La enfermedad renal crónica (ERC) es común y dañina: 1 de cada 10 adultos en todo el mundo la padece y, si no se trata, puede ser mortal. Si bien la detección temprana permite la atención y el manejo de la enfermedad para ayudar a prevenir la morbilidad y la mortalidad y mejorar la rentabilidad y la sostenibilidad, la mortalidad relacionada con la enfermedad renal continúa aumentando cada año y se prevé que sea la quinta causa principal de muerte para el 2040.
Más de 850 millones de personas en todo el mundo que padecen enfermedades crónicas son pacientes renales que se ven especialmente afectadas. Ayer se recordó el Día Mundial del Riñón, promovida por la Sociedad Internacional de Nefrología (ISN) y la Fundación de Federaciones Renales (NKF).
En ese sentido, desde el Instituto Nacional de Nefrología, del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, llevó adelante una actividad de concienciación en la Estación de Buses de Asunción con el objetivo de acercar información a la población sobre el daño renal que provocan las enfermedades crónicas, así como también se brindó charlas sobre promoción y prevención de la enfermedad renal.
Por otro lado, el Hospital de Clínicas de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) realizó una jornada de control y concienciación dirigida a pacientes, sus familiares y profesionales médicos del área de nefrología.
El nefrólogo Marcelo Barrios destacó que la hipertensión, la diabetes y la obesidad son las principales condiciones que afectan la función renal.