POR DOLLY GALEANO, CIUDAD DEL ESTE, AGENCIA REGIONAL

Alto Paraná fue cerrando poco a poco los albergues de aislamiento contra el covid-19, destinados a compatriotas procedentes de Brasil y que también fueron utilizados para grupos locales de instituciones donde se registraron grandes brotes del coronavirus como en la Penitenciaría Regional y en el Destacamento de Militar de Frontera. Hoy solo el Motel París sigue activo con siete personas que ingresaron el pasado 14 de octubre, un día antes de la apertura del Puente de la Amistad para todo tipo de vehículos.

Los recintos fueron habilitados masivamente en el país para recibir a los compatriotas procedentes del exterior, una vez que se cerró la frontera y empezó a aplicarse un protocolo sanitario, que exigía una cuarentena a quienes ingresaban a territorio paraguayo.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Alto Paraná tuvo a 1950 albergados durante estos siete meses de cierre de la frontera, quedando solo habilitado para el comercio exterior algunos pasos fronterizos. De esa cantidad, el 38% fue diagnosticado con covid-19 y en su mayoría absoluta no presentaron síntomas de la enfermedad. Los ocupantes fueron casi todos jóvenes de entre 18 y 30 años de edad, además de niños. Fue una minoría la gente mayor que acudió a los albergues. Esto, según datos de Epidemiología Regional coincidente con los números manejados por la Tercera División de Infantería con sede en Ciudad del Este.

Entre los meses de junio y julio funcionaron diez recintos con 512 personas, sumados los que estuvieron en forma transitoria, primero en el tinglado de Puertos, luego en la sala de Migraciones en la cabecera del Puente de la Amistad, antes de ser derivados a albergues de otros departamentos del país. Son alrededor de 3 mil las personas que entraron por el Puente de la Amistad y solo un grupo de 22 personas procedentes de Argentina ingresaron por Puerto Falcón.

Cabe recordar que un primer grupo de 241 compatriotas que terminó su cuarentena el 13 de abril había resultado con la prueba negativa a covid. Recién a partir del segundo grupo comenzó a registrarse los casos masivos del coronavirus en los albergues. El protocolo inicial de exigir que tengan la prueba negativa por dos veces para que sean dados de alta, obligó a muchos a permanecer incluso tres meses en los albergues, hasta que se cambió el protocolo en que una persona sin síntomas, ya podía ser dada de alta a los 21 días.

Funcionaron como albergues la casa de retiros San Antonio de Padua del km 8 Acaray, el Hotel del Lago (sólo para el primer grupo), Polideportivo Tacuru Pucu, tinglado de la Zona Franca Global, Polideportivo de la Universidad Privada del Este, tinglado del Parque Mercosur, local del Obispado del km 11 Acaray, Convento de Ciudad Nueva, la Escuela Municipal de Artes y Oficios, el Colegio Islámico y los dos Moteles París, uno en Franco y otro en Hernandarias.

De estos recintos, el Polideportivo Tacuru Pucu, el Obispado del km 11 Acaray, la Escuela de Artes y Oficios y los moteles fueron los que manejaron varios grupos y estuvieron activos todo el tiempo, hasta que se cerró totalmente.

VOLUNTARIOS

Los voluntarios de la Cruz Roja y de grupos civiles pudieron sostener el funcionamiento de los albergues porque fueron los que estuvieron diariamente asistiendo a la gente, escuchando sus reclamos y proveyéndoles sus necesidades. En el caso de la Escuela de Artes y Oficios, al realizarse el cierre oficial de lugar, fueron reconocidos 40 voluntarios entre civiles, médicos y de la Cruz Roja. En cuanto a los militares, algunos de ellos llegaron a proveerles para sus pasajes a varios de los albergados cuando ya dejaron de contar con vehículos para llevarles hasta sus casas y quedaron sin dinero. Fueron los propios albergados que compartieron esas historias.

Si bien Itaipú proveyó los alimentos y muchos de los insumos necesarios para la infraestructura en los albergues, las donaciones hicieron posible el funcionamiento efectivo de los mismos.

El doctor José Guerrero, director de la Atención Primaria a la Salud de Alto Paraná, fue uno de los que coordinaron la atención sanitaria en los albergues. Como “altamente relevante” consideró el haber recurrido a la instalación de albergues para compatriotas provenientes de otros países, con el fin de retrasar el pico de contagios en el país. “Nos permitió retrasar mucho la expansión de casos comunitarios, nos sirvió de escudo y eso es fácilmente demostrable, porque en los países vecinos comenzaron mucho antes las curvas; sabíamos que finalmente íbamos a tener casos en la comunidad, pero nos dio tiempo para preparar todo lo que existe hoy en infraestructura en los hospitales, la fusión tan difícil entre el MSP y el IPS, entre otros aspectos”, manifestó el doctor Guerrero.

“200 MILITARES SE INFECTARON”

El general Juan Ramón Mendoza, comandante de la Tercera División de Infantería con sede en Ciudad del Este, informó que en su unidad 65 efectivos fueron positivos a covid-19 durante estos siete meses de pandemia. Sostiene que, de los 250 militares existentes en el destacamento de frontera, lo más probable es que unos 200 aproximadamente llegaron a contagiarse y ni siquiera se dieron cuenta. “Yo mismo soy un caso parecido, me hice en total siete hisopados que salieron todos negativos, pero después del sexto resultado decidí hacerme la prueba en sangre y me salió positivo, es decir, tuve el virus y yo no me di cuenta, en ningún momento tuve algún síntoma. Luego, me hice el séptimo hisopado y otra vez resultó negativo”, relató el general Mendoza. Explicó que los militares, al estar a cargo del control en los albergues y de la atención a la gente que llegaba de Brasil, estuvieron muy expuestos.

Un solo albergue sigue activo con siete ocupantes.
El trabajo realizado en los albergues contó con la asistencia de grupos civiles.

Dejanos tu comentario