La gestión presidencial de Mario Abdo Benítez se vio sumida en una improvisación, sostienen analistas políticos y señalan que por ello se notan las incoherencias cometidas por el mandatario. No obstante, hacen referencia a que le tocó vivir momentos ambientales duros a los que tuvo que enfrentar durante sus primeros dos años de gobierno.
El primer problema de Mario Abdo Benítez fue que no necesitó armar mayoría parlamentaria por la improvisación en la que está sumida su gestión. Al carecer de un plan político, no se vio en la obligación de aglutinar sus fuerzas en el Congreso Nacional, sostuvo el analista Marcelo Lacchi, quien considera que para lograr la estabilidad debe apuntar a un cogobierno. “Nunca se ocupó de construir alianza, porque no había interés”, expresó ante una posibilidad de formar acuerdos parlamentarios para lograr gobernabilidad. Aunque mencionó que Abdo Benítez está a tiempo de reencauzar su visión, dijo que la situación se dificulta porque en la estructura de su partido existe demasiada diversidad, hecho que pone en riesgo la estabilidad.
Ante una reforma de Estado, que se vislumbra, dijo que “no tiene la fuerza política para hacerla” y para ello necesita de un cogobierno entre los dos movimientos internos del Partido Colorado. Así, podrá dar el mensaje de un gobierno unitario, al designar ministros que respondan al movimiento Honor Colorado. Ahora, su visión de “ampliar el plan de endeudamiento se encuentra con más dificultad, porque no están convencidos por el manejo”, añadió.
Por su parte, el analista Horacio Galeano Perrone sostiene que la improvisación fue un factor que se enmarcó en la gestión de Mario Abdo Benítez. Dicha posición no fue la excepción en el Congreso Nacional. “El Congreso no fue un palo en la rueda, siempre fueron generosos, no le pusieron obstáculos, primero porque hay mayoría colorada en Diputados, pero no controló ciertos proyectos. Especialmente, porque se le siente al Senado con mucha autonomía, no recibe instrucción de nadie, hace lo que le parece”, expresó en contacto con La Nación.
Además, resaltó que la improvisación no permitió que se construya un relacionamiento con el Congreso, porque no existe un liderazgo, fueron compañeros y cada uno improvisa, asegura. “Se dice que no se relacionaron bien, en el movimiento Colorado Añetete se juntaron con base en una figura, que era Horacio Cartes, y contra Honor Colorado, ahora paga el precio de eso, en el sentido de que no existe un liderazgo”, añadió. Igualmente, Galeano Perrone considera que “el Senado marcó una línea política al Gobierno Nacional, teniendo en cuenta que la mitad de los colorados son cartistas y la otra de Añetete, que no responde a esa línea. Entonces, siempre se sale en una improvisación”, añadió. Por eso considera que “no hay coherencia en las decisiones de Mario Abdo Benítez”.
Mientras que el analista político y director del Instituto Republicano de Política Estratégica (IRPE), José Ocampos, señaló que estos dos años de gobierno de Mario Abdo Benítez se han visto envueltos en las peores crisis ambientales, sociales, económicas y sanitarias que no se ha visto desde el tiempo del conflicto bélico internacional que se tuvo con la Guerra del Chaco (1932-1935). “Cuando se pensaba que la situación podía normalizarse en cuanto a la comercialización de los commodities de exportación se presenta la pandemia del covid-19, que en otras palabras es la peor crisis económica y sanitaria que ha enfrentado el país desde la Guerra del Chaco. Todos los países del mundo tuvieron que contraer deudas, y nuestra deuda está en el orden del 35%, superando la marca histórica de los 10 mil millones de dólares”, indicó.
Asimismo, lamentó que el Partido Colorado trabajando desde el Gobierno fuera salpicado por casos de corrupción, golpeado tanto por las negociaciones del Acta “secreta” de Itaipú, así como los llamados a licitaciones que pretendieron ser adjudicadas a empresas de maletín, en el momento más difícil de la historia del país.
VELÁZQUEZ: FUERON DOS AÑOS DUROS
El vicepresidente de la República, Hugo Velázquez, solicitó una evaluación objetiva respecto a los 2 años de gobierno del mandatario Mario Abdo Benítez y un consenso nacional ante las secuelas que dejará la crisis sanitaria y económica generada por la pandemia del covid-19 en los 3 años restantes de la actual administración.
“La evaluación tiene que tener presente, para que sea objetiva, la incidencia que en todas las naciones tiene la pandemia. Fueron dos años duros, con situaciones especiales. Sin embargo, soy más de mirar el futuro, pues el desafío es construir sobre el devenir del tiempo”, mencionó el colorado. Insistió en establecer un consenso nacional con la finalidad de enfrentar las secuelas, ya sean económicas o sanitarias que dejará el virus en el Paraguay.
“Insisto en que el momento precisa de una dirigencia que asuma y entienda el valor del consenso. La unidad es posible en el interior de los partidos, entre los partidos y en ese vínculo sociedad pública y privada. Si los dos años fueron difíciles, los que vendrán aún serán complicados por la secuela que dejará el covid-19, pero a eso debe enfrentarse no con pesimismo, sino con esperanza, consenso, unidad y mucho trabajo”, mencionó.