Adrenalina, aventura y emoción se vive en cada jornada del Boogie Guaraní XV, que convocó a 150 paracaidistas de varios países del mundo en el predio Tobatí Aventuras Aéreas, de la ciudad de Tobatí, departamento de Cordillera, ubicado a 63 km de la capital nacional. Del total de paracaidistas convocados, 50 son paraguayos, entre jóvenes y experimentados.
La Nación conversó con algunos deportistas, entre ellos José Marín, un organizador local de saltos wingsuit; Valeria Bazán, una paracaidista argentina, y Guillermo Gil, quien se lanzó por primera vez.
“El wingsuit utiliza un traje con alas para planear de forma horizontal. Está disponible para paracaidistas experimentados que deseen aprender. Se requiere un mínimo de 200 saltos para realizar esta modalidad”, explicó Marín y recalcó que si bien tiene cierta dificultad, se trata de un deporte seguro.
“El deporte es sumamente seguro, se aterriza con seguridad con un paracaídas, y se puede practicar sin ningún problema en muchas partes del país”, remarcó y agregó que es la primera vez que asiste al Boogie Guaraní.
“Es un evento muy interesante. Hay una gran cantidad de paracaidistas de todo el mundo para entrenar y compartir experiencias. Tuvimos un montón de saltos, el clima fue ideal para realizar el deporte”, relató.
Por su parte, Bazán manifestó que cada vez existe un mayor interés de parte de las mujeres hacia este deporte y recordó que en sus inicios era la única que practicaba paracaidismo. “Es un deporte que nos hace muy felices a todos los que practicamos, es muy aconsejable y lo practican personas de todas las edades”, expresó.
El aventurero del día, Gil, realizó el salto tándem acompañado por un instructor especializado. Al culminar, manifestó a La Nación que la experiencia “fue increíble, el vértigo y la emoción en las alturas es inexplicable”.