La enigmática Isla de Pascua es una gran joya por descubrir. Rodeadas de más kilómetros de océano que cualquier otro lugar de la tierra, se encuentran las famosas esculturas conocidas como moái. Este destino es un lugar lleno de mitos, leyendas y conjeturas.

Por: Nora Vega

La Isla de Pascua es una de las islas más aisladas del planeta. Perteneciente a la región chilena de Valparaíso, se encuentra enclavada en el Pacífico, a 3700 kilómetros del continente, e invita a todo aquel que la visita a un recorrido entre tesoros arqueológicos, ritos y los ecos del pasado de la civilización, cuyos inicios se desconoce hasta hoy día.

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Se encuentra en medio del mar, a mitad de camino entre Chile y Tahití, en la Polinesia Francesa. La isla es un afloramiento de roca negra nacido de tres volcanes apagados: el Rano Kau, el Poike y el Terevaka. Cuenta con 160 kilómetros cuadrados, un poco más de 5000 habitantes y una cantidad considerable de moáis: las típicas estatuas de piedra y una marca registrada de la isla.

En esta región, los animales recorren libremente toda su superficie, un triángulo de 24 kilómetros por 12 kilómetros, casi sin árboles, a excepción de unas pocas manchas de eucaliptos plantados hace un siglo. Es un lugar que se destaca por lucir un encanto natural único.

El tiempo ideal para recorrerla es una semana o, al menos cinco días. De esta manera se aprovecha el costo del pasaje y se tiene tiempo suficiente para conocer los principales atractivos y realizar alguna de las múltiples actividades existentes. La isla invita a recorrerla sin prisas y descubrir sus encantos poco a poco.

LOS GIGANTES DE PIEDRAS

Estos gigantes de piedra, figuras conmemorativas cuya función era marcar o fijar los ancestros de cada linaje y demostrar poder, son testigos de varios siglos de historia en esta isla remota del océano Pacífico.

Ellos son los anfitriones y su elaboración es aún un gran misterio para muchos; por lo cual se ha convertido en la mejor herencia de la etnia Rapa Nui, los únicos que, hasta hoy día, saben cómo se construyeron los moáis de Isla de Pascua.

Estar entre los enormes moáis es una experiencia que se grabará en tu mente y en tu corazón. Según el Museo Sebastián Englert, existen unos 900 moáis. Algunos están de pie, caídos, a medio hacer, rotos o reconstruidos. El más grande, llamado "El Gigante", mide 21,60 metros de alto, pesa entre 160 y 182 toneladas y está acostado, sin terminar.

Por otra parte, en el ahu Te Pito Kura se encuentra "Paro", el moái más grande de pie, con 9,80 metros de alto y un peso estipulado en poco más de 74 toneladas. Y el más pequeño que se encuentra de pie es el que está en Poike. El mismo mide 1,13 metros.

UN DESTINO ALEJADO, PERO COMPLETO

En este destino, durante unas horas de buceo, se pueden descubrir las bellezas de las profundidades de un océano excepcionalmente claro. Los cortos paseos a pie son perfectos para disfrutar del mar y del paisaje. Pescar o hacer kayak también son otras opciones.

Si se está en buen estado, recorrer la isla en bicicleta es también una excelente alternativa y una gran oportunidad para los amantes de la aventura, ya que gracias a este medio se puede llegar a lugares vírgenes e inexplorados.

Una forma diferente de conocer la cultura local es participando de alguna de las experiencias ancestrales que muchas empresas ofrecen, que van desde la posibilidad de tener una sesión de fotografías con trajes típicos en los lugares más emblemáticos de la Isla de Pascua, hasta realizar bodas según los antiguos ritos.

Para aquellos que buscan sólo descansar, además de conocer la fascinante historia de la isla, los tranquilos recorridos en auto por los principales sitios arqueológicos, son ideales. Ésta es también la mejor forma de conocer la isla si en el viaje participan niños.

ANAKENA, LA PLAYA MÁS HERMOSA

Esta playa cuenta con un mar calmo, de color turquesa y cristalino, arenas blancas y palmeras importadas de Tahití en los años 60. Muy cerquita, del otro lado del cerro, hay otra playa más pequeña: Ovahe, muy atractiva, encerrada en un acantilado. El acceso requiere una breve caminata.

Anakena no es sólo una playa idílica. Este lugar es considerado la cuna de la historia y la cultura de Isla de Pascua. Fue aquí donde el primer rey de la isla, el Ariki Hotu Matu'a, desembarcó con sus hombres y estableció el primer centro poblado que dio origen a la cultura Rapa Nui, según cuenta la historia.

HANGA ROA, PRINCIPAL LOCALIDAD

Hoteles, restaurantes, bares y discotecas se encuentran en Hanga Roa, núcleo de vida de la Isla de Pascua. Este poblado es interesante si se recorre a pie, para así poder disfrutar de la incesante compañía de la brisa del mar. Aquí el tiempo para, es una zona en la que perderse entre sus callecitas y parar a comer en algún lugar o comprar artesanías en sus peculiares tiendas es lo mejor que te puede pasar.

Hanga Roa sigue siendo el único núcleo habitado y la única ciudad de Isla de Pascua, donde se concentra más del 90% de la población que hoy en día supera los cinco mil habitantes. De ellos, menos de la mitad son de origen Rapa Nui, y el resto está compuesto mayoritariamente por chilenos continentales y un reducido grupo de extranjeros de otras nacionalidades.

LA INTERESANTE CULTURA RAPA NUI

Una de las alternativas para no perderse nada y aprender todo lo posible sobre la fascinante cultura Rapa Nui, es hacer alguno de los tours o excursiones que ofrecen las diferentes agencias de turismo en Isla de Pascua.

Generalmente, las excursiones están a cargo de guías locales o personas con muchos años viviendo en la isla, que no sólo son capaces de narrar la historia de los lugares arqueológicos sino que tienen muchos relatos personales y familiares que contar al viajero, lo que enriquece aún más la visita.

En este destino la conexión a internet aún es muy limitada, no es una gran urbe invadida por las grandes avenidas con tráfico, todavía hay pocos automóviles y no existen tiendas de marcas internacionales, ni cadenas de hamburgueserías. Los locales compran una vez al año, cuando van al continente, ropas y algunos abastecimientos. "No vivimos solos, vivimos lejos", dicen los pobladores.

No hay otro lugar habitado en el mundo que esté tan aislado en el mar como la polinesia chilena. Así de única es la Isla de Pascua, o Rapa Nui, como la llaman los locales. Y es esa misma condición la que le otorga su autenticidad y un aura de fascinante misterio. Así que ¡a preparar las maletas para esta increíble aventura!

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