• Por Felipe Goroso S.
  • Columnista político

“Órgano rector encargado de velar por el cumplimiento de los derechos de los pueblos indígenas, preservando su identidad sociocultural en defensa de su patrimonio y tradiciones, promoviendo políticas para el diseño e implementación efectiva de manera articulada y participativa en los planes, programas y proyectos para su buen vivir”. Esta es la misión del Instituto Paraguayo del Indígena (Indi). Vayamos ahora a la visión: “Una institución líder con excelencia en la articulación e implementación de políticas públicas para el arraigo de los pueblos indígenas en su territorio, en el marco del respeto a su autodeterminación y participación”.

En la siesta del sábado, don Pedro Torras, un hombre de 64 años, y su familia sufrieron el atropello de su propiedad privada, incendio intencional de sus bienes y lesiones corporales. La propiedad está ubicada en la localidad de Chacore’i , de la colonia Tape Yke, distrito de Itakyry, departamento de Alto Paraná. Según consta en la denuncia realizada en la subcomisaria de la zona, fueron aproximadamente 50 indígenas encapuchados de la comunidad Ka’a Poty, quienes se encuentran asentados a 800 metros de la propiedad, liderados por Rafael Esquivel, alias Mbururu, conocido por liderar invasiones de propiedad y violentos incidentes en esa zona del país. La violenta turba portaba machetes, foizas, cuchillos y palos de madera.

Ingresaron a la propiedad, quemaron el tractor de don Pedro, buscaron a los propietarios y cuando los encontraron, los torturaron con machetazos en la espalda, y a su esposa la violentaron y la amenazaron con abusar de ella sexualmente; “te voy a hacer violar por mi cacique”, le dijeron textualmente. A los hijos también los agredieron físicamente. Destruyeron los cultivos, el galpón y los obligaron a abandonar ese sector. Destrozaron toda la vivienda. No dejaron nada. Pobladores de la zona afirman que los cabecillas invasores están hace años en un esquema de estafas con propiedades que les son otorgadas en su calidad de indígenas. Son beneficiados y las vuelven a vender o alquilar a terceros. Es oportuno mencionar que la venta de terrenos comunales está prohibida.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

En la denuncia se hace constar que el senador del Frente Guasu Miguel Fulgencio “Kencho” Rodríguez y el obispo Juan Bautista Gavilán serían quienes dan soporte político a los invasores. Sobre este último, años atrás que pesan dudas al respecto sobre su millonario caudal económico. Según las publicaciones, el miembro de la Conferencia Episcopal Paraguaya se adueñó de unas 10 hectáreas de tierras en la colonia Guahory, donde cultivó trigo, luego de que un grupo de campesinos las haya invadido. De esas casualidades que se te aparecen en la vida. Además, sería propietario de 32 hectáreas en el distrito de Eusebio Ayala, donde tiene varias cabezas de ganado y enormes galpones para cría de aves. En su momento, la propiedad estaba valuada en cerca de 1.200 millones de guaraníes por el BNF y el patrimonio era de más de 3.000 millones, si se tienen en cuenta todas las inversiones. Cada vez que puede, Gavilán, el obispo millonario, hace lobby en el Congreso en contra de leyes que buscan endurecer sanciones para los invasores. A la par, presiona a intendentes para que tomen posiciones que le favorecen directamente a él y sus intereses. Pero claro, lo hace en nombre de pobres campesinos e indígenas a quienes también manipula.

Luego de los sucesos en Itakyry, al presidente del Indi no le queda más que irse a su casa y lo mismo debería pasar con Gavilán por iniciativa de la alta jerarquía católica. De Rodríguez, uno esperaría que se encargue el electorado, dándole un mensaje claro en las próximas elecciones.

La política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a, nos está dando la razón cuando decíamos que la defensa de la propiedad privada será uno de los principales temas de agenda del próximo gobierno. Que no sea que estemos exportando modelos como el de los mapuches en la Argentina y Chile.

Un último detalle, don Pedro Torras es propietario con título en mano desde 1999. Son solo tres lotes de apenas 6 hectáreas cada uno.

Dejanos tu comentario