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Madrid —

El interior del país está tan desierto como Laponia o la zona montañosa Escocia.

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Vienen de pueblos medievales del color de la escabrosa tierra que los rodea, de la España de los pastores trashumantes, las sierras solitarias y los bosques de roble y olmo, cargando enojo en su interior.

El 31 de marzo, unas 50.000 personas marcharon por el centro de Madrid como parte de la llamada “rebelión de la España vacía”. Sus pancartas y mantas desplegaban fragmentos de poesía con nombres de lugares; sus exigencias eran prosaicas. Villamayor del Río quiere una farmacia, Orihuela del Tremedal necesita un servicio de internet más rápido, Aranda del Duero exige mejor infraestructura, “Almanza resiste”, mientras que “Fuentes de Béjar existe”, al igual que Arévalo de la Sierra y El Royo. “Nos sentimos un poco abandonados, necesitamos doctores”, señaló Paula Siles, quien trabaja en servicios sociales en Las Parras de Castellote (con una población de 57, menos que en el 2004, cuando eran 86), en las montañas del Maestrazgo de Teruel.

La urbanización en España tardó mucho, pero ocurrió de forma abrupta. Los españoles se han ido concentrando en Madrid y las costas, por lo que una enorme franja del altiplano central ahora registra una de las densidades de población más bajas de Europa, solo comparable a Laponia y las zonas montañosas de Escocia. Un sinnúmero de pueblos pequeños están desiertos, o sus únicos habitantes son unos cuantos ancianos. Muchas poblaciones rurales se están quedando vacías también.

Durante mucho tiempo, los habitantes de la provincia le garantizaron escaños al conservador Partido Popular (PP). Sin embargo, para las elecciones del 28 de abril la derecha se ha dividido en tres. En consecuencia, están en contienda muchos de los 99 escaños (del total de 350) de la “España vacía”. Así que los políticos han desarrollado un interés repentino en los problemas de las áreas rurales. El mes pasado, el gobierno socialista de Pedro Sánchez presentó setenta propuestas para detener la despoblación, desde establecer instalaciones militares hasta mejores conexiones a internet. Albert Rivera, del partido de centro derecha Ciudadanos (CS), propone recortes al impuesto sobre la renta y se le vio montado en un tractor. Pablo Casado del PP inspeccionó algunos tomates en Almería. El PP, al igual que Vox, un nuevo grupo de derecha extrema, promete proteger la torería y la cacería.

¿Alguna de estas acciones funcionará? En un libro de los más vendidos en el 2016, “La España Vacía”, que popularizó el término, Sergio del Molino subrayó que “nunca estuvo llena” y que el desequilibrio demográfico es un fenómeno muy antiguo. Quienes se van a las ciudades lo hacen en busca de oportunidades que la vida rural nunca les podrá ofrecer. Proporcionar servicios públicos a poblaciones muy dispersas es muy caro. No obstante, si no se toman algunas medidas, la atmósfera festiva de la manifestación organizada en Madrid podría transformarse en algo más parecido al movimiento agresivo de los chalecos amarillos en Francia.

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