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Los restos de la última embarcación de esclavos que llegó a Estados Unidos son encontrados cerca de Africatown. Todo comenzó con una apuesta. Timothy Meaher, el adinerado propietario de una plantación, pensó que podría desafiar una prohibición federal a la importación de personas africanas como esclavos que ya llevaba décadas vigente. Tenía razón. El 9 de julio de 1860, el “Clotilde”, una goleta con dos mástiles cuyo trayecto fue financiado por Meaher, atracó en Mobile Bay. Fue la última embarcación que trajo africanos esclavizados a Estados Unidos. Menos de 5 años después de su llegada, la Unión venció a la Confederación —que se había separado de Estados Unidos para preservar la esclavitud en el sur— en la guerra civil estadounidense.

Transportó a casi 110 hombres, mujeres y niños que habían sobrevivido un trayecto estremecedor desde Ouidah, un conocido puerto de esclavos en lo que actualmente es Benín. Se unieron al aproximadamente 45% de la población de Alabama que eran esclavos en ese entonces. Para no ser detectados, el capitán quemó y hundió el “Clotilde” en la bahía. Sus restos habían permanecido cubiertos entre el lodo y los residuos marítimos hasta ahora.

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El 22 de mayo, la Comisión Histórica de Alabama anunció que la embarcación hundida que habían estado analizando buzos y arqueólogos durante los últimos meses era el “Clotilde”. No había nada en los restos que llevara el nombre del barco. Sin embargo, coincide con los detalles de construcción y de dimensiones recogidos en los documentos del seguro; el metal y la madera coinciden con los que se usaban en ese periodo histórico, y, además, parece que lo quemaron.

Lo que sucedió a continuación no está claro. Después de que terminó la guerra civil, muchos de los que vinieron a Estados Unidos en el “Clotilde” querían regresar a casa, pero no pudieron reunir suficiente dinero. Entonces, le compraron tierras a Meaher y establecieron una comunidad conocida como Africatown, que actualmente es un barrio orgulloso pero pobre en el norte de Mobile. Alrededor de 2.000 personas viven ahí, entre ellas muchos descendientes de los habitantes originarios. El último sobreviviente murió en 1937. El penúltimo, Cudjo Lewis, murió dos años antes, poco después de que Zora Neale Hurston le hiciera una serie de entrevistas que se convirtieron en “Barracoon”, una biografía mordaz.

Africatown es un vecindario avejentado totalmente carente de inversión privada. Muchos esperan que el descubrimiento proporcione el impulso económico que tanto se necesita. Los habitantes han sugerido sacar la embarcación del agua y construir un museo en torno a ella, aunque eso quizá resulte difícil, pues se encuentra sepultada en su mayor parte y las aguas circundantes son peligrosas y están llenas de caimanes.

Sin embargo, el descubrimiento ha conmovido a los residentes de Africatown, sin importar lo que suceda al final con la embarcación. Como dijo uno de ellos, Cleon Jones, a AL.com, un sitio web de noticias locales: “La saga comenzó con el viaje y la carga que llevaba el ‘Clotilde’. Ahora, la historia puede llegar a su fin”.

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