En Altos y Loma Grande se construyeron las oficinas administrativas y la portería. En la jurisdicción de Nueva Colombia se encuentran los 6 hornos que tienen más dos transformadores.

Lida Rosa Escobar, intendenta de Nueva Colombia, declaró ayer a La Nación que la intendencia a su cargo nunca recibió los planos de construcción de la planta fabril Archer SA, que pro­duce carburo de silicio en Cordillera y que está siendo objeto de críticas por parte de miles de pobladores por la emisión de gases aparen­temente tóxicos. Adelantó que se expone a una clau­sura temporal por no tener la habilitación del municipio.

La intendenta Escobar convocó para mañana a los miembros de la Junta Municipal de Nueva Colom­bia para el tratamiento del caso de la planta electroin­tensiva Archer SA, denun­ciada por los vecinos por el fétido olor que despide. Adelantó también que notificarían a la compañía multinacional para que presenten todas las docu­mentaciones pertinentes a ser analizadas.

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"Esto lo hago como ciuda­dana y madre de una beba de ocho meses, quienes vivi­mos en la zona, y que tam­bién estamos siendo per­judicadas por este fuerte olor", dijo la intendenta, visiblemente afectada por la situación. En horas de la mañana de ayer, convocó a sus principales asesores y colaboradores para evaluar las acciones a seguir.

Lida Rosa Escobar, intendenta de Nueva Colombia.

"Esto se originó primera­mente en Altos. Ya después se constató que (la firma) estaba en los distritos de Nueva Colombia y Loma Grande. En un principio nos dijeron que la construc­ción en sí le pertenecía a la Municipalidad de Loma Grande. Pero ahora, a noso­tros nos presentan un plano, la gente de Archer, en donde nos dicen que los 6 hornos que tienen, más dos transfor­madores, les corresponden al distrito de Nueva Colombia", manifestó la jefa comunal, de tan solo 28 años de edad.

"Hace dos semanas nos presentaron el plano para habilitarles el seguro con­tra incendio, lo cual lógi­camente no firmamos por­que no nos presentaron un documento anterior a eso, en donde señala que una parte de la construcción estaba en Nueva Colombia", aseveró Escobar.

Escobar explicó que ese documento al que accedió le da la potestad a la Muni­cipalidad de Nueva Colom­bia de clausurar inclusive la fábrica de manera tem­poral, aunque dijo que actuará de manera pru­dente, con cautela y como corresponde hacer, convo­cando a la Junta Municipal para estudiar el caso y estar al tanto de "un tema muy delicado".

"Este viernes vamos a pre­sentar en la Junta Munici­pal (los planos) para que ellos puedan tratar el caso. Hay que tratar con mucha delicadeza este tema, que es lo que vamos a hacer. Vamos a encontrarle alguna salida favorable", apuntó.

Indicó que Archer está pagando su impuesto inmobiliario, pero que no pagaron el permiso para construir en el distrito de Nueva Colombia ni pre­sentaron ningún docu­mento (plano de construc­ción) referente a la fábrica. "Entonces están en offside; no cumplieron con nosotros de ninguna manera con los requisitos que pide la muni­cipalidad para habilitar la fábrica", aseveró.

Dijo que cometieron un "doble error" al pretender la aprobación de los planos contraincendios sin antes haber elevado a la Munici­palidad los de la construc­ción de la planta. Toda esta información será puesta a consideración del cuerpo legislativo de la Junta Municipal.

Informe de la Seam sobre intervención a Archer en enero de este año.

OPERAN CON AUTORIZACIÓN DE OTROS MUNICIPIOS

Vecinos de la compañía Inglés Cué, afectados por los olores que despide de la empresa, manifestaron que la fábrica opera con la habilitación de Loma Grande y de Altos,siendo que estos no sufren directamente con el olor.

En las localidades de Altos y Loma Grande aseguran que solamente se constru­yeron las oficinas admi­nistrativas y la portería en esas jurisdicciones, sin embargo, los hornos que en verdad despiden los olores se encuentran ubi­cados en Nueva Colombia. Este último distrito cuenta con unos 7.000 pobladores aproximadamente.

