Tras una celebración de Caacupé sin peregrinantes a causa de la pandemia en el 2020, este año, miles de fieles caminaron hasta la basílica para visitar y pagar sus promesas a la madre Virgen de Caacupé. Algunos llevaron una cruz a cuestas, otros caminaron o pedalearon kilómetros. Uno de ellos es Francisco Machuca, de 59 años, quien llegó caminando hasta la basílica y desde la explanada se arrodilló y llegó hasta la Virgen de la Villa Serrana para pagar su promesa. En medio de lágrimas agradeció la oportunidad de poder volver para estar frente a la madre de Dios.

“Es una promesa muy personal que tengo y lo hago con amor”, dijo don Machuca en entrevista con La Nación. Destacó que es una promesa que año tras año hace a la Virgen y que lo viene cumpliendo a cabalidad, pero el año pasado no pudo ser posible, por lo que la emoción de volver este 2021 es muy importante.

Afirmó que todos los años cambia su promesa, pero sigue como tradición la forma de agradecer. “Si de milagros se trata tiene que ser como algo imposible y el señor me concedió mediante la intersección de la Virgen de Caacupé”, manifestó.

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Don Francisco todos los años viaja desde Repatriación, departamento de Caaguazú, para pagar su promesa y en agradecimiento, caminó desde Curuzú Peregrino hasta la basílica, en cuyas inmediaciones se arrodilló y llegó ante la Virgen. Este hombre, como miles de personas, este año vuelve luego de un año de pausa, pero con la fe intacta.

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