Tengo sólo dos hijos, pero seis grupos de WhatsApp de padres del colegio. Tengo solamente una clase de fotografía cada sábado, pero cinco grupos de este mensajero con los compañeros. Y así, un montón de ejemplos más. ¿Cómo se entiende esta lógica? ¿Sirve de algo tener tantos grupos en esta herramienta digital, incluso, con la misma gente? Si nos resulta tan pesado, ¿por qué tenemos tantos? Aquí, trato de descifrar las claves para que tantos globos rojos en la app no nos abrumen y, sobre todo, para que juntos construyamos un mejor ecosistema digital. ¿Lo lograremos?

Por: Aura Zelada*

Para comenzar, preguntémonos: ¿Sirve de algo tener tantos grupos de WhatsApp? Yo creo que sí. A pesar de que existan tantos, yo los clasifico en dos grandes categorías: Los permanentes (familia, amigos de siempre, la ofi…) y los temporales (para organizar eventos, viajes, proyectos de estudio, etc.).

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Grupos permanentes

Los grupos permanentes se caracterizan por la calidad de sus miembros, por el factor común que los une (amistad, familia, trabajo), la química que hay y también por la libertad y diversidad de temas. Se comparten fotos de los integrantes, se coordinan encuentros, se envían memes, enlaces de noticias, chistes, canciones, todo. Son esos grupos que tanto te gustan. Es lindo compartir, es sano, es un espacio de distracción para cada integrante, que se conecta con sus personas favoritas todos los días.

Grupos temporales

Los grupos temporales, en cambio, tienen un cometido en especial. Por ejemplo: Si vas a organizar un viaje/paseo/baby shower/ sólo entre cierta cantidad de amigas de un grupo grande, amerita que se abra otro grupo (uno temporal). Porque todas las demás que no van a ser parte de esa actividad, no tienen por qué estar en debates sobre si se usará taxi o Uber, o si el baby shower será con té y masitas o con tragos y picadas. También se usan mucho para proyectos de trabajo, exposiciones entre compañeros, etc.

¡Hurra por los grupos temporales! Pero entonces, ¿cuándo resulta pesado tener tantos grupos?

El problema empieza cuando un grupo temporal quiere convertirse en un grupo permanente antes de tiempo. El proyecto está en cauce pero el grupo temporal carece de mínimas reglas, los temas se desvían y empiezan a aparecer memes o comentarios sobre exnovios que se mezclan e incluso sobrepasan a los comunicados importantes del objetivo principal. Lo que puede resultar en que te pierdas entre tanto spam y no veas avisos importantes.

¿Qué hacer? ¡Alguien tiene que ejercer el verdadero rol de administrador!

Ser administrador no es sólo armar el grupo, es iniciar los temas, promover el debate organizado, moderar las conversaciones, votaciones y también determinar qué cosas se van a decidir vía WhatsApp y qué cosas no (todo muy diplomáticamente) ¡Aleluya porque siempre existe un líder natural en cada grupo!

Tuve un profesor de fotografía que, cuando estábamos organizando nuestra exposición final, dijo: "Nada se va a decidir en el grupo de WhatsApp, las decisiones serán en reuniones presenciales. Por WhatsApp sólo avisos parroquiales". Me encantó. Debo decir que la organización de ese proyecto fue un éxito y el proceso muy ordenado.

Esto de tomar la posta, es indispensable para grupos de proyectos temporales. El grupo tiene un cometido y así también un inicio y un final. Una vez que el proyecto termina, decir adiós y eliminar el grupo puede ser muy sanador y te libera del bombardeo diario digital.

Aunque a veces pasa que un grupo temporal termina teniendo tanta buena onda, que sobrevive al final del proyecto que lo inició y evoluciona hacia un grupo permanente. Cuando esto sucede, es genial y ahí sí llega el momento de disfrutar de las no-reglas de los grupos permanentes.

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