Ricardo Moreno Castillo, profesor de Matemáticas español, autor del libro titulado "Panfleto Antipedagógico" ha estado cuestionando profundamente el método de enseñanza que pregona la Reforma Educativa en España. "¿Enseñamos, innovamos o entretenemos?", son versiones de un mismo discurso crítico que desnuda la realidad de la educación no sólo en su país, sino en diferentes países de América Latina.
Crítico de una enseñanza "pretendidamente lúdica" y defensor de un aprendizaje riguroso, exigente y disciplinado, este profesor ya retirado, respalda en una larga experiencia docente sus cuestionamientos a las modas pedagógicas actuales. En una última conferencia suya rebatió de nuevo la idea muy en boga de que el alumno construye su propio saber, que el conocimiento está "en Internet", que todo lo viejo es malo y lo nuevo genial o que se puede aprender sin esfuerzo, entre otras creencias en boga. Cuestiona la idea que está de moda y en boga en nuestros países: "Lo antiguo es lo obsoleto, lo arcaico".
Moreno Castillo recordó que cuando se planteó la necesidad de volver a los dictados, una catedrática de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Málaga dijo que eso era "volver hacia atrás".
El catedrático español sostiene que no todo lo nuevo es bueno y dice que hay cosas que ya no admiten mejora. Sostiene además que "todo intento de cambiarlas solo puede llevar a estropearlas" destacando que "no hay innovación que no sea en parte una recuperación del pasado". "Muchas cosas que se venden como novedosas distan mucho de serlo", indica.
"Los cambios en la educación habidos en España durante los últimos cincuenta años han provocado una catástrofe", manifiesta también.
Moreno resume su idea: "En mi opinión, la enseñanza ha de ser transmisiva, memorística y repetitiva, y esto es algo también definitivo e insuperable, y todo tipo de enseñanzas alternativas son engañosas". ¿Por qué la enseñanza ha de ser transmisiva? Porque, digan lo que digan pedagogos novedosos y delirantes, un estudiante no puede construir su propio conocimiento.
El cálculo infinitesimal, por ejemplo, nace en el siglo XVII, pero sus raíces más remotas están en las paradojas de Zenón. Digamos que Newton y Leibniz dan a luz una criatura cuya gestación duró más de dos mil años, durante los cuales muchas de las mejores cabezas de la humanidad reflexionaron sobre las ideas de límite y del infinito. ¿Cómo puede alguien sostener que un adolescente puede descubrir por sí mismo algo que a las mejores cabezas de la humanidad les costó siglos descubrir?
Transmitir conocimiento vs. ignorancia
El catedrático retirado Moreno Castillo funda su argumento: "Pensemos en el alfabeto o el sistema de numeración aludidos antes, que forman parte de la educación elemental. Son muy antiguos, pero jóvenes en relación a la edad de la humanidad, porque costó siglos de trabajo llegar a ellos, y nadie puede descubrir por sí mismo ninguna de las dos cosas.
O al niño se le transmiten conocimientos, o se le condena a la ignorancia. Vamos con la memoria, tan denostada hoy día. El aprender es una moneda con dos caras, inteligencia y memoria, y ninguna de ellas puede funcionar sin la otra. Moreno destaca, asimismo que "es imposible reflexionar sobre unas ideas cuando se carece de ideas".
"Esta ignorancia es una de las razones que nos ha llevado al fiasco de nuestro sistema educativo". Y la enseñanza ha de ser repetitiva. No se puede llegar a la matemática superior sin haber interiorizado rutinas de cálculo que hay que repetir una y otra vez. Y esto sucede incluso con la enseñanza más artística".
¿Cómo podría un estudiante de medicina "construir por sí mismo su conocimiento"? ¿Dándole un enfermo para que lo fuera medicando a su gusto, y así, según mejora o empeora, "construir su conocimiento"? Ni de broma.