La Nación se está haciendo eco de las denuncias de resi­dentes de Nueva Colombia, Altos y Loma Grande, quie­nes sostienen que la planta de producción de carburo de silicio emite un olor nau­seabundo que está afec­tando la calidad de vida en la zona. Un equipo perio­dístico constató que efec­tivamente el olor es inso­portable.

ARCHER

Archer SA es una socie­dad constituida en el país entre la firma Sicbras Para­guay SA, subsidiaria de la empresa matriz Sicbras Carbeto de Silicio do Bra­sil Ltda., de capital 100% brasileño, que opera en el sector minero y siderúrgico en el Brasil, América del Sur y Europa, desde hace más de 16 años, y el grupo mul­tinacional francés Saint- Gobain (Saint-Gobain Group).

El Grupo ofrece una gama de soluciones para edificios, entre ellos materiales de alto rendimiento para la indus­tria automotriz, aeronáu­tica, sanitaria y energética. A nivel local, Archer manu­factura productos para la construcción, vidrios, mate­riales cerámicos, abrasivos y distribuye materiales de construcción.

LA NACIÓN VISITA HOY LA PLANTA

Directivos de empresa Archer SA remitieron ayer a nuestra redac­ción una nota por la cual realizan una invitación "cordial" al equipo periodístico del diario La Nación, que lleva adelante la investigación en la zona de Cordillera, para realizar un recorrido por las instala­ciones de la planta industrial, que hoy es objeto de denuncias de las comunidades de Altos, Loma Grande y Nueva Colombia porque estaría emitiendo gases tóxicos al medioambiente. Esta visita se concretará en el transcurso de esta mañana.

El martes 1, Día del Trabajador, responsables del área de comunica­ción de Archer SA habían avisado que remitirían un escrito al diario para aclarar las dudas y cuestionamientos de los pobladores con res­pecto al olor fétido que proviene de la fábrica de carburo de silicio, principalmente en horas de la noche. Aguardamos alguna aclara­ción, pero sus directivos optaron por abrir hoy sus puertas al diario para las explicaciones del caso. La planta está ubicada en la compa­ñía Boquerón de Loma Grande.

PROBLEMA ESTÁ EN COMBUSTIBLE DEL COQUE

Asesores técnicos de productores de los distritos afectados explicaron que el problema de toxicidad de una planta que pro­duce carburo de silicio no está en este elemento, sino en la com­bustión de toneladas de combustible fósil (coque de petróleo) para la elaboración del mismo.

El coque, residuo de petróleo que es importado por toneladas, es usado como combustible y es el más ordinario y barato que existe a nivel mundial. El temor es que Cordillera sea víctima de gases de efecto de invernadero y una lluvia ácida sin ningún tipo de filtro para mitigar esos efec­tos.

Según el doctor Gustavo Micheletto, el carburo de silicio se obtiene de la mezcla de coque con arena, que se quema a 4.000 grados (combustión del coque es lo que libera gases) en hor­nos abiertos (aquí se produce el carburo de silicio y se extrae). Explica en un material didáctico que esos óxidos en forma de gases viajan en la atmósfera y en contacto con la humedad se convierten en ácido sulfúrico y ácido nítrico. Estos gases pueden viajar durante 5 horas en la atmósfera pudiendo llegar hasta 50 km de su lugar de origen y son los causantes de la lluvia ácida. Son sumamente perjudiciales para la salud, que pueden cau­sar cefaleas, náuseas y vómitos; malos olores, ardor en los ojos y mucosas respiratorias. En altas dosis pueden causar asma y bronquitis.

