y permanentes), urgiendo realizar una reingeniería del capital humano en casi todos los entes, ya que resulta inadmisible que en plena era de la tecnología sigamos destinando montos siderales al pago de sueldos y otros gastos rígidos evitables, debiendo en lo posible el Poder Ejecutivo abocarse a una mayor racionalización de ministerios y secretarías ejecutivas que permitan un mejor servicio a la ciudadanía, puesto que los tenemos en exceso.

Lo observado dentro del Poder Legislativo es un claro ejemplo, con elevados salarios para personas que apenas tienen concluida la educación media urgiendo una rápida depuración y racionalización, dado que si no nos enfocamos en la austeridad, muy difícilmente nuestro PGN podría volver a sacar “la cabeza a la superficie” y ya es hora de que terminemos con el carnaval del despilfarro.

El Viceministerio de Capital Humano es responsable de revisar y hacer que se racionalicen los elevados montos salariales en muchas posiciones, estipulando reglas claras a través de escalafones definidos, pues a pesar de que somos un país de economía emergente, nos encanta vivir como uno de primer mundo, tornando nuestro déficit fiscal cada vez más lejano de lo estipulado por la ley.

El Gobierno ha enmarcado sus planes estratégicos en coordinar las acciones que permitan que la mayor cantidad de personas puedan mejorar su estándar de vida actual, pero en tanto no se adopten las medidas, empezando por la mala calidad del gasto, que mejoren nuestros indicadores macroeconómicos, el despegue de nuestra microeconomía se tornará mucho más difícil.

“Todos queremos estar mejor”, pero se hace necesario que nos concentremos en los más necesitados, apoyando a los segmentos carenciados, como los adultos mayores, quienes justifican que puedan seguir accediendo a los subsidios estatales, ya que ya están en el “invierno” de sus vidas.

Los productores rurales precisan de parte del MAG una mayor asistencia técnica, que les permita darle productividad a sus fincas de cultivo, diversificar sus rubros de producción orientado a la obtención de mejores niveles de ingresos, que hasta hoy día se los siguen llevando en su mayor porcentaje los intermediarios sin mucho esfuerzo.

A nivel país tenemos no menos de 230.000 mipymes que siguen trabajando en la informalidad y que precisan que se las apoye para que puedan trabajar legalmente y así poder acceder a facilidades crediticias dentro del sistema financiero, y coadyuvar a generar más fuentes de trabajo, que es lo que urge para que mucha gente pueda volver a ver “la luz al final del túnel”.