- Por Josías Enciso Romero
El ministro de los adefesios monumentales, de las licitaciones dirigidas y de las obras sobrefacturadas (comprobadas por la Contraloría General de la República), Arnoldo Wiens, acaba de ser proclamado por el diezmado y anémico movimiento Fuerza Republicana como reemplazante del vicepresidente, Hugo Velázquez, para las elecciones internas del Partido Colorado del 18 de diciembre de este año. A lo mbarete, estilo registrado por este gobierno, la patota encabezada por el “mariscal de la derrota”, Nicanor Duarte Frutos, el nuevo integrante de la banda de los “Peaky Blinders”, vocifera una precandidatura imposibilitada estatutariamente. Pero como el movimiento Honor Colorado, liderado por Horacio Cartes, no impugnó la inconstitucional candidatura del presidente Mario Abdo Benítez para la presidencia de la Junta de Gobierno de la Asociación Nacional Republicana, es de suponer que concederá una ventana política a este intríngulis jurídico. No da luego gusto ganar sin contrario. Pero ha’ekuéra la demócrata.
Alguna bandera blanca tendrá que levantar el oficialismo a mitad del campo de batalla. Punto neutral al que solamente podrían llegar tragándose sus discursos vomitivos, sus frases cargadas de detritus y sus palabras que revelan el miserable y triste origen de sus emisores. Salvo que tengan proyectado no buscar el acercamiento para declararse “perseguidos por la intransigencia” de los que, según ellos, “no quieren competir”, evitándose así el ridículo de la catastrófica derrota. Con “Nicadrón” comandando este proyecto, es de esperarse cualquier propuesta reñida con la razón y superando la línea de la cordura y el equilibrio. Así ya lo demostró en el 2008, cuando arrastró al Partido Colorado a la llanura. Todo por su mezquindad, su soberbia y su incapacidad de poner freno a su putrefacta lengua. Ahora prestó la suya a Arnoldo Wiens. Así se presentará como “mensajero de la paz” después de la contundente victoria de Santiago Peña. Todos los caminos de la abyección conducen al zoqueterismo.
La prensa amiga de los clanes Zuccolillo y Vierci pasará por alto los impedimentos legales que tiene Arnoldo Wiens. Así como ni se inmutó por el denunciado intento de soborno de 1.000.000 de dólares que fregó las aspiraciones presidenciales de Hugo Velázquez y cuyas esquirlas alcanzaron al ahora ex asesor jurídico de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) Juan Carlos “Charly” Duarte Martínez, amigo de tiernas y exóticas aventuras del ex “Toro”, igual que el apoderado de Fuerza Republicana, Wildo Almirón, en la dorada época de sus ventajosas pasantías en Ciudad del Este. Esperamos vanamente que los integrantes de las publinotas de “Telo-futuro” realizaran llamadas internacionales para conocer los alcances de esta nueva designación. Quizás esta mañana pueda satisfacer nuestra sana morbosidad el hombre orquesta de Vierci, el “justiciero” Luisito “Muñequita” Bareiro. A lo mejor esta vez le sale bien. Como él quiere.
Más de una vez comentamos que no existe nadie más infidente que el entorno. De cualquier índole. Ese que quiere pavonearse ante su propio círculo de que todo sabe.
Uno de los más indiscretos (el “mariscal” es el número uno) comentó que el mamporro que le encajó “Kure’i” (luego convertido en “Toro”) al “Yodito” se escuchó hasta la avenida Juscelino Kubitschek. Fue el jueves, en Mburuvicha Róga, hasta donde llegó el todavía Vicepresidente para acudir a un acto político en San Lorenzo. La comunicación que tenía origen en el Departamento de Estado le fue trasmitida por el hasta ahora Presidente. Velázquez se aferró a su precandidatura. El mandatario se mostró inflexible: “Te vamos a retirar nuestro respaldo”. Marito se estaba cobrando una factura atrasada. Todos los analistas coinciden (de los verdaderos, no como yo) en que Velázquez impuso su candidatura mediante su prematura campaña. Abrir otro frente dentro del oficialismo era lo mismo que hacerse un harakiri. Pegarse un tiro en la frente y mirar por el agujero. Ahora había encontrado el pretexto para sacarlo de carrera. Con la cerrazón cubriendo la visión, partió el jab que dio en pleno y que envidiaría hasta el inmortal “Kid Pascualito”. Así dicen. ¿Quién soy yo para dudar de quien estuvo en la escena del crimen?
Arnoldo Wiens, responsable –e irresponsable ante semejante derroche del dinero público– de la “Pasarela de Oro”, mientras espera reemplazar a Hugo Velázquez, ya tomó la posta del discurso maniqueísta. Ellos son los que tienen valores y virtudes. Los demás solo tienen vicios y defectos. Es el discurso de odio, porque otra cosa no sabe hacer por su incurable resentimiento social, que Nicanor, el ladrón de Yacyretá que oculta los documentos de los gastos sociales, implantó en la mente del hoy destronado. Calcadas expresiones del pastor evangélico que renunció a su fe a cambio de los denarios de la política. “Se van a contrastar dos modelos –tiroteó al aire–: uno que apunta al respeto de las instituciones, valores republicanos, la vida, la familia y la justicia social, y otro que estamos enfrentando, que prioriza los valores empresariales de un grupo que ya mostró lo que puede hacer o no en el poder”. Y como si estuviéramos escuchando a Mauricio “Pinky” Espínola, añade: “Esta no es una cruzada de Arnoldo Wiens, es una cruzada para que los valores de nuestro glorioso Partido Colorado no caigan en manos de aquellos que quieren instrumentar para sus beneficios empresariales y particulares”.
El ministro Wiens forma parte de un gobierno que robó hasta en tiempos de pandemia. Sin ningún escrúpulo. Él es el ministro que privilegió a un hermano de la primera dama para manipular licitaciones que continúan beneficiando solamente a los amigos del poder de turno. Y pensar que a su lado estaba el director de Yacyretá, el hombre que jamás podrá blanquear su oscura fortuna que hoy sirve para mantener a una legión de familiares. ¡Qué diversión que viene por delante! ¡Inagotable! Tan inagotable como las denuncias de corrupción que salpican a todos los hombres de este gobierno. ¡Igustovéta ko asunto!
El ministro Wiens forma parte de un gobierno que robó hasta en tiempos de pandemia. Sin ningún escrúpulo.
Él es el ministro que privilegió a un hermano de la primera dama para manipular licitaciones que continúan beneficiando solamente a los amigos del poder de turno.