Por Carolina Vanni, periodista

Una de las cosas que más llega a la gente, especialmente a los seguidores, es que la beata María Felicia de Jesús Sacramentado vivió plenamente las etapas humanas como el amor, servicios, frustraciones, regaños y otros aspectos netamente humanos, que fueron plasmados en sus diarios íntimos, dijo la hermana Maura de la Madre de Dios, quien transcribió todos los escritos de Chiquitunga.

Explicó que generalmente en la vida de los santos no siempre se cuenta la parte más humana, sino más bien solo el sacrificio y las penitencias, es decir, la vida de mártir que les llevó a los altares. “Y aparece Chiquitunga con esta dimensión tan normal y humana y sobre todo vivida con tanta intensidad y eso hace que la gente la quiera, porque se identifica con ella”, aseguró.

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La religiosa, que conoce a cabalidad los escritos de la futura beata, explicó que Chiquitunga ya había decidido entregarse al Señor muchos años antes de conocer al joven del que se enamoró, Angel Sauá. “Conozco los escritos de Chiquitunga desde 1943, donde ella ya decía que se quería entregar al Señor”, explicó la religiosa.

Sin embargo, cuando conoció a Sauá, ella quedó confundida, aunque según plasmó en sus escritos, nunca se vio casada con ese joven que tenía los mismos ideales que ella, lo que hizo que se enamore de él.

ENTREGARSE AL SEÑOR

“Se encuentra con este muchacho a los 25 años, que también tenía el mismo ideal, ella quedó confundida. Se preguntaba en esos escritos cómo es que ella ya había decidido entregarse al Señor y por qué hace que le conozca a esta persona. Comienza la etapa de discernimiento, porque podría entregarse al Señor, pero en el santo matrimonio, no solo como religiosa. Su intención era entregarse, pero no sabía cómo, eso es lo que quería descubrir”, explicó la hermana Maura.

No obstante, la señal que ella tanto había esperado se dio cuando el joven Sauá decidió ir al seminario y convertirse en sacerdote, lo que hizo que ella ratificara su determinación de convertirse en religiosa.

“Ella le quiso quizás más que a otras personas, pero novios no fueron nunca. Se ayudaron mucho, se comprendieron, pero ella escribió que nunca se veía casada con el. Y tal es así que cuando él decide partir a Europa para entrar al seminario, ella abre los ojos y dice ‘allí está la señal de que él (Dios) quiere que me consagre totalmente a él’, escribió en su diario”, dijo la religiosa al recordar los escritos de María Felicia.

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