En junio de este año (2018), la Organización Mundial de la Salud (OMS), incluyó al trastorno de los juegos dentro de su Clasificación Internacional de Enfermedades. Fue ubicado en el grupo de los trastornos por sus efectos adictivos que causa en el paciente. Si el afectado no acude a tiempo y se agrava, podría derivar a un trastorno de ansiedad generalizada o un trastorno de depresión mayor asociado, que pueden ir acompañados de desenlaces fatales ya que una depresión no tratada termina generando un caldo de cultivo para un posible suicidio.

El doctor Julio Torales, profesor de psiquiatría de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), habló con La Nación y dijo que en Paraguay existen casos de niños y adolescentes con adicción a los videojuegos y trastornos por el uso del internet. Datos epidemiológicos de una frecuencia estimada de la población infantojuvenil aún no se conocen, porque los criterios de diagnósticos recién fueron reconocidos, sin embargo en los últimos tres años él recibió entre quince a veinte pacientes que fueron diagnosticados con el trastorno del juego, el promedio de edad son de entre los once a diez y seis años.

Remarcó además que muchos de los afectados por los nuevos vicios pudieron acudir a un psicólogo previamente e incluso pudieron haber hecho tratamientos con pediatras, es decir, el número de afectados podría ser mayor. A su criterio manifiesta que lo que falta actualmente en nuestro país es conocer la magnitud del problema y hacer un estudio epidemiológico de la situación.

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La adicción puede ser considerada como tal cuando hay una falta de control sobre el juego, el niño o adolescente no puede controlar cuándo, dónde y cómo juega, además prioriza el juego sobre cualquier otro tipo de actividad social, académica o familiar y los mismos generan consecuencias negativas.

Para tener el diagnóstico de trastorno, Torales dijo que todo el conjunto de síntomas debe mantenerse durante un periodo de doce meses como mínimo, ya que en ocasiones podría tratarse sólo de situaciones ocasionales.

Una vez que el menor es diagnosticado con el trastorno del juego, debe ser sometido en primer lugar a una terapia cognitiva conductual.

“La terapia debe realizarse con un psicólogo entrenado en terapia cognitiva conductual, o con un psiquiatra infantojuvenil también entrenado, ya que no todos los profesionales de la salud están capacitados para este tipo de terapias. En cuanto a los fármacos, son ayudantes; no hay fármacos de primera línea para el manejo del trastorno del abuso del videojuego o de internet. Estas adicciones son conocidas como adicciones comportamentales”, dijo.

Ante cualquier duda, lo importante es consultar con especialistas del área. Tanto en la red del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, como la cátedra de psiquiatría del Hospital de Clínicas cuentan con atención para esta especialidad ya sea para adultos como para niños. Además el Hospital Acosta Ñu también brinda atención en el área de psiquiatría infantil.

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