- POR VIVIANA ORREGO
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Las chiperas que despliegan sus canastos, de diversos tamaños, son las más populares en la festividad de la Virgen de Caacupé. Ellas se ubican en inmediaciones del santuario mariano y salen al paso de peregrinos y turistas para ofrecerles la chipa, el alimento por excelencia de los paraguayos.
Una chipera, en particular, emocionó a los peregrinos que llegaban hasta la plaza Teniente Fariña, ubicada frente a la basílica de Caacupé. Se trataba de una abuelita chipera, coqueta y modesta, que no quiso dar su nombre ni hablar de su historia, pero ofreció amablemente su chipa. "Areko chipa almidón barato", dijo la abuelita mostrando su canasto, mientras los peregrinos la saludaban sonriendo, sorprendidos por su garra, característica de la "kuña guapa paraguaya", para finalmente comprar su producto.
"Es increíble que a su edad siga por las calles vendiendo chipas, me llena de ternura. En verdad es un ejemplo para todos. A veces nosotros los jóvenes no queremos trabajar y ponemos excusas a todo y ella a su edad nos da cátedra de civismo y trabajo digno", comentó Gabriela Páez, una joven que le compró una chipa y que al igual que los demás clientes valoró la fortaleza y lucha de la abuelita chipera.