Por: Jazmín Ruiz Díaz Figueredo @min_erre

Periodista especializada en cultura, género y moda.

Cuando hablamos de moda francesa, nadie la mantuvo viva de un modo tan enérgico como un alemán: Karl Lagerfeld, uno de los más importantes diseñadores del siglo XX y XXI y quizás el más prolífico de su generación. La noticia de su muerte a los 85 años tiñó de luto al mundo de la moda; pero principalmente a la maison donde transcurrió su reinado como director creativo durante los últimos 36 años: la casa Chanel.

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Allí se inició en 1983, a donde llegó 10 años después de la muerte de la legendaria Coco, para revivir a la icónica maison francesa con aires contemporáneos. A él se le debe la reinvención de los modelos que son el sello de Chanel: el traje de tweed, el ‘little black dress’ y los bolsos de mano acolchados. Su genialidad lo hizo capaz de hacer estas reinterpretaciones a través de los lentes del hip-hop en una temporada, o inspirándose en el estilo de las surfers californianas en otra. Como resaltan en Vogue: “Él era un conocedor de la cultura pop (e introdujo estos cambios) sin olvidar nunca los valores que la revolucionaria Coco Chanel defendía a través de sus prendas: la independencia, la libertad y la modernidad”. Además de crear diez colecciones anuales para la casa francesa, diseñaba otras dos para la marca italiana Fendi, de la que también era director creativo.

Por otro lado, llevó el espectáculo del desfile de moda a otro nivel. La presentación de sus colecciones en el Grand Palais parisino se convirtieron en el evento más esperado de cada semana de la moda francesa. Allí, celebridades y personalidades se congregaban para transportarse a verdaderas fantasías. Lo extraordinario de estos desfiles no tenía límite: recreó una nave espacial, un iceberg escandinavo, un jardín encantado, un supermercado repleto de productos Chanel y hasta reprodujo la torre Eiffel a menor escala.

Menos acertadas y memorables son, en cambio, sus opiniones sobre temas políticos y sociales. Entre las más cuestionadas, sus detractores recuerdan cuando Lagerfeld mencionó estar “harto” del movimiento #MeToo, o cuando se posicionó en contra de los refugiados y criticó las políticas migratorias de Ángela Merkel. Pero sin dudas, su legado más nefasto fue su influencia a la hora de posicionar la extrema delgadez como máxima en las pasarelas. Su abierta gordofobia incluso quedó registrada en su libro The world according to Karl.

Más allá de las críticas, es innegable que la partida del diseñador de las eternas gafas negras y cola de caballo blanca deja un espacio difícil de llenar en el mundo de la moda. Como mencionó Anna Wintour en un homenaje al diseñador: “La moda es la expresión personal de un mundo en transformación. El diseño es el arte de notar estos cambios y anunciarlos a través de prendas que millones de personas puedan vestir. Karl fue un maestro en este proceso”.

Con la partida del “Káiser”, el imperio de Chanel ya anunció a su sucesora. Se trata de Virginie Viard, quien fue su mano derecha durante más de 30 años. La llegada de una mujer a la dirección creativa de la maison fundada por Coco abre muchas preguntas y crea cierto entusiasmo. Lagerfeld fue el genio de la teatralidad y revalorizó la alta costura en una época que se cuestionaba su vigencia; pero los tiempos que corren interpelan a la moda más allá del espectáculo. ¿Será Viard la capitana que guíe a Chanel hacia estos nuevos puertos?


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