Se sabe que la lluvia ácida tiene efectos severos en el medio ambiente, que hacen disminuir la producción agrícola. Sus efectos se ven de la siguiente manera: pérdida de la cobertura cerosa en las plantas que provoca lesiones y alteran la fotosínte­sis; disminución de microorganismos fijadores de nitrógeno del suelo (causa empobrecimiento), que hace que las plantas sean más vulnerables al calor y parásitos; concentración en el suelo de elementos como el cadmio, aluminio, cromo y plomo. En los lagos, ríos y lagunas, la lluvia ácida dificulta la vida acuática, alte­rando su flora y su fauna.

REACCIONES EN LAS REDES

Impacto negativo en negocio inmobiliario de Cordillera

Denuncian que los propios directivos de la procesadora de carburo de silicio ofrecen comprar sus terrenos a los lugareños, pero a un precio ínfimo.

La instalación de la multina­cional Archer en Cordillera está impactando negativa­mente también en el negocio inmobiliario. Como conse­cuencia de la contaminación, las propiedades de los distri­tos de Nueva Colombia, Loma Grande y Altos son devalua­das, conforme explicaron algunos lugareños. Lilian Ferreira Torales, cuyos padres viven a 1.000 metros de la fábrica, comentó a La Nación que incluso los pro­pios directivos de la empresa electrointensiva propusieron comprar propiedades de su familia en las inmediaciones, pero ofrecieron sumas exi­guas que no condicen con el valor real del inmueble.

Liliana explicó que sus padres viven a un kilómetro de Archer y que hasta ese lugar llega el olor fétido imposible de aguantar sobre todo en horas de la noche. Dijo que su padre se dedica a la agricultura y además tiene ganados para abastecimiento familiar y pequeña comercia­lización de leche y queso en la zona. Pero su pequeña fuente de sustento se vio afectada por la mortandad de sus animales (terneros y gallinas), como con­secuencia de elementos con­taminantes que expide la pro­cesadora de carburo de silicio.

"Yo creo que esto es lo que espera realmente esta gente de Archer, que se devalúe tanto el terreno que cual­quiera quiera decir: yo vendo y me voy. Te ofrecen algo ínfimo a cambio. La casa de mis padres está a unos metros de la fábrica, entonces ellos quieren irse de allí, porque papá tiene fibrosis pulmonar y mi mamá es hipertensa. Y mi mamá quiso vender el terreno, pero una miseria le ofrecieron a cambio. Son 14 hectáreas y es una miseria lo que ellos quieren pagar. Ellos están buscando más terrenos para ampliar su empresa, eran como tres propiedades de la fábrica y terminaron comprando todos los terre­nos de las personas que vivían en los alrededores porque están agrandando aún más la fábrica", indicó.

"A una vecina de mi mamá en tres días se le murieron 40 gallinas", expresó Lilian, en un intento de demostrar la grave­dad del problema, que afecta a los pobladores de la compañía Boquerón, distante a 1 kilóme­tro del lugar donde está asen­tada la fábrica. "El olor fétido es insoportable, porque es un olor que asfixia, parece azufre o huevo podrido, es horrible", describió.

Lilian refirió igualmente que en las personas las prin­cipales molestias ocasiona­das por el elemento conta­minante se manifiestan con náuseas, vómitos, dolores de cabeza.

DIRECTOR DE PUESTO DE SALUD TRABAJA EN ARCHER

Con preocupación, Liliana Ferreira denunció que el mismo director del puesto de Salud de Loma Grande, Iván Cerda, es empleado de la empresa multinacional Archer, en horas de la tarde. Dijo que el médico mini­miza la sintomatología de los pacientes, pese a que estos se quejan de sus dolencias.

"Cuando el olor es muy fuerte y mi mamá no puede dormir, amanece con dolor de cabeza, mareos, vómitos. Y lo peor de todo es que mi mamá es hiper­tensa y la vez pasada fue a con­sultar en el centro de salud y el director del puesto de salud de Loma Grande, el doctor Iván Cerda, quien trabaja en la fábrica a la tarde, se rió en la cara y le dijo que no tiene nada que ver lo que a ella le pasa, y le atacó que es consecuencia de su diabetes y mi mamá no es diabética", expresó.

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