• Por María Sol Vaesken Tórtora
  • Oficial de Atención Personalizada de Banca Preference

La psicología y las finanzas personales por naturaleza se necesitan la una a la otra. Las neurofinanzas son áreas de investigación que buscan incansablemente comprender la actividad que produce el cerebro durante la toma de decisiones de los grandes inversores. Antes de tomar cualquier decisión financiera es importante que comprendamos nuestra relación con el dinero, debemos entender que todos a lo largo de nuestra niñez y adolescencia tuvimos experiencias positivas o negativas con el dinero, si crecimos en la abundancia o en la escasez, tendremos diferentes perspectivas en cuanto a él. De las experiencias también se desencadenan las ideas limitantes y los miedos, que en la adultez desarrollan inseguridades y ansiedades sin rostro.

Muchas personas consideran que las finanzas se basan únicamente en números y cálculos; sin embargo, las finanzas están tan ligadas a nuestro estado anímico que muchas veces no las reconocemos, pasan desapercibidas ya que se encuentran escondidas en la idea de que el lado racional de nuestro cerebro toma las decisiones, pero muchas veces podemos dejarnos llevar por sentimientos como la ansiedad, la sobreexcitación, optimismo excesivo, estrés, diferencias de género e inclusive por la baja autoestima que desencadena un sentimiento de inferioridad y rechazo.

Nuestro cerebro puede funcionar de múltiples maneras a la hora de tomar una decisión financiera; sin embargo, podemos enfocarnos en dos tipos básicos:

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

• Decisiones financieras desde la racionalidad: decisiones tomadas sobre una base de análisis previo.

• Decisiones financieras desde la irracionalidad: decisiones tomadas teniendo en cuenta un presentimiento o sentimiento.

También es importante identificar cuáles son tus mayores miedos a la hora de invertir, para de esa manera reconocer cuál es la emoción que te refleja en cuanto a tus inversiones. Las principales son:

• Quedarse sin fondos: miedo vinculado a la ansiedad.

• Realizar una compra innecesaria: acción vinculada a la sobreexcitación, baja autoestima, inferioridad o rechazo.

• Invertir en un instrumento incorrecto: acción vinculada al optimismo excesivo, diferencia de género y estrés.

Pero como cualquier habilidad que desarrollamos a lo largo de nuestras vidas, podemos aprender a dominar estos miedos, la gran pregunta es: ¿cómo lo hacemos?

El primer paso para aprender a conocer nuestra mente es preguntarnos: ¿cómo te hace sentir esta situación? Y en base a la respuesta podemos desencadenar varias como: ¿Es un sentimiento positivo o negativo? ¿La decisión que voy a tomar se basa en un anhelo real o ficticio? ¿Esta inversión me va a causar un sentimiento de satisfacción o insatisfacción?

Una vez que encontremos las respuestas a estas preguntas podremos empezar a entrenar nuestra mente desde un punto de vista centrado en el aquí y ahora, dejando de lado los sentimientos incómodos como la excitación momentánea, la ira o la inferioridad, que son sentimientos muy presentes en las personas a la hora de cualquier decisión financiera.

Fundamentar nuestras decisiones de inversión solo en la racionalidad no es suficiente para alcanzar nuestras metas, primero debemos conocer nuestra mente, si no logramos entender el impacto que las emociones tienen en ellas, vamos a caer en malas decisiones por el camino, que solo nos llevarán a un fracaso al corto, mediano o largo plazo, al igual que a una insatisfacción personal. Lograr entender nuestra mente no es tarea fácil, se requiere de mucha práctica, autoconocimiento y, sobre todo, paciencia, nadie nace sabiendo y nadie muere sabiéndolo todo; sin embargo, es fundamental para el desarrollo de nuestra autoestima financiera el desarrollo de los diferentes componentes que la hacen, debemos dominar nuestra mente y no dejar que ella nos domine a nosotros para de esa manera tomar las mejores decisiones posibles no solo en el ámbito de las finanzas personales sino también en el ámbito personal ya que si no nos encontramos satisfechos en nuestras vidas cotidianas, no lo haremos en nuestra salud financiera.

Déjanos tus comentarios en Voiz