Ayer en la mañana, un grupo de tra­bajadores, confor­mado por paseros, taxistas y vendedores ambulantes, se manifestaron en las inme­diaciones de la Administra­ción Nacional de Aduanas de Encarnación, para exigir asistencia económica por parte del Gobierno, y la aper­tura del puente internacio­nal Roque González de Santa Cruz, para retomar las activi­dades comerciales, a raíz de la crisis sanitaria que se da por la pandemia.

Los afectados también manifestaron su disgusto en contra del subsidio Pytyvõ 2.0, ya que según ellos, dicho beneficio no fue percibido ni por el 20% de los trabaja­dores de frontera de Encar­nación.

Durante la protesta también reiteraron la intención con respecto a la reapertura de las fronteras para fines comer­ciales para poder así generar un crecimiento económico en la ciudad.

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Mirta Viveros, portavoz del grupo de manifestantes, sos­tuvo que muchos de los pase­ros vivían del día a día y que, a raíz del cierre de fronteras, ya no tienen qué comer. En ese sentido, entre los trabajado­res instalaron una olla popu­lar donde brindan comida 3 veces por semana a los más necesitados.

APERTURA

La conexión binacional se encuentra cerrada debido a la pandemia del coronavirus y la cuarentena obligatoria, lo que provoca un impacto económico muy fuerte en las ciudades comerciales de Paraguay y Brasil, siendo Encarnación la más afec­tada, debido a que está total­mente restringida la circula­ción de argentinos hacia esos países para hacer compras o turismo.

Zunilda “Zully” Jaquet, titu­lar de la Asociación de Tra­bajadores de Frontera de Encarnación, indicó que en pocos días se realizará una “apertura inteligente” del puente que une las ciudades de Foz de Yguazú (Brasil) con Ciudad del Este (Para­guay) y que eso sería una señal positiva para lograr la apertura entre Encarna­ción y Posadas.

Jaquet explicó que se están realizando gestiones a través de las cancillerías paraguaya y argentina para lograr una autorización para la “aper­tura inteligente” del puente, consignó el diario Primera Edición de Posadas, Argen­tina.

La dirigente gremial de los paseros indicó que solo Ita­púa cuenta con unos 2.500 trabajadores de frontera que dependen, casi exclu­sivamente, de las compras que efectúen los argentinos. La mujer reconoció que en estos cinco meses de pande­mia “se rebuscan”, pero que el impacto económico pro­dujo una caída de 50% de las ventas.

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