Vivo enamorado de Chiquitunga”, dijo Rubén Paredes Diana, quien atribuye a María Felicia de Jesús Sacramentado no haber perdido su casa a raíz de una hipoteca en un remate. Rubén asegura que sintió la presencia de la venerable en dos oportunidades, cuando el aroma a jazmín quedó impregnado en el ambiente tras una oración en su nombre.

Ella obró milagros en casa, llegó un tiempo de crisis económica muy fuerte en mi familia y se tuvo que hipotecar la casa. Justo mi papá también dejó de trabajar, un año después de que se hipotecó y se iba a ir a remate”, contó durante el viaje de retorno de Salta, Argentina, hasta donde fueron los “chiquitungueros” para agradecer a la Virgen del Cerro por la próxima beatificación de Chiquitunga.

Rubén conoció a Chiquitunga antes de que su familia atravesara por la crisis y cuando se enteró lo del remate de la casa, le propuso a su mamá rezarle para salvar su propiedad y así lo hicieron. Poco después apareció un familiar con quien no tenían prácticamente contacto, ni estaba enterado del problema. Al conocer la situación, les prestó el dinero y recuperaron la casa. “Desde entonces creció más mi devoción hacia ella, me demostró que está conmigo”, aseguró.

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